Tenía muchas emociones

9.5K 744 52
                                    


Jugamos por un rato, y después de muchas risas opto por regresarle el volumen a la cosa ésa. Simplemente porque llega un momento en el que deja de haber chistes que se acoplen a una niña gritando con horror. En serio ya no hay.

-Okay, buenas noches -dice Alex cuando apago la televisión. Se deja caer sobre su costado izquierdo, dándome la espalda, y abraza la almohada en la que se estaba recargando, no sin antes apagar la lucecita que teníamos prendida.

-¡Oye! -lo reprendo tratando de alcanzar la lámpara, pero su cuerpo me lo impide. Tendría que pasar por encima de él y no lo haré.

«Claro, porque eso solo lo haces cuando está dormido»

-En serio Alex -lo empujo ligeramente con la esperanza de que entienda, pero en vez de eso cambia de lado y ahora está viéndome a mí.

Yo sigo sentada, y con la poca luz que entra por la ventana solo alcanzo a ver su despeinado cabello descansar sobre la almohada.

Entonces cierra los ojos pero no apaga su sonrisa.

-Alex, estás demente si crees que te voy a dejar dormir aquí -confirmo y jalo un poco de la orilla de la almohada, pero él la agarra más fuertemente-. En serio -insisto y él solo gruñe y rodea mi cintura con la mano, buscando acercarme a él.

Obviamente no me mueve ni un centímetro, pues estoy sentada y él acostado, tendría que aplicar mucha más fuerza. Pero en vez de eso es él quien se acerca.

-Alex -repito con más firmeza en la voz, deshaciendo su agarre.

«Bueno, yo no sé qué está pensando este chico»

-Vete a tu cuarto -añado cuando veo que él lo único que está haciendo es acomodarse más.

-No puedo. -Mis ojos ya se acostumbraron un poco más a la oscuridad, por lo que puedo ver que una nueva sonrisa se está acumulando en su cara.

Pasa una mano por su cabello y vuelve a tomar la almohada para hundir su cabeza entre ella y sus brazos.

-¿Por qué no? -pregunto dejándome caer sobre la cabecera en señal de agotamiento.

-Porque dejé mis llaves adentro de mi habitación -susurra y restriega su cabeza en la almohada como si fuera un gato.

Yo abro los ojos como platos, seguidos por mi boca con la mandíbula desencajada. Entonces veo uno de sus ojos asomarse y su sonrisa crecer aún más mientras me mira con cara de travieso.

-Esa es la peor mentira que he escuchado -le pongo los ojos en blanco y resoplo cuando reparo en que, por el tipo de cerradura, no pudo haber cerrado si no llevaba consigo la llave.

-No es mentira si no buscas engañar a la persona -dice con voz muy grave y un tanto pausada.

No estoy para analizar sus palabras.

-Alex, ya vete -lo agito por el brazo pero él solamente se echa a reír.

-¿Por qué? ¿Porque no soportarías dormir conmigo? -vuelve a cerrar sus ojos que ahora parecen negros, pero de nuevo los abre-. ¿También sería algo que jamás harías? -dice con ironía, haciendo énfasis en la palabra jamás.

-Estaba triste -me apresuro a decir, haciendo referencia a mi confusión, enojo, cansancio y desesperación de anoche-. Tenía muchas emociones, ¿sí?

-Yo también las tengo -afirma sin pensárselo dos veces y logra que aun con la oscuridad se perciba cómo sus pupilas se dilatan.

La profundidad de su voz me llega hasta los huesos y me veo obligada a cambiar ligeramente de posición.

Es una apuesta ©Where stories live. Discover now