Muy atractivo

10.8K 910 28
                                    

Un rato después de que la extraña cápsula se abre agradezco poder bajar del carrito/lancha/Transformer y terminar con el incómodo silencio que reina entre nosotros.
No sé qué decirle. Porque, ¿qué podría decirle?

Por Dios, no somos nada y acepté venir a una cita con él, un engreído, superficial que cree tener el mundo a sus pies. No lo conozco y no tengo intenciones de hacerlo. Podrá no haber sido tan malo en ocasiones anteriores porque era divertido comprobarle que no tenía ningún efecto en mí, pero ahora me puse a pensar en todo lo que incluye esta apuesta y me pone muy incómoda. Cada vez intenta más cosas. Probablemente podría sobrellevarlo, pero no sé si sus intentos vayan a evolucionar.

Así que sí, definitivamente cancelaré la apuesta en cuanto estemos en esa rueda de la fortuna.
No porque necesite mucho tiempo para hacerlo o esté buscando el momento perfecto, simplemente porque no quiero que estemos rodeados de gente y vaya a armar una escena.

Solamente diré: "Alex, ya no me importa la apuesta". Eso haré. Da lo mismo lo que diga, planeo mantenerme firme.

Igual, ¿por qué arruinar la noche antes de tiempo si podemos ir a otro show?
Propongo visitar una última carpa antes de subir a aquella gigantesca atracción.

(...)

Estamos a punto de llegar a un espectáculo que el vendedor del algodón de azúcar muy amablemente nos recomendó, pero durante el camino algo en una esquina llama mi atención.
Es una carpa diferente a todas las demás, de pequeño tamaño y totalmente cubierta. Es morada y está decorada con guirnaldas doradas. Incluso antes de leer el cartel sé de qué se trata. Y me encanta.

«Fortune–Teller», grita en unas preciosas y discretas letras grabadas en madera, pintadas al óleo.
El desgaste de aquel artefacto habla por sí solo. Comienzo a imaginarme toda la historia de este puesto con solo observar la deslavada carpa. Me pregunto en cuántas ferias ha estado... por cuánto tiempo. 
Sigo sin creer lo clásico y hermoso que es un puesto de lectura del futuro.
No puedo evitar ser atraída por la idea de encontrar a una mujer con blusa holgada y falda, repleta de collares y pulseras usando una pañoleta alrededor de la cabeza, sentada frente a una bola de cristal.

—¿A dónde vas? —pregunta Alex sacándome de mi ensoñación.

—Vamos, hay que entrar —digo sin voltear a verlo y continuando con mi camino.

—El show va a empezar en cualquier momento, era a la 1:30.

—Sí llegamos —digo como si estuviera en un sueño, siendo guiada por el magnetismo de ese puesto—. Solo quiero verlo por dentro y nos vamos —comento sin haber prestado atención a sus palabras—. Espera, ¿ya va a ser la 1:30? —ahora sí volteo a verlo.

Se encoge de hombros y dice:

—¿No acostumbras estar afuera tan tarde?

—No, la verdad es que no. Pero contigo ya se está volviendo un hábito... De todos modos, ¿a qué hora cierran?

—A las 6.

—¿Cómo? ¿De la mañana?

—Es una feria nocturna. En la tarde pierde toda su magia.

Normalmente estaría muy alterada por llegar tan tarde a mi casa, pero mis papás no están y mi hermano tiene una fiesta ahí. No creo que pase algo si llego de nuevo a las 3 de la mañana, nadie me estará esperando.

—Bueno, igual no es como que nos vayamos a quedar mucho más, te prometo que entraré rápido y llegaremos al show.

Me regala una sonrisa ligeramente cansada, pero no me importa que a él no le interesen estas cosas, yo quiero ver de qué se trata.

(...)

Cruzo la entrada abriendo ambos lados de la carpa y logro pasar por la ranura que se forma entre éstas.
Alex me sigue.

En verdad es hermoso ahí adentro. Hay telas de colores en el techo y el piso está cubierto por unos tapetes hindúes muy hermosos y cojines azules. Sobre unas repisas hay todo tipo de artefacto místico. Me siento como dentro de la lámpara de un genio.

Sin embargo, lo que más llama mi atención es que no nos recibe la clásica y mística mujer cuarentona que esperaba.
En su lugar, hay un joven tan sólo unos años más grande que yo sentado detrás de un mostrador del lado derecho.
Es de tez blanca y tiene el cabello más oscuro que he visto, mismo que hace perfecto juego con su recién cortada pero perceptible barba. Tiene unas facciones preciosas y sus ojos azules hipnotizan.
Cuando se pone de pie nos sonríe mostrando unos perfectos dientes blancos. Puedo distinguir que viste tan solo ropa blanca suelta con algunas cadenas de piel colgando de su cuello.
En conjunto con su aspecto un tanto árabe y la vestimenta oriental, puedo confirmar que estamos dentro de la lámpara de un genio. Me pregunto si será él quien lee el futuro.

—Bienvenidos —dice con una voz imponente pero a la vez amigable.

Vuelve a sonreír y debo admitir que es atractivo. Muy atractivo.

Es una apuesta ©Where stories live. Discover now