Un algodón de azúcar

10K 892 46
                                    

Muy bien, muy bien. ¿¡Qué acabo de decir!?
Alana, has perdido la cabeza. Por completo.

Sin embargo, ya me he retractado demasiadas veces. Ya no puedo echarme para atrás. Porque, en teoría, podría seguir postergándolo. Pero vamos, todos sabemos que desde el momento en que acepté entrar a una apuesta casi sin reglas esto se volvió inminente.
Y la verdad la voy a decir de nuevo y hasta el cansancio: También necesito demostrarme a mí misma que puedo.

De hecho lo que me da miedo es no querer acercarme a Alex por las razones equivocadas. Por razones que lo harían a él ganar.
Y me urge demostrar, en nombre de todas las chicas, que no solamente nos enamoramos de los niños bonitos. Que el que se crean muy atractivos no significa que para todas lo sean. Y que definitivamente no lo tienen todo ganado con el físico, ni con una cita, ni con una mirada seductora.

—Deberías repetir las palabras que acabas de decir —dice en un leve susurro todavía demasiado cerca de mi oído, refiriéndose a mi "está bien".

—¿Para saber que tienes mi consentimiento y no te acusaré de intento de violación? —agrego sin reparar en la estupidez de mis palabras. Pero mientras más rápido se deshaga el ambiente que él está tratando de crear, mejor.

Escucho una risa que retumba en mi cuello y siento cómo apoya su frente suavemente sobre mi cabeza como en señal de que de verdad le dio risa lo que acabo de decir.

—Bueno, ¿y tú qué piensas que te voy a hacer como para decir eso? —ríe con más fuerza. Sus palabras me ponen roja como un tomate—. O más bien, ¿qué quieres que haga?

Casi me atraganto. Es verdad, no tenía por qué decir eso. Pero él tampoco.

—Entonces dime por qué me pediste que dijera las palabras de nuevo —contesto.

—Porque me gustó escucharlas —dice con su voz grave apartando mi cabello para dejar al descubierto mi cuello. No sé si debería hacer yo algo... Estoy petrificada.

Con su dedo índice comienza a contornear mi cuello y sigue con lo mismo por el borde de mi blusa, tocando la piel de la espalda alta que ésta no alcanza a cubrir. Aquí van de nuevo los escalofríos.
Bueno, es obvio, ¿no? Es obvio que si cualquier persona toca tu piel vas a reaccionar de algún modo. Se va a sentir, no estamos hechos de plástico. Es obvio.

Trago saliva de nuevo y estiro mi cuello ligeramente. Todavía tengo el impulso de apartarme, pero no lo hago.
Siento su cálida respiración antes de que abra su boca para hablar.

—Vamos a hacer algo. —Lo escucho, todavía en un estado de inmovilidad—. Tengo un reto para ti.

Aprieto mi mandíbula y todo mi cuerpo se tensa.
Durante todo este tiempo he estado viendo fijamente las luces de la ciudad con Alex detrás de mí. Gracias al Cielo no estoy viéndolo a los ojos. Creo que esto es más fácil para mí si pretendo que es otra persona.
La rueda de la fortuna avanza muy lentamente y yo quedo expectante de lo que él va a decir.

—¿Qué reto? —pregunto casi en un susurro, con cierta curiosidad.

Espera un rato para continuar, mientras yo imagino todo tipo de posibles respuestas que podría darme.
Sigo sintiendo el calor de su torso sobre mi espalda.

La mano del brazo sobre el cual sigo recargada ahora pasa a mi frente, y a apartar el cabello de mi cara para ponerlo detrás de mi oreja.

—Si logras no besarme ganas.

—¿Qué? —pregunto muy confundida y por fin logro moverme un poco en mi asiento. Hago el ademán de voltear a verlo, pero su mano me detiene, así que sigo de espaldas.

—Voy a hacer algo —me informa—. Y tu reto es muy simple: aguantar las ganas de besarme.

Bien, ahora sí que suelto una carcajada. Estoy segura de que la oyeron hasta abajo, de hecho resonó en el vacío de la noche incluso estando hasta arriba del juego mecánico.

—Pero si ganas de besarte no tengo —me río de él de nuevo.

—Créeme, las tendrás —puedo sentir su enorme sonrisa engreída aunque no lo esté viendo de frente. Bien, esto ya se volvió ridículo.
Sin embargo, es perfecto. Con ganar este pequeño reto ya me libré por hoy.

—¿Y qué es lo que gano? —pregunto solo por no dejar.

—Un algodón de azúcar —dice entre risas y siento el movimiento en mi espalda.

Traducción exacta de "algodón de azúcar" en mi diccionario: punto para Alana, cero para Alex.

Es una apuesta ©Where stories live. Discover now