Sabes a lo que me refiero

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Alana's POV

Por fin logro soltar el aire cuando Alex toma el celular que depositó en la mesa y se levanta, no sin antes lanzarme una mirada implicando que me esperará afuera y será mejor que me apure. No puedo creer lo que sucedió, ¿en serio acabo de pasar un rato con Alex y mis mejores amigas? Nada de esto tiene sentido. Ya necesito ganar la apuesta y olvidarme de todo.

—Creo que mi mamá ya está en el estacionamiento —suelto sutilmente esperando que no quieran acompañarme.

—¡No te puedes ir! Tenemos que seguir hablando de la espalda de Alexander —comenta Jade.

Mi estómago comienza a revolverse.

—¿Es en serio? —le ruedo los ojos.

—No puedes seguir fingiendo que no es un hombre guapísimo. ¿Viste su sonrisa?

—Estoy muy consciente de cómo sonríe —replico algo cansada.

—Además... ¡esos ojos! Merecen un premio —se suma Fernanda.

—Ya, basta. Ustedes alucinan. Podrá ser hermoso pero de buena persona no tiene nada. ¿No les importa saber que además de ustedes coquetea con cien más? —respondo agobiada.

—¿Coquetear conmigo? Discúlpame pero no he tenido el gusto —agrega Jade.

—Tampoco me ha dedicado ni una mirada —dice Fer entre risas, sabiendo que tiene novio y no está en posición de anhelar a otro hombre.

—Por favor, es lo único que hace al hablar con las chicas —resoplo y recargo mi espalda en la silla—. Como sea, no quiero dejar a mi mamá esperando.

—Está bien, pequeña aguafiestas. Más te vale aprovechar tu viernes por la noche si vas a dejarnos aquí plantadas —escucho a Fer sobre el ruido de la gente.

Me despido y salgo a paso lento asegurándome de perderme de la vista de mis amigas.

¿Dónde rayos está Alex?

Una parte de mí desea no encontrarlo y tener una última esperanza de que la "cita" no se lleve a cabo, pero tampoco busco quedarme varada en el centro comercial. Creí que lo encontraría afuera de la cafetería o por lo menos a unos pasos, sin embargo, mi búsqueda no da frutos. Entonces pienso lo más lógico, que sería vernos donde habíamos quedado desde un principio: la heladería.

Para mi sorpresa, no estaba tan equivocada. Lo encuentro sentado en una de las mesas mirando su reloj. Está de espaldas a mí y lo primero que hago es llegar y sentarme junto a él, cosa que lo toma por sorpresa.

—Me asustaste —dice con una pequeña sonrisa.

—Tú igual.

—¿Qué? —niega con su cabeza, confundido mientras sigue riendo.

—Cuando entraste a la cafetería —sigue mirándome con extrañeza—. ¿Cómo se te ocurre?

—¿Cómo se me ocurre pisar un espacio público que tú estás ocupando al mismo tiempo? Cierto, qué torpe, no volveré a hacerlo. —Lleva la palma de su mano a la cabeza y se da un pequeño golpe a modo de burla.

—Sabes a lo que me refiero.

—Hey, linda, tú estabas haciéndome esperar más de lo que cualquier hombre aguantaría —contesta ingeniosamente—. De igual manera, tus amigas son agradables. No me importará pasar tiempo con ellas en un futuro —me guiña el ojo.

—Argh, eres un asco, ¿en serio estás insinuando eso? Fer tiene novio y Jade merece algo mejor que tú.

No puedo creer que vayamos a "salir" y ya esté hablando así de otras chicas. Mis mejores amigas, para ser más claros.

Es una apuesta ©Where stories live. Discover now