Final

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 Un silencio absoluto reina en el pasillo en el que Luke y yo estamos sentados; se trata del corredor en el cual, justo al fondo y a mano izquierda, se erige la puerta que tenemos como destino.

 Más concretamente, la clase de Literatura.

 Tras haber realizado dos de nuestros exámenes finales -inglés y español-, Melissa ha convocado a todos los estudiantes que todavía teníamos pendiente la entrega del proyecto frente a la sala de profesores, anunciándonos que iríamos pasando a la clase de Literatura según la lista -costumbre que parece haberse convertido típica y terriblemente previsible en ella. Acto seguido, nos ha asegurado que no tendríamos ningún problema en llegar a tiempo a nuestro último examen -en mi caso el de matemáticas- y, como conclusión de su breve charla, nos ha entregado un papelito perfectamente doblado a cada pareja. Dentro de este, Luke y yo hemos descubierto la hora exacta para la entrega de nuestro trabajo: las doce en punto.

 Shannon y Botwright han pasado dentro a las once y media, justo después de haber concluido el examen de castellano, y Thom y su compañero, Dirk, entrarán detrás de nosotros.

 Es Elijah quien, en estos momentos, se encuentra dentro de la espaciosa clase.

 Me remuevo incómoda sobre el frío suelo de mármol antes de comprobar la hora en mi móvil furtivamente: las once y cincuenta y seis.

 Exhalo una tenue risa al atisbar, por el rabillo del ojo, cómo Luke realiza la misma acción no mucho después. Él, a diferencia de mí, deja escapar un suspiro y apoya su cabeza contra la pared ruidosamente.

 -Estoy empezando a ponerme nervioso -confiesa a la vez que posa su mirada en mí-. ¿Por qué estarán tardando tanto?

 -No tengo ni idea -la pura verdad, pues no me he cruzado con Shan para preguntarle sobre su pequeña reunión con Melissa-, pero, de todas formas, todavía quedan tres minutos para las doce... Mantén la calma, cagaprisas -lo pincho.

 -Lo estoy intentando, créeme -advierto cómo su pierna comienza a moverse de arriba abajo nerviosa y repetidamente. Posiciono mi mano sobre la misma, pasando a acariciar su sedoso pelo en cuanto consigo frenar ese movimiento. Luke me dedica una sonrisa deslumbrante-... Y lo acabo de lograr gracias a ti, Hyland.

 Le devuelvo el gesto mientras siento mis mejillas adoptar un leve color rojizo debido a sus palabras.

 -Me alegro de que sea así, entonces.

 Ahora soy yo la que tiene el corazón a mil por hora. Además, como si ya no tuviera suficiente con tenerle peligrosamente cerca, el ojiazul vuelve a esbozar esa radiante sonrisa. Debe de hacerlo a propósito; sí, seguro que disfruta de lo lindo contemplando el increíble efecto que tiene sobre mí.

 El efecto Hemmings, tal como lo ha catalogado la señorita Shannon Anne Banes.

 Alguien menciona nuestros nombres en la distancia. Nos incorporamos enseguida y, durante nuestro corto trayecto hasta la clase de Literatura, soy incapaz de parar de pensar en si yo también provocaré algún que otro efecto en Luke.

 Aparte del más obvio que todos los hombres sufren, claro.

 Los dos nos acomodamos en las sillas que han sido colocadas frente a la de la profesora. Leo las palabras que hay escritas en la pizarra que encaramos: Entrega del trabajo de Literatura (el realizado en parejas), lo cual desvía mis pensamientos a centrarse en el hecho de que Luke y yo ni siquiera somos pareja.

 O eso creo.

 Estoy a nada de planteárselo lo más indirectamente posible cuando Melissa, a juzgar por el ruido de la puerta cerrándose, vuelve a entrar en el aula pareciendo agobiada.

Literature » lrhWhere stories live. Discover now