Capítulo 5

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Mis ojos se acostumbran lentamente a la luz blanquecina proveniente de las dos ventanas de mi habitación.

Son las siete y cinco de la mañana.

Corro las dos cortinas, descubriendo que ha caído la primera nevada del otoño. Muchas veces nos hemos tenido que quedar en casa a causa de la nieve, pero parece que hoy no será necesario.

Sonrío ampliamente mientras recorro con la vista el jardín trasero; siempre he amado la nieve.

En cuanto me siento más espabilada, me visto con un par de vaqueros negros y un jersey de lana grisácea que me tejió mi abuela hará seis meses; la tela es muy suave, y teniendo en mente lo friolera que soy, ésta prenda es mi mejor opción.

Bajo las escaleras silenciosamente, pues tanto mis padres como mis hermanas siguen durmiendo.

Mamá y papá trabajan en una oficina de turismo que se encuentra a, por lo menos, una hora y media de aquí. Suelen trabajar mayormente por la tarde; debido a eso, suelo ir a recoger a mis hermanas después de terminar el último período. Aunque las oficinas de turismo suelen exigir que los propietarios salgan mucho del país, mis padres se las arreglan -casi siempre- para que Mya, una de las trabajadoras, vaya al extranjero en lugar de ellos.

El constante pitido del microondas me devuelve a la realidad. En cuanto tengo mi taza de chocolate caliente en las manos, cojo un cruasán y una manzana, me siento a la mesa y devoro mi desayuno en apenas diez minutos.

Prepararme tampoco me suele llevar más de siete minutos, ya que a diferencia de todas las chicas de mi edad, -excepto Shannon, quizás- el único maquillaje que me aplico es una capa de rímel.

Son las siete y treinta y dos cuando vuelvo a comprobar el reloj. Termino de ponerme mi bufanda y debato mentalmente si debería llevar un gorro o no.

Decido que será lo mejor justo antes de oír la bocina del autobús. Bajo las escaleras todo lo rápido que puedo, y tras coger mis llaves, salgo de casa para poder entrar en el vehículo.

Los pocos segundos que paso al aire libre son suficientes para saber que la temperatura debe rondar los cuatro grados.

Un escalofrío recorre mi espalda debido al cambio de temperatura cuando entro en el autobús. Como hago habitualmente, recorro el pasillo hasta llegar a la última fila, donde me acomodo en el asiento central.

Luego, dejo que el álbum Bad Blood de Bastille inunde mis oídos.

• • •

-Así que has decidido ignorar, o más bien, pasar de Luke.

Shan ha subido al autobús hace un rato, y desde entonces está dándome la lata con el mismo tema. Parece haberse convertido en la fan número uno de mis sentimientos no correspondidos hacia Luke.

-Exacto, -la miro sin ninguna expresión- ahora, por favor, ¿podemos hablar de otra cosa?

-Está bien, está bien -mi mejor amiga suelta una risa, la cual imito-. ¿Qué estuviste haciendo ayer por la tarde? Ni siquiera me llamaste.

Una carcajada nerviosa escapa de mis labios. Si le digo a Shannon lo que pasó ayer...

-Estuve hablando con Chris -una sonrisa se forma inmediatamente en mi cara. Solamente falta un mes y medio hasta que lo vea- y después acompañé a Dakota y Riley a su clase de ballet.

Supongo que no pasa nada por suprimir la parte de Luke... Es mejor tanto para mí, como para ella.

-Aw -la expresión de Shan se vuelve completamente dulce-. Hace mucho que no veo a tus hermanas... ¡Tienes que invitarme a tu casa algún día!

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