Capítulo 3

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En un principio no parece darse cuenta de mi presencia, ya que a) no se ha vuelto loco y b) ha caminado tambaleándose (incluso ha apagado la luz sin querer) hasta el lavabo.

Está mucho peor que cuando lo vi hará unas tres horas.

Decido no moverme mucho del sitio, pues lo único que me falta es que se ponga echo una furia. Sin embargo, cuando termina de limpiarse la cara, gira la cara hacia mí; su ceño se frunce en una fracción de segundo.

-Joder -Luke se pasa la mano por el pelo repetidamente. No hago más que cagarla- ¿Acaso me sigues o algo? No puede ser que nos encontremos en cada esquina.

Me pongo en pie porque lo cierto es que la altura de Luke intimida un poco. Avanzo unos cuantos pasos, justo hasta que soy capaz de distinguir sus facciones de forma clara. Contengo un suspiro de admiración; juro que cada vez que le veo me parece todavía más guapo.

-Uno, -le muestro mi dedo índice, tras lo cual me siento confundida. El alcohol sigue afectándome- tú eres el que ha aparecido aquí, al igual que el otro día en el centro comercial. En todo caso, tú eres el que me persigue, cosa que es imposible, ya que me evitas siempre que puedes.

No sé de dónde he sacado el coraje para decirle esas palabras, pero desde luego me he desecho de un gran peso de encima; aunque lo más probable es que no se acuerde de nada de esto mañana, y puede que yo tampoco.

Luke no dice una sola palabra. Estoy segura de que no se esperaba que le diera la vuelta a la tortilla de esa manera. La confusión está claramente reflejada en su mueca; yo, sin embargo, sonrío ligeramente, ya que es la primera vez que aguanta en un mismo sitio conmigo más de cinco minutos.

Parezco una acosadora. Y bueno, puede que lo sea, pero todo es por su culpa. Él es el que aparentemente me odia, y no al revés. Si al menos me dirigiera alguna palabra agradable, no me vería obligada a aprovechar la mínima oportunidad de verle sin que se escape de mí.

Unas cuantas palabrotas hacen que salga de mi ensimismamiento. No tardo en distinguir a Luke tirado en el suelo del pasillo. Me coloco al lado de él en un abrir y cerrar de ojos, aunque sé por adelantado que no piensa aceptar mi ayuda.

-¿Te encuentras bien? -me agacho a su lado, tratando de ver su cara- Anda, deja que te ayude -tiendo mi mano hacia él, con la esperanza de que la agarre-.

-No, -Luke se arrastra por el suelo, lo cuál resulta bastante patético. La verdad es que por un segundo he pensado que iba a cogérmela- no necesito tu mano para nada.

Antes de que pueda replicar, oigo cómo varias personas suben las escaleras apresuradamente. Shannon, Thomas y Elijah no tardan en aparecer de entre la oscuridad. Sonrío inconscientemente mientras me acerco hasta mi amiga, quien tiene cara de susto.

Me espera una actuación de la reina del drama.

-¡Log! ¡Pensaba que alguien te estaría violando en alguna de éstas habitaciones! -mis ojos se abren como platos ante sus palabras. Su dramatismo no hace más que aumentar-. Menos mal que estás bien.

-Shan, ¿en serio crees que dejaría que alguien me violara?

Y así, las dos estallamos en sonoras carcajadas. Puede que mi amiga sea la reina del drama en ocasiones; pero por suerte, el papel no le dura mucho tiempo.

-¿Y a éste qué le ha pasado? -inquiere Elijah uniéndose a nuestras risas mientras señala a un Luke medio dormido encima de la extensa alfombra-.

-Se ha tropezado y caído; -me encojo de hombros levemente- no me ha dejado ayudarle, así que es una suerte que hayáis aparecido -les sonrío a Thom y Elijah antes de que se agachen para poder cargar a Luke escaleras abajo-.

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