Capítulo 2

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Una vez más, me encuentro sola detrás del mostrador de la cocina. El volumen de la música ha subido estrepitosamente estos últimos minutos, ya que casi todo el mundo se ha unido a la improvisada pista de baile. Estoy cien por cien segura de que habrán vaciado más de 30 botellas de vodka entre ellos.

Las pocas personas que aún no se han lanzado a bailar se encuentran o charlando animadamente con sus amigos, o enrollándose en la oscuridad de alguna pared lejana.

Compruebo mi reloj mientras suelto un largo suspiro. Shannon lleva más de veinte minutos en el baño. Puesto que no tengo nada mejor que hacer, decido dirigirme hasta el final del extenso salón, donde por lo visto se encuentra el aseo.

Recibo incontables empujones y quejidos a medida que voy avanzando hasta mi destino. Cuando alguien de entre todo el tumulto de gente que hay intenta subirme la falda, maldigo mentalmente a Shan por haberse empeñado en comprar dos disfraces de tirolesas. No paré de repetirle que era mejor llevar un disfraz de panda.

-¡Loooooogan! -escucho; sin embargo, yo no puedo apartar la vista de él-.

Luke está sentado -sólo por lo que parece- en un sofá verde oscuro. Tiene un vaso de plástico en la mano, pero sus ojos están perdidos en alguna parte. Por lo que puedo ver, está vestido de alguna estrella del rock que no logro identificar. Con tan sólo observarlo, noto cómo el calor recorre mi cuerpo desde la punta de los pies hasta la cabeza. Está guapísimo.

-¡Log! -vuelvo a escuchar. Ésta vez me obligo a apartar la mirada del rubio e intentar descifrar de dónde viene ésa voz- ¡Aquí!

Por fin localizo a Shannon, quien está frente a frente con Dylan. Por lo que sé es el hermano mayor de Bryan, el organizador de la fiesta.

-Llevabas más de veinticinco minutos desaparecida... -le acuso frunciendo el ceño ligeramente- Sólo quería comprobar que estabas bien.

-Oh, lo estoy, no te preocupes -suelta una risa corta, a la cuál Dylan se une-.

Vaya par.

-Ya veo -miro al chico de reojo; él baja la cabeza ligeramente, como si estuviera avergonzado-. Creo que será mejor que me vaya.

-¡No, Logan! -Shannon se acerca hasta a mí y me agarra del brazo, impidiendo que me mueva- ¡Quédate con nosotros!

-¿Para hacer un trío? -inquiero en tono de broma. Sin embargo, no parece que Shan esté como para detectar el sarcasmo en mi voz- No, gracias.

Al ver la cara de confusión de mi amiga, suelto una sonora carcajada. Verla así no tiene precio.

-Shan, no lo decía en serio -su expresión vuelve a ser normal, y no tarda en unirse a mis risas-. Tú quédate hablando con él; se os ve muy a gusto.

-Está bien, -ambas nos abrazamos durante unos segundos, y al separarnos, nos sonreímos mutuamente- pero ni se te ocurra escaparte; pienso ir a buscarte entre toda esa gente dentro de, como mucho, dos horas.

-Hecho.

En cuanto termino de hablar, doy media vuelta y camino unos pocos pasos, pensando en adónde puedo dirigirme.

El jardín trasero.

Ni siquiera dudo en que Tiffany y Ashlea -unas amigas que, desafortunadamente van a otro instituto- estarán allí. Cada vez que acuden a una fiesta terminan en algún lugar de afuera, pues se suelen agobiar muchísimo.

Después de otros muchos minutos entre empujones, logro llegar hasta la puerta corredera que supongo que llevará hasta la parte de atrás de la casa. La abro de forma bastante brusca y me apresuro en dar el paso que me guiará hasta mis amigas.

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