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Capítulo 1

Subo al autobús en cuanto abre sus puertas. Chicago es una ciudad muy lluviosa, y este día, por lo que puedo ver, no parece ser una excepción de su clima continental. Atravieso todo el vehículo hasta la parte de atrás, donde me acomodo tras haber dejado mi mochila en el asiento contiguo.

Ya que no sube nadie que conozca en Hudson, saco los auriculares de mi bolsillo trasero y los conecto al móvil, dejando que la música inunde mis oídos hasta Wrightwood, calle en la que vive Shannon.

Nos hicimos mejores amigas en primer grado, más que nada porque nos sentaron la una al lado de la otra. Desde entonces no hemos vuelto a separarnos. Somos muy parecidas en lo que a gustos se refiere, pero completamente opuestas tanto en la forma de ser, como físicamente. Shannon es, básicamente, un culo inquieto. Su cabello es pelirrojo, totalmente rizado. Tiene pequeñas pecas repartidas por sus pómulos y unos ojos verdes enormes.

Resumiendo, todo lo contrario a mí. Mi pelo es de color oscuro, lacio. No tengo una sola peca en todo el cuerpo y mis ojos son más bien pequeños y de color azul marino.

El sonido de la puerta del autobús abriéndose hace que vuelva a la realidad. Pestañeo varias veces y me quito los auriculares mientras observo cómo unas cuantas personas entran, acomodándose después en sus sitios. Dejo escapar un largo suspiro cuando comprendo que Shan tampoco piensa venir en autobús hoy. Esa es una de las grandes ventajas de que tus padres accedan a comprarte un coche de segunda mano. Todavía sigo intentando convencer a los míos.

Cuando por fin llegamos a Lake View, vuelvo a coger mis cosas y me apresuro a salir del vehículo, ya que no me apetece esperar a que otras 45 personas salgan antes que yo. Nada más poner los pies en el suelo, localizo una mata de pelo rojo corriendo hacia mí con entusiasmo.

-¡Logan! -exclama Shannon incluso antes de llegar hasta mí, llamando la atención de todos los que se encuentran alrededor. Ella parece darse cuenta, ya que su boca forma una mueca extraña- Te he estado buscando como una loca. ¡Creía que te habían asesinado en esos pasillos!

Ambas soltamos una larga carcajada. Nunca dejará de ser la reina del drama.

-Por suerte no ha sido así, -le contesto con una gran sonrisa- aunque teniendo economía a primera hora, casi prefiero estar desangrándome en alguna aula.

-¿Perdona? -inquiere llevándose una de sus manos al pecho- Que sepas que estás hablando con la que será la mejor economista del planeta en seis años -me sonríe con suficiencia antes de soltar otra risa, ya que sabe de sobra que sólo digo éstas cosas para chincharla-.

-Y no dudo en que lo serás -de verdad que no. Nunca he conocido a alguien tan aplicado en una materia; ver a Shan dibujar gráficos con la concentración y el entusiasmo que pone es realmente impresionante-.

Tras sonreírnos mutuamente, escucho el timbre que da comienzo al primer período de éste miércoles.

• • •

Las primeras tres clases (economía, historia y matemáticas) transcurren rápidamente, dando paso al primer descanso de 30 minutos. Shannon y yo empezamos a recorrer toda la cafetería a paso ligero para poder llegar a la máquina expendedora, ya que se suele formar una cola demasiado larga. Sin embargo, a medida que nos vamos acercando logro distinguir la rubia cabellera de él.

-Shan, no quiero... -las tres palabras que pronuncio salen como un susurro. Mi corazón late a mil por hora, y no tardo en notar cómo me sonrojo de golpe-.

-Log, soy tu mejor amiga -Shannon posa sus ojos sobre los míos y me agarra ambas manos- y como tal, te vuelvo a repetir que no pasa nada. Él te gusta, tú no le caes bien, fin de la historia. ¿Y sabes qué? Él se lo pierde.