Capítulo 6

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Melissa me sonríe ligeramente, incitándome a que me coloque en mi nuevo lugar. Así, me levanto con las piernas medio temblorosas, y tras coger todo mi material, avanzo de forma muy lenta hasta la tercera fila, donde Luke ya se encuentra acomodado.

Creo que jamás había estado tan nerviosa, pues a) no sé cómo reaccionará el rubio y b) es la primera vez que voy a estar sentada con él -a solas- durante tanto tiempo.

En cuanto me siento, Luke dirige su mirada hacia mí. Intento sonreírle un poco, pero mi boca forma más bien una mueca; más que nada por la cara de cabreado que tiene mi nuevo compañero.

Es un maldito bipolar, ya no me cabe duda.

Nuestras miradas vuelven a cruzarse justo antes de que Melissa nos entregue los papeles que contienen el nombre de nuestros cinco autores. Sin decir una palabra, los desdoblamos entre los dos, dejándolos a la vista encima de la mesa.

Jane Austen, Mary Shelley, Emily Bronte, Julio Verne y Arthur Conan Doyle.

No puedo evitar sonreír con ganas; es fantástico que conozca a todos y cada uno de ellos.

Tras apuntar todos los nombres en una hoja, observo detenidamente a Luke, esperando a que comente algo o a que al menos su expresión deje de ser neutra.

Sin embargo, no cambia la cara hasta que Melissa se coloca de brazos cruzados a nuestro lado.

-¿Qué hacéis tan callados? -oh, nada, es que a mi compañero le caigo fatal- ¡No seáis tímidos! Tenéis que conoceros mejor -apoya una de sus manos en mi hombro, sonriéndome abiertamente-. Vamos Logan, pregúntale lo que sea.

Me quedo completamente en blanco. Melissa vuelve a alejarse, y ahora tengo la mirada de Luke clavada en mí; seguro que está esperando a que suelte alguna estupidez para poder reírse a mi costa durante un rato.

-¿Te llamas Logan? -vale, esa pregunta no me la esperaba ni de lejos. ¿Es que ni siquiera sabía mi nombre?- ¿Ese no es un nombre de chico?

Sería multimillonaria si ganara un dólar cada vez que alguien me pregunta eso.

-Me llamo Logan y no, -intento contener la risa, sin mucho éxito- no es nombre de chico. Se puede utilizar para ambos sexos.

Aprovechando que por fin tengo la atención de Luke, decido que lo mejor es preguntarle ahora por cosas básicas para llevar a cabo nuestro trabajo.

Mi corazón late de nuevo con fuerza; a esto lo llamo yo el efecto Hemmings -aunque también es probable que sea solamente culpa de mi timidez-.

-Luke... -el susodicho clava, una vez más, sus ojos celestes en mí, lo que no ayuda a la causa- ¿Qué días estás libre a lo largo de la semana?

-Eso no es de tu incumbencia -su tono no es ni de lejos agradable. Se echa para atrás en su silla y empieza a mordisquear el piercing que lleva en su labio inferior-.

Puede que lo que esté haciendo sea terriblemente sexy, pero su contestación ha conseguido sacarme de quicio.

¿Es que pretende que el trabajo se haga sólo?

-Mira, necesito saberlo sí o sí, -Luke abre los ojos con sorpresa; mi subconsciente se enorgullece de mi repentino valor- porque como comprenderás, tenemos que hacer el proyecto en parejas. Así que, por favor, no compliques más las cosas.

Oigo cómo el rubio suspira lentamente.

Eso suena a una victoria asegurada.

-Los miércoles, sábados, domingos -sonrío para mis adentros; es la primera vez que logro sonsacarle algo- y los viernes después de entrenar.

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