Capítulo 25

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Juraría que a Shannon se le va a caer la baba en cualquier momento.

Las dos nos encontramos observando con deseo las numerosas tartas que podemos comprar para el día de cumpleaños de Dakota y Riley, a quienes parece que no les bastó con ser gemelas, ya que, además de ese peculiar hecho, nacieron en la madrugada del treinta y uno de 2006.

Podría decirse que son especiales por doble partida.

-¿Qué tarta queréis, chicas? -dirijo mis ojos al chico que tenemos justo delante, quien, curiosamente, me resulta muy familiar.

-¿Michael? -formulo su nombre en forma de pregunta al tiempo que distingo parte de su cabello color naranja debajo de un gorro un tanto ridículo.

A juzgar por su amplia sonrisa, diría que he dado justo en el clavo.

-Ese soy yo -los dos intercambiamos una tenue carcajada-, ¡y tú eres aquella animadora que bailó tan bien!
Nuestras risotadas se tornan entonces más sonoras; la melodía de las canciones que tocaron y la felicidad que transmitían encima de aquel diminuto escenario vuelven a mi mente mientras observo a Michael totalmente asombrada. Él, por su parte, también parece estar estupefacto.

Supongo que ninguno de los dos esperaba encontrarse con el otro después de tan sólo una semana.

-¿Sabéis qué? -la expresión confusa de Shan no podría ser más divertida- No me estoy enterando de nada.

Tras soltar una última risa, Mike coloca en una caja la tarta decorada con pequeñas flores que, costosamente, al final hemos elegido. El pelinaranja no tarda en volver a posarse frente a nosotras al pasar a rodear el objeto con un lazo de color rosáceo, ante lo cuál tanto Shan como yo le sonreímos abiertamente.

-Los dos nos conocimos hará ocho días -Michael, con la vista concentrada en su trabajo, comienza a hablar entre susurros-. Mi banda 5 Days to Spring dio un concierto en Castaways el veintitrés y, casualmente, Logan también estaba ahí.

Una sonrisa se forma en mis labios ante el simple -y reciente- recuerdo de lo que Chris, Vel y yo hicimos aquella tarde.

Michael, por su lado, también parece estar disfrutando con el recuerdo de la increíble actuación que ofrecieron.

-Me encantaría veros tocar algún día -los ojos de Shannon emanan un brillo único cuando pronuncia esa frase; al igual que yo, ella ha sido desde siempre una amante incondicional de la buena música-. ¿Pensáis tocar alguna vez más en Castaways?

-Ahora que lo mencionas -Mike posa la caja encima del mostrador, a lo que me dispongo a buscar el dinero necesario para pagarle-, teníamos pensado tocar ahí todos los sábados; siempre y cuando nos den permiso, por supuesto -el pelinaranja nos dedica una sonrisa adorable-. Podríais venir algún día, ¡tenemos unos cuantos temas nuevos listos para ser exhibidos!

-Eso suena genial -los tres rompemos en risas por el hecho de que, inintencionadamente, Shannon y yo hemos pronunciado las mismas palabras a la vez.

Al ver que una pareja se acerca junto con su carro de la compra hasta el mostrador, Mike nos dedica un gesto de disculpa para acto seguido dirigirse hasta la caja y cobrarnos el pastel de chocolate que tan buena pinta tiene. Tras aceptar el cambio, el ojiverde sonríe de oreja a oreja durante un tiempo lacónico.

-Hasta pronto, chicas -el intento que Michael hace por utilizar un tono seductor causa que ambas carcajeemos entre dientes.

-¡Que te vaya bien trabajando! -Shan desprende alegría al despedirse de Mike; él, no obstante, nos pone los ojos en blanco. Imagino que no es muy entretenido pasar toda la mañana vendiendo tartas de cumpleaños.

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