| 101 | Martin Garrix

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Niego lentamente haciéndole saber que no sé que es lo que le pasa. Él gira y señala el lugar atrás mío. Ambos asientos están vacíos, observo a Peter levantarse y dirigirse a ellos mientras me hace una seña rápida con las manos. Le doy una mirada rápida a Martin solo para después levantarme y colocarme en el asiento de atrás con Peter.

— ¿Qué es lo que ocurre? — pregunta.

— No lo sé. Está molesto conmigo.— él niega confundido y la azafata indica que el vuelo está por despegar.

— Bien, Moon. Estoy varado contigo ¿está bien? — asiento lentamente pero él sonríe. Sabe de mis nervios a las alturas, lo conté alguna vez en algún juego de verdad o reto.— Voy a contarte un chiste, y será un chiste tan malo que olvidaras que volaremos.

Mis manos aprietan fuertemente su brazo y espero que la sudadera que trae le ayude a no sufrir marcas de mis uñas. Al final parece que él lo está diciendo, pero me siento tan abrumada que apenas lo escucho. En realidad es las expresiones que hace las que me hacen a mi soltar una risa.

— Eso fue estupido.— digo pero no dejo de reír.

— Quizá. Pero mira.— Peter señala hacia la ventanilla. La abro y efectivamente ya estamos en el cielo.

— Muchas gracias, Peter.— él sonríe y asiente.— Puedes volver con Hannah, no quiero que piense que te acaparo todo el viaje.

— Oh, tranquila. Ella no pensara eso.— hace una señal hacia los que son sus asientos y observo la cabeza levemente inclinada de Hannah que parece estar en un profundo sueño.

— ¿Cómo lo hace? — Peter se encoge de hombros.

— No lo sé, es un don.— lo observo mirar a Hannah por varios segundos, después baja su mirada y se le nota nervioso. También lo veo introducir las manos a los bolsillos de su sudadera y constantemente jugar con algo entre sus dedos.

— ¿Todo en orden, Peter?

— Si, si.— luce nervioso pero aún así me mira hasta que al final suelta un suspiro y saca con lo que jugaba entre sus dedos. Es una bolsa roja y pequeña, la abre y de ella sale un anillo.

— Oh Dios mío.— murmuro fascinada observando el hermoso anillo.— Es precioso.

— Lo sé. Solo pensé en ella cuando lo escogí.— suspira una vez más y regresa su mirada hacia adelante.— Se supone que se lo pediría en este viaje. Pero soy un cobarde, un idiota cobarde.

— ¿Estás seguro de hacerlo? — pregunto cautelosamente.

— Por supuesto que sí. Por eso les pedí que nos incluyeran en el viaje, estaba seguro de que yo podía hacerlo. Pero al final no pude.

— No tienes que presionarte, Peter. Ella está muy enamorada de ti, no tienes que preocuparte.— él asiente lentamente y yo recuerdo todas las veces que Hannah me había dicho lo feliz que era con Peter.— Solo tienes que hacerlo cuando lo sientas correcto, no tiene que ser un viaje, estoy segura de que ella apreciará más que se lo digas con amor.

— Gracias, eres la mejor.— sonrío hacia él. Y antes de que podamos decir cualquier cosa ya tenemos a Martin en frente nuestro.

— ¿Podemos hablar, Moony? — lo miro cautelosamente varios segundos, Peter se levanta y me revuelve rápidamente el cabello.

— Me voy. No la lastimes, es lo mejor que te ha pasado. Y no lo lastimes, te morirías sin él.— Peter nos señala a ambos con su dedo y regresa a su lugar, donde acomoda cuidadosamente a Hannah sobre él.

— ¿Qué es lo que está mal contigo? — murmuro y él hace una señal con su cabeza de que vayamos a nuestros lugares. Lo sigo y antes de que pueda sentarme Martin me sostiene y hace que me siente en su regazo. Estoy bastante segura de que esto está prohibido en el avión, pero como no hay ninguna azafata cerca dejo que él me envuelva en sus brazos.

— Perdóname.— dice mientras coloca un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.— Es cierto que estaba un poco molesto pero eso no justifica que te haya dejado sola cuando se lo nerviosa que te pones al despegar en un avión.

— ¿Por qué estabas molesto? — él suspira y pasa una mano por su cabello.

— Se supone que este viaje era para los dos. Prepare todo para ti y para mí. Y me gusta viajar con Peter o con amigos en general, pero este era nuestro viaje, y te mostraste tan entusiasmada ante la idea de que ellos vinieran que no pude hacer nada.

— Martin.— sostuve su rostro entre mis manos.— Eres un idiota por creer que no quería estar contigo.

— No soy idiota.— murmura y yo sonrío. Acerco mi rostro al suyo y dejo que nuestras narices y labios se rocen.

— Si lo eres. Te amo, y perdona por haberlo echado todo para atrás pero tú no dijiste nada.

— Lo sé, puede que sí sea un poco idiota.— río en sus labios y termino por juntarlos. Me sujeta fuertemente de la cintura y sus labios demandan con más fuerza sobre los míos.

— Prepararé un viaje solo para ti y para mí. ¿Está bien? — pregunto y él asiente y vuelve a besarme.— Solo para con los berrinches, no hacen que luzcas guapo.

— No te he oído quejarte antes.

— Ik hou van je.— digo y suelta una carcajada.

— Creo que no hay nada que ame más que oír tu sexy acento mientras crees que dices correctamente las palabras.

— Lo dije correctamente. Tu aprende español y ya hablaremos sobre idiomas difíciles.— niega y sostiene levemente mi mentón para dejar para beso en mis labios.

— También te amo.

— — — — —
alo.
Bueno, como la parte anterior se Martin no terminó con un final abierto o con algún problema la verdad no sabía muy bien como continuarla.
Al final he decidido darles un pequeño problema e incluir un poco más a los personajes de la parte pasada.

Ojalá les haya gustado. Déjenme saber sus opiniones. Solo falta una segunda parte más. Vendrá pronto.

Y con lo referente a las sugerencias, abriré algo así como un "buzón" será una parte donde ustedes pueden dejar su sugerencia y yo les indicaré cuando la tome, es más que nada para no hacerme bolas. Será abierta cuando termine el especial 100.

Muchas gracias por todo.
Nos vemos.

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