✖ Resolución de un líder ✖

130 24 21
                                    

No voy a contarte los detalles de la pelea entre Bélica y Lara; sería más que innecesario

ओह! यह छवि हमारे सामग्री दिशानिर्देशों का पालन नहीं करती है। प्रकाशन जारी रखने के लिए, कृपया इसे हटा दें या कोई भिन्न छवि अपलोड करें।

No voy a contarte los detalles de la pelea entre Bélica y Lara; sería más que innecesario.

La trifulca concluyó ni bien Lara terminó de darle una bofetada brutal a la gángster.
Una vez que las cosas se calmaron, Bélica forcejeó silenciosa para zafarse de su amarre lo más rápido que sus fuerzas permitían.
Desistió de luchar en cuanto vio que su rabieta infantil no serviría de nada. Tenía las manos fuertemente atadas; a ambos lados de ella se encontraban Ian y Philip, para nuestra mala suerte, totalmente conscientes.

No sabía por qué ninguno de los chicos atinó a resistirse ante el arresto.
Supongo que ya habían aceptado las consecuencias de sus actos.
Con cierta paz examinaban desconcertados a su alrededor.
Al verlos tan desorientados, les explicamos brevemente lo que sería de ellos a continuación:
Serían juzgados, y después de comprobar todas sus fechorías, los enviarían a un interrogatorio para sacar información sobre el Caso del Fraude de las Tecnologías, y otros incidentes de menor o mayor relevancia. Después de que confesaran lo susodicho, serían trasladados a un reformatorio.

Philip Wide parecía estar asustado: tenía conocimiento acerca de los graves problemas en los que se había metido.
Ian Vay lucía demasiado indiferente; cada vez que su perversa mirada se cruzaba con la mía, yo desviaba los ojos a otro lado.
No quería ver su expresión asesina, tan intimidante como la de una fiera acorralada.

No me importaba qué tan extrema resultara la idea de enviarlos a un reformatorio: sabía con total seguridad que se lo merecían.
Siendo personas peligrosas, no podían andar sueltos.

Uno de los chicos bostezó y bajó la mirada muy lentamente, algo adormilado. Su compañero también hizo lo mismo. Cerró los ojos con calma, y se dejó llevar entre los brazos de Morfeo.

Yo también tenía sueño, para qué negarlo.
Una siesta nunca viene mal...
A menos que te encuentres en el colegio, claro.
Yo había  ganado medalla olímpica en ese aspecto.

Al momento que abrí los ojos, una cegadora luz blanca chocó contra mis pupilas.
Me sobresalté. Me hallaba algo turbada. Atisbé en torno a mí: 
Continuaba estando en la limusina de Keith, con mis amigos a bordo.
Cruzábamos cautelosos un túnel semi-oscuro, recién internádonos en la ciudad.

Eché un vistazo a Gwen: se ubicaba acurrucada a mi lado, hecha un ovillo, con su cabeza reposando sobre mi falda. Acostumbraba dormir así durante los viajes en carretera.
Sonreí con dulzura.

El automóvil pasó por una lomada muy alta, dando fuertes sacudidas.
A pesar del impacto, Gwen sonrió entre sueños.

Freddy Aviano conducía rápido, pero meticuloso. Sabía lo que estaba haciendo.
El entrenador recorrió al volante unos kilómetros más, hasta que se detuvo frente a la inmensa puerta del estacionamiento de la Agencia.

¿Cuánto había durado el viaje?
No tenía ni la más remota idea. Había perdido la noción del tiempo gracias a la siesta.

Uno cuando despierta de su siesta nunca es capaz de adivinar exactamente qué parte del día es o qué hora da el reloj...
Y eso a veces puede llegar a ser desesperante.

Clasificados © [En edición]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें