Breaking /Teen Wolf |running#4|

XXIV

—Tengo algunas —admitió—. Hasta ahora, no creo que les haga nada si los idiotas no intervienen. Si quisiera hacernos daño lo hubiera hecho ya. 

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 —¿Sabes? Ya vi esos dientes —musitó Theo a Stiles. Stiles miró al chico sin comprenderlo—. Donovan —se explicó—. Él era un wendigo, ¿no es así?

—Sí.

—¿Ese es el caníbal, verdad?

—Nativo americano. Se supone que si comes carne humana, serás una criatura que la ansiará constantemente.

—Es un mito muy crítico —observó Theo, claramente en desacuerdo.

—Yo no lo inventé.

—¿Y si solo así sobrevivía? ¿Oíste sobre el grupo Donner? Seguro que no eran wendigos.

—No vivían en Beacon Hills.

—Buen punto —Theo hizo una pausa—. ¿Y cuál es el castigo por matar a una quimera?

—Debes pasar cinco horas con Theo Raeken —respondió Stiles, sin ocultar su desagrado. Theo sonrió de todas maneras—. Sé cuál es mi castigo —continuó—. Sé la razón por la que Hannah se ha esforzado para ocultar todo. Perderé a mi mejor amigo. Voy a perder Scott.

—No tienes por qué hacerlo —dijo Theo suavemente—. Estoy seguro de que Hannah estaría dispuesta a decir que ella lo hizo.

—No. Scott la sacaría de la manada y eso... la mataría. Ya me lo ha propuesto y ha insistido pero no puedo. Sé cuán es importante para ella pertenecer a una manada, sé cuán importante es Scott para ella. No puedo hacerle eso.

—Supongo que entonces solo tienes que esperar a que Scott no se entere.

—Supongo. 

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Hayden estaba dormitando recargada en el hombro de Liam cuando el chico notó una bolsa negra en una de las bancas de los vestidores. Cuidadosamente se apartó de Hayden para no despertarla y se dirigió hacia la bolsa. Liam sacó lo que había adentro, que eran unas pesadas cadenas de metal.

—¿Qué vas a hacer con esto? —le preguntó Liam a Scott.

—Lo traje por si acaso —respondió.

—¿Acaso de qué?

—De que podamos atrapar a uno de ellos —respondió Lydia por Scott.

—Si la escuela no es una fortaleza tal vez pueda ser una trampa —añadió el moreno.

—Vienen por ella —dijo Liam, disgustado por el rumbo que habían tomado las cosas—. Es la carnada.

—No —intervino Hannah, poniéndose entre Liam y Scott al notar la tensión—. No dejaremos que nada le pase. Te doy mi palabra. Si podemos atrapar a uno, lo atraparemos. Si no, no pasa nada. Hayden es nuestra prioridad.

—¡No! —gruñó Liam, dando un paso más hacia la dirección de Scott. Inmediatamente Hannah avanzó, y puso una mano en el hombro de Scott que si bien podría parecer que intentaba tranquilizarlo, todos sabían que lo que había hecho era frenarlo. Liam se zafó de su agarre y comenzó a caminar dando vueltas.

—Vamos a proteger a Hayden, ese es el plan —insistió Lydia.

—Y ahora es la carnada —completó Liam.