XXIII

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Malia y Hannah estaban esperando en el estacionamiento la llegada de Lydia y Parrish, y como usualmente eran las cosas cuando estaban las dos solas, era jodidamente incómodo.

—¿Cómo van los entrenamientos con las animadoras? —preguntó Malia casi dolorosamente solo para llenar el silencio incómodo. Hannah se removió nerviosa, jugando con uno de sus pequeños cuchillos que siempre cargaba.

—Bien, bien. Estamos planeando una nueva rutina.

—Cool.

—Sí. Cool. ¿Tú cómo vas con...? Um... ¿la escuela?

—Odio las matemáticas —bufó Malia—. Pero supongo que podría ser peor.

—Si necesitas ayuda solo tienes que decirme. Está bien si no quieres que te ayude, pero conozco a una chica de las animadoras, Terra. Es muy inteligente y me debe un favor enorme, así que...

—¿Qué favor?

—Tenía este estúpido novio, Brandon. Le hizo daño así que le di una paliza al chico.

—Oh, me acuerdo de él —Malia la miró confundida—. Pero cuando Scott te preguntó al respecto lo negaste.

—No quería que él lo supiera, ya sabes cómo se pone.

—Pero es tu Alfa. No debes de ocultarle cosas —dijo Malia como si fuera obvio.

—A veces tengo que hacerlo. No me gusta hacerlo pero las circunstancias nos obligan a guardar secretos. Al final no importa porque nos apoyamos los unos a los otros, ¿cierto? —dijo Hannah, su voz con un trasfondo llego de significado. Malia sabía que hablaba sobre su madre. la loba del desierto; Hannah sabía y no la había cuestionado ni una vez—. Confío en ti, Malia. No eres tonta. Espero. Pero sabes que cuentas conmigo para eso. Y para la escuela. Lo que sea.

—Genial —Malia se aclaró la garganta, claramente incómoda pero conmovida por el gesto—. Gracias, Beta.

—¿Por qué me llamaste así? —preguntó Hannah de la nada, alejándose de su puesto recargada en la pared para ver a Malia a los ojos—. La otra noche también lo hiciste.

—¿Tú eres mi beta, cierto? Scott es el Alfa, tú eres la Beta. Así funcionan las manadas.

—Lo sé, solo me sorprende...

—¿Qué? ¿Que haya aceptado tu liderazgo? —Malia puso los ojos en blanco—. No me agradas, no te agrado. Es un hecho que no cambiará. Pero eso no significa que no te respete. Lo hago, y sé que eres inteligente y todo lo que haces tiene un motivo. Eres una buena líder. Eres mi Beta —Hannah se quedó callada unos segundos que parecieron minutos.

—¿Sabes lo que pensé cuando te vi por primera vez? De forma humana —aclaró—. Cuando te encontramos en el bosque como coyote y te convertiste de nuevo a humana.

—¿Pensaste que era muy raro todo?

—No. Bueno, sí, un poco —sonrió Hannah—. Pero no exactamente. Te vi, y pensé que tal vez podríamos ser amigas —Malia soltó una carcajada.

—¿En serio? —Preguntó incrédula—. ¡Pero me odias ahora!

—No te odio-odio. ¿Hubiera preferido que no te hubieras aprovechado de la inestabilidad emocional de Stiles para engatusarlo? Sí. ¿Hubiera preferido que no te metieras en nuestra relación? Sí. ¿Hubiera preferido que...?

—Bien, bien —la cortó Malia—. Lo entiendo.

—Mi punto es que no te odio. Honestamente eres de las pocas personas en que realmente confío ahora. No puedo decir que vayamos a ser las mejores amigas pero... podemos ser amigas. Si quieres.

Breaking /Teen Wolf |running#4|Where stories live. Discover now