"Besos y reencuentros"

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Esperaba que al verlo su corazón dejara de latir desenfrenadamente, pero seguía así o aún peor, sentía que se le desbocaría, que saldría por su boca en cualquier segundo. ¿hacia donde tenía que mirar?, el lago le decía algo, el agua rebosante y cristalina, el sol entre las ramas de los árboles, tal vez solo deba ver el atardecer esconderse entre ellos.

Tenía razón, la ducha no ayudo en nada, él seguía sintiéndose de la misma manera, no sabía si era angustia, pena o dolor lo que le hacia sentir un tipo de nudo en la garganta y boca del estómago, se acomodó la corbata pero deshizo el nudo demasiadas veces debido a que se sentía ahogado. Lo volvió a hacer y ponerla más suelta alrededor de su cuello, estaba todo prolijo, acomodó la hora en su rolex justo a tiempo para escuchar el bocinazo, acomodo su cabello con ambas manos, suspiro y salio de casa. Al cerrar la puerta un olor embriagador lo inundo, era algo como granada o gardenias, en un acto involuntario se toco los labios al sentir el contacto de otros, ¿desde cuando el aire te besa de esa manera?.

Sentía que el oxigeno había sido extraído de sus pulmones y que estos jamás se iban a volver a llenar hasta que la voz de Tyler hizo desaparecer cualquier sensación extraña, como si lo que ha sentido desde que se levantó siguiera siendo un sueño.

-¡Vamos! Dylan, mira que de milagro no he tenido que entrar a vestirte- Dijo con media sonrisa mirando a su mejor amigo. Ambos se habían conocido en una audición y se habían vuelto inseparables, algo así como agua y aceite. No entendían por que aún no se aburrían del otro si eran polos opuestos.

-Sí, ya voy - Respondió Dylan algo confundido con la situación - No sabes que cosa mas rara me ha pas....- Dejó de hablar porque al pisar fuera de su entrada delantera volvió a sentirse igual que hace 5 segundos, cuando todo se encontraba nublado en su cabeza.

-Alo... Dylan - Tyler se acercó a su amigo para golpearle suavemente la cabeza - Por dios dime que no has vuelto a fumar hierba.

Pero Dylan no se inmutaba, por que tenía esa sensación de que debía ir al lago, jamás lo había sentido con tanta necesidad, había ido hace unos días, pero con el sueño que tuvo se sentía como si no hubiera estado ahí hace semanas.

-Dylan por favor - Suplicó este - ¡Vamos a llegar tarde! - Tyler estaba perdiendo la paciencia lo tomó del brazo de una manera muy brusca.

-¿Qué estas haciendo Tyler? - Se zafo del agarre de su amigo, miró la vereda de enfrente, alguien debería estar ahí, volvía a sentir que debía esperar que alguien estuviera ahí, como en la mañana cuando esperaba la compañía de alguna chica.

- Ahora si que me prestas atención - Se aclaró la garganta - Perdóneme Mrt O'brien, me haría el honor de entrar en la Van antes de que mi pie se incruste en donde no le llega el sol - Terminó este de una forma irónica.

¡MRT O'BRIEN!, por qué sentía que esa palabra la había escuchado antes, nuevamente volvió a quedarse estático en el lugar, Tyler no lo pensó dos veces y lo comenzó arrastrar hacia el auto que los esperaba, en cambio Dylan no sabía si mirar la espalda de Posey o el camino hacia el lago.

Señor Posey... sabor a papitas, unos ojos color marrón. No tenía idea si aquello significaba algo ,si eran vagos vestigios de su sueño o sólo recuerdos insignificantes que lo hacían sentir de una manera extraña, pues claramente no eran insignificantes si le hacían sentir tales cosas. Jamás el corazón le había latido de esa manera, claro era por que se encontraba corriendo como jamás lo había hecho, pero sólo ahora era consciente de ello.

Eso le hacia recordar que si se había sentido de esa manera antes pero en su momento la rabia y preocupación lo inundaban y no entendía por qué, a lo lejos escuchaba a Tyler pero ya no volvería y lo tenía más que claro. EL camino lo sabía de memoria, no se detuvo ni en las esquinas, bocinazos, groserías y una que otra queja de los transeúntes no eran suficientes para apaciguar su paso, y es que necesitaba con desenfreno quitarse aquellas emociones de su pecho,sentía que le ardía, como si se estuviera quemando por dentro, el ardor aumentaba a medida que se acercaba a los árboles, se veían desde hace 5 cuadras, eran tan grandes que si los mirabas detenidamente parecía como si le hicieran cariño a las nubes, sintió un ruido ensordecedor, eran sus propios latidos.

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⏰ Última actualización: Apr 24, 2017 ⏰

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