"Selenita"

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No podía respirar, veía cómo mi oxígeno se iba en esas burbujas que atravesaban el agua hasta la superficie, que yo no alcanzaba.

Me desperté sobre exaltada, una mano se encontraba meciéndome, era Mildred, se veía cansada.

Acaso eso de ahí era un moretón.

-DIOS, ¿QUÉ TE HA PASADO?- dije mientras tomaba su cara con ambas manos. Esta tenía un moretón en toda la zona ocular y estaba de un tono verdoso con pequeños puntos púrpura, esto podría ser reciente.

-Nada.. Solo...solo me he caído- sonrío desganada, acarició mi mano- Te he traído el desayuno.

-¿Cómo que nada?, Señora Mildred ahí usted tiene un gran moretón, es muy difícil caerse y que el ojo quede de esta manera, ¿qué le ha sucedido en verdad?.

-¿Quien es Dylan?- buena forma de cambiar de tema.

Me senté en el mueble, ahora sentía mi pie, este palpitaba al ritmo de mi corazón, el cual al escuchar ese nombre comenzó a acelerarse un poco, por primera vez en estos días el rubor tan peculiar en mi se hacía presente.

-Dylan es un chico especial- observé mis manos las cuales se encontraban jugueteando una con la otra. Mildred tomó mi rostro y me hizo verla.

-Ya entiendo, estas enamorada, yo sé lo que dicen las miradas. Tus mejillas se han tornado de color, tus ojos brillan desmesuradamente, te has puesto nerviosa- sentí su mirada penetrarme, el silencio nos apaciguó, pude notar cómo sus ojos se cristalizaban a la par que los míos.

-Lo amo- mordí mis labios intentando retener todo ,pero este fue más fuerte, mi mentón tiritaba junto con mis mejillas que solo querían derramar las lágrimas.

-Lo entiendo perfectamente, yo tenía un amor en mi adolescencia, lo perdí en mi juventud debido a un accidente automovilístico- ella acariciaba mis manos con una tranquilidad inmersa de este mundo, de este momento.

No sé qué quería descifrar en mi mirada, no sé por qué no dejo de verla, estuviste un largo tiempo observándonos mutuamente, ella acabó con el silencio.

-Ellos me han golpeado, el fortachón que me lanzo aquí dentro vino a buscar algo mientras dormías y te vio, vio tu pie y supo que fui yo quien te ayudo por la tela de mi delantal- corrió su mirada hacia su mano invitándome a mirar, seguí lo que miraba y pude ver que sujetaba en un puño su delantal, el trozo que le faltaba se encontraba ensangrentado en mi pie.

-Lo lamento Mildred- Mis lágrimas caían con desdén-¡Vete!-Me observó extrañada- Mildred ¡vete!- las lágrimas se intensificaron- No puedes ser buena conmigo- Ella no soltaba mi mano.

Lágrimas se expandían por su rostro y el mío, mientras de una forma incontrolable la encontraba echándola del lugar, ella era mayor, no tenía más aguante que yo, debía protegerla.

-Selenita no hagas esto, tú no tienes la culpa- a penas escuché el apodo, sollozos escapaban de mi boca, gritos ahogados entre ellos balbuceaba el nombre de mi madre, ella me llamaba así cuando yo me encontraba triste.

*flashback*
Mandy se encontraba buscando a su hija por los alrededores de la casa, sabía que la muerte de su conejo le iba afectar bastante, muy preocupada entró en la desesperación, gritaba por doquier llegando a espantar a los animales, se encontraban en Texas de visita a los abuelos de Selena ya que cumplían veinticinco años de casados. Por otro lado Selena a penas vio la horrible imagen de su conejo degollado corrió como nunca, ese animalito la había acompañado desde pequeña, era su única compañía cuando no venían sus primos, ella no tenía amigos en el jardín y su soledad se contraía cuando estaba con Rabit, un ingenioso nombre teniendo en cuenta que significa conejo en inglés.

Su escondite había sido el granero, detrás de los grandes fardos, en un rincón en donde nadie podía verla, ni las vacas, cerdos o caballos.

- ¡SELENAAA, SELENA!- oía a lo lejos gritar a su madre en un tono desconocido para ella, ¿mi mamá está llorando? Se preguntó. Se puso de pie corriendo hasta la puerta del granero en donde la pudo divisar.

-Maaa..mii- dijo con voz temblorosa. Cuando Mandy oyó a la pequeña corrió hacia ella.

Selena se encontraba con toda la cara mojada, algunos mechones se le pegaban en el rostro ,estaba cubierta de paja y tenía la cara roja e hinchada debido a su llanto, el puchero inconfundible se encontraba en su rostro. Abrazó a su madre fuertemente y se repitió una y otra ves que las guerreras no deben llorar, al menos eso le decía su abuela siempre que le contaba lo que sucedía en el jardín, obviamente nadie se preocupó de eso, en ese entonces ella era solo una niña y cuando creciera haría amigos en el colegio o eso supusieron.

Después de haber consolado a su hija con las típicas galletas con chispas de chocolates ,Mandy quería cerciorarse que su pequeña no volvería a llorar por Rabit.

-Selenita, ¿vas a seguir llorando?- ella sonrió entusiasmada mostrando su dentadura la cual aún no se encontraba completa debido a que sus dientes de leche ya había caído, le gustaba ese apodó que tan solo hace escasos segundos su madre había pronunciado.

-No mami... El está bien , muy bien, por qué los conejitos como Rabit siempre estarán bien, el está comiendo todas las zanahorias del cielo, el está bien mami, no hay que llorar- Selena beso a su madre, bajo de su asiento sin antes tomar unas galletas del plato y salió muy rápido por la puerta de entrada para ir a su casita de muñecas.

-Hey Selena, reacciona- sentí unas arrugadas pero cálidas manos sobre mi rostro, mi cabeza ardía como los Dioses.

-¿qué sucedió?- pregunté mientras me sentaba y una sutil jaqueca inundó mi cabeza, comencé a sobar mis sienes para conseguir calmarlo mientras Mildred me miraba de una forma extraña.

-Te ha dado una crisis de pánico- soltó sin más.

-¿QUE?- pregunté con obvia sorpresa.

-Haz comenzado a balbucear el nombre "Mandy", decías que te estabas ahogando mientras dabas vueltas tomando tu cabeza, corriste hacia la ventana intentaste gritar pero solo balbuceabas, me he asustado cuando corriste hacia la esquina de la habitación y te echaste a llorar hasta que caíste inconsciente- miraba a Mildred sorprendía debido a su declaración sobre lo que había sucedido hace unos momentos, me sentía muy mareada.

-Perdón si sueno descortés pero quiero dormir un rato, podrías irte.

Because I love YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora