"Carmesí"

254 31 8
                                    

No sé si en la vida todo es complicado o uno la vuelve de esta forma, no me he juntado con Dylan hace dos días, hemos mantenido conversaciones por whatsapp pero en ninguna de estas comentamos lo sucedido esa noche, lo que me ha dado a pensar bastante en si es verdad todo lo que me dijo la noche que él pensó que no estaba consciente de nada.

Me encontraba buscando un esmalte de uñas para pintármelas, abrí el cajón de mi mesa de noche, sacándolo entero para darlo vuelta en mi cama, así podría ver bien cada pintura, de todas maneras luego debía ordenar mi dormitorio.

Carmesí y azul eran los colores que se debatían en mi mente, combinarlos no era una opción ,mucho menos pintar una mano de cada color, debía decidir uno, estaba tardando más de lo normal, mi cabeza daba vueltas con las ideas revoloteando, retardando más mi decisión. Carmesí, luego de una exhaustiva discusión conmigo misma para concentrarme, esa había sido la decisión.

Con suma delicadeza ya llevaba ocho uñas perfectamente pintadas, casi media hora me había llevado lograr tal cosa. Novena, metí el pincel dentro del frasco para embetunarlo y pasarlo con sumo cuidado por la uña, mientras hago eso mi lengua se asoma por mis labios para conseguir una mejor concentración, frunzo el ceño y la verdad es que no me gustaría que alguien me viera de esta forma o estallarían en carcajadas por aquellas muecas provocando que su risa me desconcentrara arruinando lo que hasta ahora podría catalogar como una obra de arte.

Ultima uña pero un ruido capta toda mi atención, el teléfono estaba sonando, levanté mi cabeza, ambas manos se encuentran con los dedos separados a más no poder, comienzo a agitarlos para que estos se sequen de una forma más rápida, vuelvo a poner toda la atención en las uñas, cuando siento el buzón de voz.

-Hola, lamento no poder contestar pero me encuentro muy ocupada, podrías dejar tu mensaje y luego yo te llamo, Bip- Terminó de sonar mi mensaje de voz, las uñas se encontraban limadas de una forma prolija, la pintura descansaba en estas en una forma perfecta, raramente no había pintado las orillas de mis dedos.

-Hey, hola, ehhh... Pensé que contestarías, si estás muy ocupada no me llames, yo llamaré otro día- Apenas capte que era Dylan se podría decir que volé para alcanzar el teléfono, lo tome con mi mano derecha y lo lleve a mi oído, presione el botón para contestar.

-Aquí estoy, solo estaba haciendo unas pequeñas cosas, ¿que quieres?-Sonaba como si hubiera corrido una maratón, hable lo más rápido posible, pero entendible.

-Sé que no nos hemos visto, pero te llamaba para...yo quería saber si tu.. ¿Quieres salir conmigo al cine?- Sentí un cosquilleo desde mi panza a mi boca, me dieron ganas de saltar y gritar.

-¡Si!- Dije en un grito ahogado con mis manos- Si, si quiero- Comencé a enrollar mi cabello con el dedo índice.

-Bueno, supongo que nos veremos en el lugar- Sonaba irónico.

-¿Por qué lo dices?- Fruncí el ceño.

-Porque siempre que te pregunto a qué hora te pasó a buscar me lo niegas y me dices que nos vemos en el lugar - Pude sentir una risa al otro lado de la línea.

-Ven a buscarme, vivo en la calle Parker número 14- resoplé al teléfono.

-Ahí nos veremos- Sentí su suspiro antes de cortar la llamada y eso hizo ruborizarme.

Comencé a pensar en todo lo que había sucedido, en menos de dos horas él estaría aquí y yo aún estaba en pijama, junte ambas manos y las lleve a mi boca, comencé a soplar entre estas para organizarme y estar lista dentro de ese tiempo cosa que sería un récord y de los mejores, cuando soy consiente de mis uñas, totalmente arruinadas, y con la pintura des prolija , ni una sola se había salvado, no quedaba más remedio que limpiarlas y dejarlas sin pintar. Camine, mejor dicho corrí hacia la cama para tomar el quita esmalte, para untar un algodón en está , inicie de una forma calmada, pero cada segundo valía más de lo que se podría pensar y de una forma maniática comencé a frotar mis uñas para eliminar cada rastro del carmesí que se encontraba en estas, al terminar a paso rápido me dirigí al closet para tomar una prenda casual, por suerte esto no me tomaba una eternidad, la verdad es que nada me tomaba una eternidad, hasta podría volver a pintarme las uñas y eso en verdad lo deseo, no me agrada traerlas tal y como son. Tomé un vestido rojo y unos mini short para que nada saliera a la vista, entre al baño en donde me recibía el enorme espejo que abarcaba la mitad de la habitación, moje mi cara, la seque y pinte mis labios, maquille mis cejas y me puse máscara de pestañas para que mis ojos resaltarán.

Salí de baño y no había transcurrido ni media hora desde que le había cortado a Dylan, volví a tomar el esmalte y pinte mis uñas de una forma rápida, a pesar de tener el tiempo a mi favor quería tocar el Piano para sacarme estos nervios que tenía. Nuevamente mis uñas se encontraban pintadas de un color carmesí, un tono muy lindo que utilizaba muy a menudo, esta vez no quedó perfecto pero estaba bien, tuve que limpiar las orillas de mis dedos ya que me había salido más de unas cinco veces, pero son cosas que suceden la mayoría del tiempo y temo que nunca más logre que me queden como hace unos cuarenta minutos cuando mis uñas podrían a ver sido parte de una hermosa y clásica pintura de Leonardo Da Vinci que se caracterizaba por ser muy detallista y perfeccionista a la hora de poner el pincel en el lienzo.

~~~~~~
Subí a mi auto, ya en camino a la casa de Selena me sentía algo nerviosos y comencé a cuestionar lo que había hecho, traer una gorra y lentes no sé si le parecerá bien a Selena, tal vez se moleste y crea que no quiero que me vean con ella o tal vez ella también vaya de este modo, "camuflada" por así decirlo y si no es así me sentiré idiota, como la mayoría del tiempo. Llegue a su casa sin ayuda de Ursula con la cual me sentía molesto aún, me debatí entre tocar la bocina o bajarme y tocar la puerta. ¿Debería a ver traído un ramo de rosas? ¿O sería mucho?, por alguna rara razón me encontraba cuestionándome.

Toque el timbre, no sentí ni un movimiento dentro de la casa y en unos veinte segundos calculados por mi mente, ella se encontraba abriendo la puerta, con esa peculiar sonrisa que solo aparecía después de hacerla sonrojar.

-¿Ya nos vamos? - Pregunto mientras aún sonreía.

Because I love YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora