"17,mi nuevo número favorito"

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Entro Dylan en la habitación.

-¡Hijo!, ¿por qué no me dijiste que tu novia era Selena Gomez?- Dijo la madre de Dylan mientras azotaba la cuchara con el mesón, sentí como me ponía roja y la mirada de Dylan se incrustaba en mi.

-No..oo, no, no, no es así- Tartamudee, me voltee para ver el horno, que estupida soné.

-Mamá- Oí decir a Dylan mientras se acercaba a mi, poso su mano en mi cintura para voltearme quedando ambos frente a la señora Sara.

-Selena y yo somos amigos, nos conocimos hace muy poco, y estoy enamorado de ella- Sara y yo afirmábamos con la cabeza, veo que ella me mira anonadada y yo le sonrió para luego abrir mis ojos como plato, ¿ESTA ENAMORADO DE Mi?, lo miré aún sorprendida, este mantenía una sonrisa de oreja a oreja y su mirada iba de mi hacia su madre.

-¡MI NIÑO ESTÁ CON UNA MUJER DE VERDAD! - Sara gritaba por la ventana mientras el agua se filtraba y mojaba todo a su paso. A lo lejos se podían ver las luces de lo que eran truenos y rayos, como si estos me escucharan el estruendo de uno se escucho muy cerca, haciéndome brincar.

-Mamá, cierra la ventana que Selena le tiene miedo a los truenos- Dylan habló de una forma muy dura y tierna, ni siquiera note cuando él me estaba abrazando.

-Ohh, ¿pequeña, estás bien?- Sara después de cerrar la ventana rápidamente puso sus manos en su boca como signo de disculpa- ¡Vamos a comer¡- dijo después de echarle un vistazo al horno.

La tarde pasó volando ya eran las Diez de la noche y el sueño se hacía presente, comí de todo lo que había cocinado Sara, que por cierto estaba muy bueno.

-Gracias por la comida, pero creo que me iré a dormir, espero no te moleste Sara- Dylan decidió que me quedara a dormir, el dormiría en el sofá de su habitación y yo en la cama, después de tanto insistir logró convencerme de quedarme.

-¿Que?, ni agradezcas que si te vas a comer todo yo te agradezco, me encanta que se coman todo lo que cocino. Ves Dylan deberías aprender de ella. Cariño, no te preocupes que yo ya me voy- Miró su muñeca que por cierto no tenía reloj- Ya es tarde debo marcharme.

-Mamá no bebiste ni dos tragos y ya estás viendo cosas, No tienes reloj- Dijo Dylan entre risas logrando que yo suelte una con un pequeño bostezo.

-Bueno pero si debo irme, además no debo tener reloj para saber qué hora es- Está regaño a su hijo.

-Pero no se vaya, podemos dormir las dos en esta casa.

-No, no, no mi amor, tú ya sabes ese dicho- Nos miro a mi y a Dylan como para que continuáramos la oración- Ese dicho del tercio malo o el mal tercio, no sé que- ambos nos miramos y negamos con la cabeza.

-No sé que dicho hablas Sara- Le dije.

-No importa, solo me voy, ya dejen que me vaya, no sean ostigosos o les pegare un sape a ambos- todo mi ser creyó aquellas palabras, Sara ya estaba por toner un pie fuera de la casa.

-Adiós- dijimos al unísono Dylan y yo.

-Bye, quiero tres nietos regordetes, ya pónganse en marcha- Y cerró la puerta dejándonos a ambos sonrojados.

Dylan caminó hacia mi, besó mi frente y me guió a la habitación.

-Vamos a buscarte un pijama- entró a su closet- Espero no te moleste dormir con una remera mía- Solté una sonrisa.

Because I love YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora