Epílogo

8.4K 573 42
                                    

SCARLETT

Un año después...

Abrí los ojos sobresaltada cuando escuché un ruido. La habitación estaba a oscuras, ya que habíamos cerrado las cortinas. Puse una mano encima del brazo de Brad, preparada para llamarlo si escuchaba de nuevo el ruido. Volví a escucharlo, era como si alguien estuviera raspando el suelo. Moví a Brad hasta que se despertó.

— ¿Qué ocurre? —murmuró.

— Escucha —susurré.

Volví a escucharlo y me acerqué a Brad. — ¿Qué es eso? —preguntó.

— No lo sé.

Nos quedamos callados, esperando a escucharlo de nuevo. Sentí algo agarrar mi pie y prácticamente salté encima de Brad, para agarrarme a él.

— Mamá —escuchamos.

Empecé a reírme por el susto que me había dado. Me separé de Brad.

— ¿Qué ocurre, cariño?

— Quiero dormir contigo.

— Súbete a la cama.

Med se subió a la cama y la cogí para ponerla en medio de nosotros.

— Hola, preciosa —susurró Brad.

Me acomodé en la cama y cerré los ojos. Med hacía mucho con Brad. Cada vez que llegaba a casa después del trabajo, ella corría a sus brazos. Adoraba a Brad y yo disfrutaba ver la escena.

Sin embargo, cuando le pasaba algo —como ahora, que estaba tocando mis pestañas para que me despertara— me llamaba a mí.

Abrí los ojos y vi su dulce rostro. — ¿Ya ha venido Santa Claus? —asentí. Pude ver su mirada emocionada.

— ¡Papá! —ella se giró y puso sus pequeñas manitas en la cara de su padre.

— ¿Qué pasa, mi vida?

— Santa Claus.

— Oh, sí. Santa Claus. ¿Habrá venido? ¿Te has portado bien?

Ella asintió.

Me levanté y Brad cogió a Med en brazos. Abrí las cortinas, eran las siete de la mañana. Mederith siempre se despertaba a esta hora, se venía a nuestra cama y la aguantábamos allí hasta que fueran las ocho.

— ¿Qué te habrá traído Santa Claus? —le preguntó Brad.

Mederith estaba emocionada. Había estado diciéndole desde el principio de la Navidad que un hombre vestido de rojo bajaba por la chimenea y le dejaba muchos regalos.

Bajé las escaleras delante de ellos.

— ¡Mira! —dije emocionada—. ¡Hay caramelos!

Había hecho con Brad un camino de caramelos y chocolatinas desde la escalera hasta donde estaban los regalos. Med se quiso bajar de los brazos de Brad y corrió al salón. La seguimos y vimos que de camino cogió el chupete de su cajita.

Nos sentamos cerca del árbol, ayudando a Med a abrir sus regalos, que se fue por el más grande. Ella miraba ilusionada cada regalo.

— ¡Él tutú de princesa! —gritó emocionada cuando vio el pequeño tutú rosa.

No tardé en ponérselo, acompañado de una corona que ella había pedido y una barita mágica que tenía sonido.

Brad —que estaba sentado a mi lado en el suelo— se acercó a mi oído. — ¿Puedes explicarme cómo le ha hecho más ilusión el tutú que la muñeca de Elsa?

ADOPTA A UN TIO / NO CORREGIDAWhere stories live. Discover now