SEIS

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Brad

Los hombres somos muy simples. No nos comemos la cabeza por chorradas y nos da igual quien le da like a nuestra foto de Instagram. También nos da igual que lloréis por alguna cagada, eso lo que hace es que nos cansemos más rápido de las mujeres. Tampoco nos gusta el empalago, ni que penséis que os tenemos que salvar de vuestra propia mente. Nos pasamos por el forro vuestras inseguridades porque solo queremos vivir en paz, follar cuando se tiene ganas de follar y tener a alguien con quien poder hacerlo.

Ahí entraba Madison.

A pesar de que la chica estaba pendiente de su cuerpo 24/7, aún tenía tiempo de soltar lágrimas de cocodrilo cuando no me apetecía hacer algo o cuando me portaba indiferente con ella.

Había encontrado esa noche a una chica que follaba bastante bien y que no me daba muchos dolores de cabeza porque estaba ocupada con ella misma.

Después, estaba Scarlett. Esa chica que tenía frente a mí comiéndose un plato de pasta mientras miraba a un punto fijo, pensando. A saber que pensaría.

Conocerla por Internet me había hecho indagar en su vida y en su personalidad. Quería saber cómo era, quería saber su historia y cuando la vi, me di cuenta de que no me la había contado entera.

Miré la cicatriz de su mejilla.La curiosidad no cesaba. Esa chica seria de mirada triste me tenía pensando en ella todo el tiempo.

Las mujeres esperan que los hombres las salven de su horrible pasado.

Yo no iba a hacerlo. Porque no era así. ¿No?

Sin embargo, había algo en mi corazón que no me dejaba tranquilo. Algo que me decía que Scarlett no era como ella se había mostrado por Whatsapp. La chica que tenía delante tenía mal genio, era borde y mantenía su postura firme, siempre.

Quizás solo necesitaba a alguien que se preocupara por ella. Pero, para eso está la familia, ¿No?

Sabía que sus padres estaban divorciados y de que había estado viviendo con su madre antes de ir a la Universidad.

No sabía nada más de su vida.

- ¿Te gusta? - le pregunté. - Ella asintió sin dejar de comer. - Tenias hambre - bebí de mi coca- cola.

- No había desayunado - cogió un trozo de pan.

Sonreí - ¿Y querías rechazar mi oferta a comer? - alcé una ceja.

- Solo estaba haciéndome la dura - dijo con la boca llena.

Sonreí y seguí comiendo. - ¿Que harás después de que termines el máster?

Se encogió de hombros - Volveré a Michigan y buscaré trabajo.

Volverá a Michigan...

- Oye - llamó mi atención - ¿Madison se hace sesión de fotos?

- Trabaja como modelo.

- Claro, ya decía yo que eso de abrir la nevera y no ver chocolate no era normal. Ni tener ese cuerpo tampoco.

- Vive de su cuerpo.

- Ahora lo sé. ¿Puedo hacerte una pregunta? - me miró curiosa.

- Por supuesto.

- ¿Se ha operado el culo?

Eso me hizo soltar una carcajada. - La verdad es que no lo sé. Es una pregunta un tanto incómoda.

- Sí, un poco. Aunque si se lo ha operado no lo va a decir, dirá que es de hacer sentadillas.

Sonreí.

ADOPTA A UN TIO / NO CORREGIDAWhere stories live. Discover now