Esperados besos.

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Desperté cansado. Los viajes siempre son agotadores. Pero este había válido la pena, teníamos en nuestras manos la clave del éxito. Y era motivo para celebrar.

Lamenté haber despedido a mi colombiana, porque tenia mucho que lavar, así que inicié para poder terminar.

Al subir a tender ahí estaba Camila. La abracé por detrás apretandola, a ella le encantaba. Y besé su cuello.

Se giró delicadamente y me besó, después de varios días sin verla, sin besarla, sentía que anhelaba ese beso.

Mis manos agarraron sus nalgas, y la besé con pasión, con ganas y ella respondió en la misma medida.

-Te extrañé mi cielo.

-Yo también papi, muchísimo.

-Que vas a hacer hoy?.

-Tengo varios pacientes para esta tarde y un compromiso esta noche, por?.

-Quería robarte un ratico.

-Mañana es sábado, tengo la mañana libre. Las niñas salen con su papi.

-Pues mañana eres mía.

-Y que tienes en mente, a sabiendas de que soy una mujer casada.

-Vamos a compartir, salgamos a un lugar privado.

-Soy una señora, tanto misterio para decir que quieres llevarme a una cabaña.

-No pensaba en eso, pero ahora que lo dices no suena mal.

-Mmmmmh... y que pretendes en una cabaña conmigo.

-No se, conversar y pasarla bien

-Pero eso podemos hacerlo aquí, estamos conversando ahora.

Así que me acerqué más y la bese lentamente, chupe sus labios suavemente y comencé a pasar mis manos por su cuello. Dejé que mi lengua jugara con la suya. Y la sentí estremecerse.

La abracé y comencé a acariciar su espalda hasta llegar a sus nalgas que me gustaban muchísimo. Y las apreté...ella gimió extasiada. Así que comencé a besar su cuello y seguí hasta donde su blusa me dejaba.

Mis manos siguieron bajando, le apreté un seno y largó un gemido que me puso rápido. Y seguí más excitado que antes.

Mis manos rozaron su pantalón y rápidamente estaban en su zona vaginal, que ya estaba humeda. Comencé a rozar suavemente mientras ella jadeaba, así que acelere el ritmo.

Cada gemido que daba me ponía rapido, y mis manos se movían cada vez más rapido. Así que la tome de la mano y bajé con ella a mi apartamento. La tire en el mueble y le arranqué la blusa rápidamente.

Sus senos quedaron al aire y comencé a besarlos suavemente. Era una mujer muy sensual. Comencé a besar sus senos suavemente, mientras con la otra mano apretaba el seno que no estaba en mi boca.

Comenzó a gemir y me ponía loca. Así que comencé a masturbarla, mis manos hacían el trabajo, mientras mi boca estaba en sus senos. Y comencé a bajar suavemente.

Su ombligo, y un poco más. Quería hacerla mia, no sentía esas ganas así por alguien hace mucho.

-Papi... recuerda que hoy mis niñas si están, para mañana, si?.

-Está bien amor. -dije sonriente mientras se ponía la camisa para irse.

Me preparé para la noche, compré tres cajas de moets, y distribuí cada botella por el departamento completo, invité a tres de los departamentos de la compañía, el de Laura, el de Juan y el mio por supuesto, puse musica muy alta, y nos gozamos aquella noche, pues el éxito eres motivo para celebrar.

Mil y una aventurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora