"Problemas de un dia"

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Ahí estaba yo, quince minutos tarde para la universidad, supongo que por descuidado o por los problemas que mataban mi cabeza, mala paga en el trabajo, problemas familiares y dos calificaciones horriblemente bajas.

Supongo que era por mi falta de tiempo y falta de atención, pues ya estaba agobiado, había sido mi peor semestre, enero dieciséis del 2021.

Entré lo mas rapido que pude a clase, intenté sentarme en silencio pero...

—Adónde creé que va señor Alejandro? -Dijo el profesor de termodinámica.

—Eeeeh... Ammm, esteee. -dije entre titubeos.

—Salga de mi clase señor Alejandro, y por favor no vuelva hasta que sea una persona responsable -dijo el Sr. Smith.

—Pero... -dije y paré.

—¿Me está refutando?, está bien, traigame un trabajo escrito sobre la termodinámica completa en sus tres niveles, tiene dos dias -Dijo él.

Salí del aula entre las risas y las burlas de mis compañeros.

—Maldito viejo estúpido -dije en mi enfado.

Pero bueno, no me iba a poner a pensar en mis problemas, aproveché el tiempo extra para ir a mi departamento dormir un poco y hacer el aseo, tomé un bus en la parada y me puse a escuchar música.

Mientras estaba en el bus observé que habian dos chicas entre 18 a 22 años, pero me fijé especialmente en una de ellas, era de piel clara con un pelo castaño, largo y hermoso.

Pero justo en ese momento no iba a decirle nada, pues no tenía ganas de hablar con nadie y mucho menos de ponerme a coquetear.

Cuando llegué a mi parada le iba a decir al chofer que me deje, cuando de pronto.

—Chofer pare cuando pueda.

Era aquella chica en la que me habia fijado hace un momento, bajamos y me quedé un poco sorprendido, pues nunca la había visto en el residencial.

Iba caminando justo delante de mi y la curiosidad se apoderó de mi.

—Disculpa. -dije tratando de llamar su atención.

—¿Si? -respondió la chica.

—No pude evitar la curiosidad, así que quiero preguntarte, vivo aqui y nunca te había visto, ¿Vives aquí?. -pregunté.

—Pues... me disculpas de verdad, pero no puedo contestarte, ni siquiera te conozco. -dijo ella sin titubear.

Me paré, mientras ella siguió, no pude decir nada, la vergüenza se apoderó de mi, pues había sido algo directa.

Cuando iba lejos dije:

—Otro fracaso más, mi vida es un asco.

Seguí hasta mi departamento, tiré la mochila en mi viejo sofá, y fui hasta la cama, dormí una hora, pues debía limpiar.

Me paré, lavé la poca ropa sucia, planché dos camisas y un pantalón. Fui a la cocina revisé la nevera y no había nada de comer, miré por la ventana y me fijé que estaba ya casi de noche.

Fui al baño, me di una ducha larga y me preparé para ir a mi trabajo, me dirigí nuevamente a la parada de bus y mientras iba, la chica de la tarde venía, tenía ropa deportiva, por lo que deduje que venía del gimnasio.

Le pasé por el lado evitando cruzarme con ella otra vez, pero me agarró por un brazo.

—Disculpa. -dijo ella para iniciar una conversación.

—Si, en que puedo ayudarte.

—Es que, como te respondí esta mañana no fue mi mejor forma de hablar, disculpame de verdad. -se disculpó la chica.

—No importa, te entiendo, tampoco le hablaría a un desconocido que me pare a mitad de la calle. -dije tratando de ser comprensivo.

—Bueno, está bien, Empezemos de nuevo, Soy Stacy, ¿Cuál es tu nombre?.

—Me llamo Alejandro, un placer.

—Un gusto, bueno hablamos un dia de estos vecino -Dijo ella mientras se alejaba entre risas.

—Adios. -dije y me fui hasta el bus que casi se iba.

Llegué a mi trabajo, por fin a tiempo y me puse sin pensarlo a atender a los clientes. Trabajaba en un restaurante de un amigo que conocí en la universidad, ganaba poco, pero las propinas eran buenas, comía mucho y la pasaba bien con mis compañeros, pero la verdad no quería seguir por el salario, nesecitaba darle un giro a mi vida y nesecitaba por fin comprar mi vehículo.

Gracias a los cuatro empleos que habia tenido después de la mayoría de edad tenia una considerable suma de dinero, salí de una Politécnico como técnico eléctrico y había trabajado en dos trabajos como asistente de mantenimiento y otros dos en área de ventas.

—Llegas temprano -dijo mi jefe muy contento.

—Haha, pues si amigo, tuve mucho tiempo hoy -dije pensando en los contratiempos de aquel dia.

—Que bueno amigo, estrechó mi mano y se encerró en su oficina. Pues no lo veía mucho, esa era su costumbre.

Mientras nos preparabamos para las ventas de esa noche, una chica se me paró atrás y me agarró las nalgas.

—Eh? -dije mientras volteaba.

—Hola guapo -dijo Anastasia una de las cocineras.

—Haha, deberías dejar de jugar casi van a empezar a llegar los clientes.

—Parece que hubieras tenido un muy mal dia -dijo entre risas cuando se iba.

—No te imaginas cuanto -comenté con voz baja.

Trabajamos esa noche completa hasta las once, pues no habia sido un dia demasiado cargado.

Me retiré a mi casa para volver a empezar mi jornada y mi trabajo de termodinámica al siguiente dia.

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