Una inesperada velada

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Salí a trabajar, pues debía reunir a mi equipo, ya que el día siguiente tenía que reunirme con los encargados del proyecto, y debía tener una respuesta.

Habíamos avanzado mucho, pero la intensidad era baja, a pesar del voltaje ser bueno, así que debíamos buscar una fuente alternativa para garantizar mayor intensidad, sin usar más resistencias para no poner un voltaje de riesgos que al final solo elevaría los costos y eso no era conveniente.

Investigamos de un lugar en Bávaro que tenía un proyecto parecido, así que solicitamos una cita para la semana siguiente. Si conseguíamos podíamos dar el negocio por cerrado.

Me despedí de mi equipo, y me dirigí a casa. Estaba agotado. Y necesitaba descansar. Sin distracciones.

Al llegar Camila iba a llevar una basura, así que hice todo lento para que le tocara subir conmigo.

-Buenas noches vecino, no le gustó su pintura ?

-Fui por ella, pero usted no estaba.

-Tú , por favor.

-Lo siento, es por la edad.

-Hahaha, ya quisieras tu.

-No te imaginas cuanto.

-Qué dijiste?.

-Que si que es verdad.

-Vamos por el 2do piso y ya estas jadeando, vamos ánimo.

Y comenzó a subir las escaleras trotando delante de mi, y de verdad que me motivaba, ver esas nalgas que marcaban esos panties minúsculos, y su largo cabello que se movía al compás, solo podía imaginarmela en cuatro.

-Te parece?.

-Perdón? .

-No me escuchaste ?.

-Lo siento, me distraje.

-Que estoy haciendo pescado, que si gustas un poco, o si vienes a cenar conmigo, porque David me llamó que no vendrá hoy, que te parece?.

-Acepto, pero con una condición.

-A ver cual?.

-Que me dejes llevar el vino por lo menos.

-Aceptó.

-Pues en media hora cenamos.

-Perfecto.

Y al llegar a nuestro piso, se acercó a mi oído.

-No vengas muy formal.

Y cerró la puerta tras de ella sabiendo que la seguía con la mirada. Me gustaba ese culo, me gustaba ella. Aunque fuera casada.

Entré a ducharme, y me puse unas Bermudas a cuadros, con un cuello v. Tenia 5 llamadas perdidas de Lorena, pero hoy tenía una cita más importante.

Busqué un vino de la vinera. Y salí a mi cena. Toqué su puerta y en 2 minutos abrió. Llevaba un vestido corto suelto, con un escote bien pronunciado, no llevaba maquillaje, aunque nunca la había visto maquillada, y estaba descalza.

Me invitó a pasar con su hermosa sonrisa. Y lo admito el olor era divino. Me invitó a sentar mientras terminaba algo en la cocina.

-Y las niñas?.

-Están con mi madre.

-Ósea que solo seremos nosotros.

-Así es.

-Pues déjame ayudar entonces.

Y me dirigí a la cocina a ayudarle a servir, estaba preparando una salsa Bechamel, que me dio a probar, y me quemé.

-¡Quema quema quema!.

-Lo siento, dijo acercándose a mi para soplarme, se empinaba para hacerlo y me gustaba verla asi, y aunque ya no me quemaba, me gustaba tenerla tan cerca.

Me llevó hasta el mueble y me reclino, para soplarme, la posición me daba una vista espectacular de sus senos, y me dejaba apreciar su olor. No disimule y ella lo notó.

-Te sanas rápido. -dijo riendo y volviendo a la cocina.

-Me gusta tu olor.

Se acercó de nuevo y me abrazó para que sintiera su olor, pero no desaproveche y sentí su cuerpo, mis manos se envolvieron en su espalda y bajaron involuntariamente y sentí sus colaless. Se separó de inmediato y me miró fijamente.

-Eres un atrevido.

-Mis manos son atrevidas, yo no.

Me las quitó y se fue a la cocina, yo la seguí, sin duda disfrutaría la noche. Me apoyé en el desayunador que ella acostumbraba sentarse a verla agacharse a sacar el pescado del horno, con su vestido que ayudaba mucho mi intención.

Sirvió la cena y nos sentamos a conversar, era una mujer intrigante, interesante, y tenía esa mirada tan pícara, y aunque ella me daba luz verde, me manejaba con cautela, no quería perder nada de lo que habíamos avanzado.

Conversamos, le ayudé a fregar, y destapamos el vino, sentados en el piso, me contaba sobre ella y la escuchaba atento, quería saber todo sobre ella.

-Y tú Alejandro, cual de todas es tu novia?.

-Solo son amigas.

-¿Así le llaman ahora?, porque la que gemía parecía llevarse bien contigo.

-Nada importante.

-Pero es bueno, cuando un hombre logra hacer a una mujer gemir, es un indicador de que sabe trabajar.

-No creas en publicidad.

-Me gusta probar, no creo en encartes.

Y me dio una mirada que entendí en segundos. Así que me acerqué y ella no se movió. Puse mis manos en su cuello y la hale hacia mi para besarla y cuando sus labios rozaron los mios, su teléfono irrumpió.

-Si, te espero entonces. -dijo al contestar

-Cielo, mi esposo está llegando. Lo siento.

-Tranquila.

Y me puse de pie, ella me imitó, y la agarré y la besé, la besé a riesgo de que me rechazara, pero sus labios eran suaves, y respondió mi beso con una dulzura. Sus brazos me abrazaron y mis manos agarraron su trasero.

Y me soltó y me dio tremenda bofetada. Le agarré la mano, y volví a besarla. Esta vez fue más intenso. Y ella no se resistió. Muy al contrario, se pegó a mi.

-Me voy, no quiero tengas problemas. -le dije aunque quería quedarme.

-Eres un atrevido.

-Dime que no te gustó y no se repite.

-No me gustó, me encantó.

Y salí después de darle una nalgada.

Mil y una aventurasWhere stories live. Discover now