ESPECIAL SAN VALENTÍN

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—Los nervios me ponen violenta.

—¡Ja! Así que lo admites —la rubia puso los ojos en blanco y se mordió el labio, ansiosa. Scott suspiró y pasó su brazo alrededor de sus hombros—. Mira, te entiendo. Vas a un lugar extraño con un montón de desconocidos que van a estar juzgándote porque eres la primera chica que Stiles les presenta y no eres precisamente la persona más sociable del mundo...

—Gracias, Scott, siempre sabes qué decir para animarme —exclamó Hannah sarcásticamente, sonriéndole falsamente.

—Si me dejaras terminar tal vez funcionaría —señaló Scott—. Mira, sí, a veces eres difícil pero quieres a Stiles y eso cualquiera lo puede ver, eso suma puntos. Y mientras sonrías, asientas a todo lo que te digan y hables poco estará bien.

—Tengo otra idea —dijo Hannah, los ojos brillándole—. Apuesto a que les encantas a todos con tu carita de cachorrito, mandíbula chueca y sonrisa de niño bonito, ¿no?

—Yo... supongo.

—Voy a pasarme cada momento contigo y no hablaré —Scott hizo una mueca y estaba a punto de decir algo cuando Stiles entró a su habitación donde Scott y Hannah estaban, apresurado. Hannah inmediatamente le apretó la rodilla para que se callara.

—Parecen sospechosos —fue lo primero que dijo Stiles, entrecerrando los ojos. Hannah solamente enarcó una ceja, retadora. Stiles le contuvo la mirada unos segundos antes de simplemente negar con la cabeza olvidando el asunto—. No puedo lidiar con eso ahora, estoy ocupado. Nos vamos en diez minutos y no he hecho mi maleta y...

—La hice por ti anoche —lo interrumpió Hannah—. Y también la de Scott. Iba a hacer la de tu padre pero me corrió de su habitación.

—¡Gracias! Ahora solo necesito...

—¿Café? Antes de venir pasé a comprar cuatro: uno con demasiada azúcar y demasiada leche para ti, negro para mí, un té para Scotty y otro café con esa mierda de sustituto de azúcar para tu padre.

—¿Y mi...?

—Tu almohada ya está en el maletero del Jeep; ya sé que no puedes dormir sin ella —Stiles se le quedó viendo unos segundos, como si no pudiera creerlo para después acercarse a su novia y tomarla sorpresivamente de la cara dándole un largo beso.

—Tú eres increíble —le dijo una vez que se separaron. Hannah solo se sonrojó levemente.

.......

Estuvo lloviendo todo el trayecto. Era un viaje largo de varias horas de duración, parte del viaje había consistido en el sheriff manejando con Stiles de copiloto mientras Scott dormía en las piernas de Hannah en el asiento trasero y la segunda parte con Stiles manejando con Hannah a su lado. Era tranquilo, solamente la lluvia de fondo sin nadie más hablando. Scott seguía dormido, ahora con su cabeza recargada en la ventana y el Sheriff no había tardado en seguirle el paso.

—Deberías dormir, todavía faltan más de tres horas —comentó Stiles a Hannah en voz baja, cuidando no despertar a nadie. Hannah lo miraba somnolienta, con una camisa de cuadros de Stiles como improvisada cobija, todo su cuerpo volteando en su dirección. La chica hizo un sonido de negación.

—Me gusta verte y no quiero que manejes solo —murmuró Hannah, adormilada, conteniendo un bostezo.

—Estaré bien.

—Te amo —soltó Hannah después de unos minutos de simplemente ver a Stiles manejando. El corazón de Stiles empezó a latir a mil por minuto. Desde que había arreglado las cosas con Hannah, sus 'te amo' se habían vuelto esporádicos. No la culpaba ni tampoco se culpaba de ello a sí mismo, había sido como empezar todo de nuevo y ambos estaba ligeramente asustados y nerviosos de volver a salir heridos. Sin embargo, eso lo hacía más especial de alguna manera, porque cada te amo era algo que atesorar.

Breaking /Teen Wolf |running#4|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora