Bitter Sweet Symphony {Adaptación Camren}

Capítulo 62

La italiana se llevó una mano al rostro mientras el corazón le latía fuerte y dolorosamente contra el pecho. ¿Cuando se asume que en una guerra se pierde? Cuando ya no queda nada que hacer. En los ojos llenos de lágrimas de Camila había visto desesperación, pero por sobre todas las cosas había visto sinceridad en sus palabras. ¿Algo había dicho? Se quitó la mano para ver miedo en la morena, quien repitió la pregunta una vez más. "Vas a cancelar los contratos ¿cierto?"

Le temblaba la barbilla porque sentía muchas ganas de llorar, sus pensamientos se contradecían unos con otros y no sabía realmente que hacer. ¿Era eso posible cuando en frente tenía a la muchacha con la cual Lauren "le había sido infiel"?  ¿Acaso no debía actuar con dureza como en cualquier otro caso? La miró y se dio cuenta que por mucho que no le gustase la idea, a Camila no podía hacerle daño. En primera le recordaba a su hermana, y dos, estaba enferma.

Aunque no se lo esperaba, D'Angelo le sostuvo la mano a Cabello con cuidado y se la apretó delicadamente sin quitarle la vista de sus ojos marrones.

Fiore: Aunque tus contratos con otras empresas sean hechos con tu firma, mi empresa tiene el poder de hacer o deshacer contratos de nuestras modelos con las compañías externas Camila –pausó un rato para procesar todo lo que diría en simples palabras- A pesar de lo que me hiciste no podré cancelar tus contratos, porque ellos te quieren mucho y porque me parece el momento perfecto para que te distraigas de todo esto que te está pasando. Yo sé que muy pronto tendrás que dejar esto pero continúa haciéndolo –se paró con los labios apretados, dirigiéndose hacia la salida sin mirarla a la cara para no arrepentirse de la actitud y determinación que había tomado pero antes de desaparecer de allí, la morena murmuró su nombre.

Camila: Fiore -la mujer no pudo evitar girar y mirarla a la cara- perdóname por favor -no respondía, solo la observaba- por favor.

Fiore: No me pidas eso "ragazza", no ahora -se fue de allí de inmediato, cerrando la puerta tras de sí con cuidado. Vio la figura de Lauren apoyada en la pared, su rostro estaba sin expresiones y aunque le daban ganas de apoyarla por lo mucho que sufría con lo de Camila, no iba a hacerlo por el orgullo femenino que poseía.

La ojiverde al darse cuenta de que la italiana se había ido entró a ver a Camila que estaba acostada con ambas manos en el rostro. Se encontraba temblando y sollozando lo que claro, la puso en estado de alerta. No iba a permitir que desperdiciara minutos de su vida sufriendo.

Lauren: Pequeña, ¿Qué es lo que ha pasado? –se había casi acostado a su lado para acariciar su rostro y escucharla.

Camila: Fiore, a pesar de todo me va dejar hacer mis últimas fotos con Ecko Red y Candie's –escondió su rostro en el cuello de Lauren, su perfume era totalmente embriagador, adictivo y seductor. En un silencio exquisito pero necesario, se quedaron bastante rato abrazadas, pensando en las consecuencias de sus acciones. A pesar que le había hecho daño a Fiore, no iban a arrepentirse de amarse porque quisieran o no sería la mayor y más bella experiencia de vida para ambas.

Después de que dejara de sollozar, sintió que ella rozaba la punta de la nariz con la suya para llamar su atención. Formó una sonrisa porque Lauren había quedado fascinada desde la primera vez con lo del "beso esquimal". Abrió los ojos y se estremeció al sentir su cálida respiración sobre sus labios, sus ojos verdes demostraban el deseo por un simple beso y no por nada le estaba dando pequeños de ellos en su mejilla, en su mentón, en su frente. Con cuidado le sostuvo el mentón y antes de besarla susurró con su voz ronca "Mi dulce y  pequeño ángel". Definitivamente iba a ser difícil acostumbrarse a la idea de que no podrían besarse más ni sentir el calor de la otra. Con ideas como esas no era de extrañarse que se besaran con mayor intensidad, que a la morena le diese por morder entre besos y casi con gemidos el costado de la barbilla de esa mujer. Lauren le dio un beso tan fuerte e intenso que tuvieron que separarse un momento para poder respirar y reír secretamente.