Capítulo 55

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Se paró en la puerta para observar a su mejor amiga sentada en una camilla con un apósito de tamaño diminuto sobre su comisura labial. No entendía de qué demonios había estado hablando con Perrie Edwards, sólo sabía  que fue lo suficientemente fuerte como para dejarla así, como para provocar la ira de una mujer relativamente tranquila. Tenía conocimiento de que no había empatía alguna entre ambas pero nunca antes se habían enfrentado en una riña como la que sucedió hace pocos minutos. Sin preguntarle cosa alguna, la ayudó a pararse y en silencio caminaron hacia el automóvil de Lauren, tenía pensado conducirle el vehículo a su amiga, dejarla en casa y luego volver a la clínica. Todos miraban preocupados a Lauren, su rostro estaba con colores morados, con inflamación cerca del ojo y el pómulo izquierdo. Si bien había golpeado fuertemente a Perrie, también esta le dio golpes certeros sobre su cara. Nadie de quienes la observaban la estaba juzgando de mala forma, todos sabían lo educada y buena persona que era, todos tenían conocimiento de la difícil personalidad de Perrie y pensaban que algo debió haber dicho o hecho para provocar la ira desmesurada de Lauren.

En silencio Alexa manejó hacia la casa de su amiga, había cumplido su media jornada así que tenía una hora libre antes de entrar a trabajar en un hospital público de Nueva Orleans durante la tarde.

Habían posibilidades, no todas claro, de que contra Jauregui se armaran acciones legales por violencia si es que la situación de Edwards era grave, mas Lauren sabía que ella se despertaría en unas horas. Alexa tuvo que tocarle el brazo para sacarla de su trance de "mi cuerpo está acá pero mi mente en otro lugar".

Alexa: Te he dejado el auto estacionado a la perfección –se volteó para mirarla directamente a los ojos- Somos mejores amigas ¿cierto? –la ojiverde asintió- bien, yo sé que todo el mundo tiene el derecho a tener sus cosas privadas pero te caracterizas por tener autocontrol. Extorsión, pequeño ángel... ¿Qué demonios pasó? –Lauren caminó rápidamente evitando la conversación hacia la sala de estar- ¿Es algo malo verdad? ¡Lauren! Jamás te he juzgado por algo desde que te conozco, no actúes como si no me conocieras.

Lauren: Perrie y su hermano extorsionaron a Camila con contarle de su enfermadad a su abuela. La amenazó y Camila es solo una muchacha, cualquiera tendría miedo si fuera ella.

Alexa: No comprendo porque oculta algo tan grave a su abuela, ¿no nos meteremos en problemas judiciales después?

Lauren: No –se quejó al sentarse sobre el sofá, le dolía la cara- tenemos el respaldo de la privacidad al paciente -cerró los ojos, colocándose una bolsa de hielo sobre la cara- y ella es mayor de edad, puede tomar decisiones por sí sola ante la ley -Alexa la observó bastante rato en silencio, aún no le había aclarado aquello de "Pequeño ángel" que muy posesivamente había dicho durante el pleito. Igual no debía sorprenderle mucho, Lauren con tal de defender a sus amigos era capaz de muchas cosas, mas a la dulce muchachita la veía como algo más definitivamente.

Alexa: No te lo dije pero averigüé lo de los exámenes de Camila y tuvieron inconvenientes así que mañana los entregan -se puso de pie para retirarse.

Lauren: Mañana -botó aire frustradamente porque igual temía por las palabras del director. Era en este momento en que se daba cuenta que no le importaban las consecuencias con tal de defender el honor de su pequeña, sólo tenía en mente una cosa. ¿Le dirían los hermanos Edwards a Theresa la verdad sólo por desquitarse? Esos hijos de puta podían hacer eso y mucho más.

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Viernes 20 de enero 2016, al otro día

Posó con cuidado y en silencio la mano en el picaporte de la puerta, luchando contra la ira, la frustración y desesperación que aparecía y se mezclaba en tan sólo un segundo. De cierta forma sus puntos eran válidos pero ¿hasta dónde? Caminó con la mirada centrada en el piso sin darse cuenta que su tristeza se reflejaba de manera tan fuerte que no pasaba desapercibida para los que la quedaron mirando. Un kinesiólogo posó una mano en su hombro para frenar su caminata y observarla directamente a la cara. Todos en la clínica se habían enterado de la riña que había protagonizado, al menos gran parte o casi todos estaban a favor de Jauregui sólo por el hecho de darle su merecido a quien no tenía empatía con los demás. El kinesiólogo joven no preguntó cosa alguna pero sus ojos lo dijeron todo mientras Lauren asentía nada más.

Bitter Sweet Symphony {Adaptación Camren}Where stories live. Discover now