Bitter Sweet Symphony {Adaptación Camren}

Capítulo 42

Su cuerpo se estremeció tanto al escucharla decirle "pequeña" que tuvo que afirmar una mano en el otro borde de la tina para no resbalarse y ahogarse. Jauregui escucho que había chapoteado agua y sus mejillas se sonrojaron, mas, no se permitió una imagen de su amiga en bikini ni mucho menos desnuda porque no estaría bien. Un silencio extraño, casi exquisito había entre ambas, sin atreverse a hablar ninguna de las dos, pero como la valentía parecía estar siempre al lado de la morena, fue ella quien rompió el silencio.

Camila: ¿Lauren, eres tú? –apretó el teléfono con más fuerza, murmurando bajito.

Lauren: Pequeña... -su voz sonaba triste pero de todas formas que volviese a decirle de esa manera le encantaba y a Lauren el sentir que estaba aún viva le era un golpe de ánimo tan fuerte que llegaba a dar miedo- quiero pedirte perdón por llamar a esta hora, pero no pude evitarlo. -Su voz parecía temblar de la angustia. Algo no andaba bien y la morena se dio cuenta de inmediato, sintiendo desesperación interna por no estar al lado de ella.

Camila: ¿Qué pasa Lauren? –La forma en que le preguntaba era de una dulzura tan grande que la ojiverde tuvo que reprimir el gemido- puedes contar conmigo, lo sabes, somos amigas.

Lauren se levantó de donde se encontraba y comenzó a pasear por todo el departamento, estaba totalmente sola y el motivo de aquello le quebraba el corazón por completo.

Camila: -Hubo unos breves segundos donde sólo podía escucharla respirar entrecortadamente y la sola idea de imaginarla contener algún tipo de sollozo o llanto, hizo que ella sintiera desesperación- sólo quiero decirte que si pudiera estar a tu lado, te abrazaría, te susurraría que –imaginar aquella escena por una razón hizo que suspirara levemente- que soy tu amiga y todo va estar bien.

Lauren: A pesar de que hace poco hablé con Fiore -soltó un leve quejido- no me siento bien, es horrible ver sufrir tanto a una amiga y no poder tener la solución en mis manos.

Camila: -se le hacía un nudo tan fuerte en la garganta, lo único que deseaba era abrazarla y murmurarle que la necesitaba- ¿Qué es lo que le ha pasado a Vero?

Lauren: -se llevó una mano a la cara- Hace unos minutos desconectaron a su papá del respirador artificial -estaba sollozando, casi llorando- han decidido dejar que muera porque no tiene caso que mantengan falsamente su cuerpo con vida, no la acompañé a la clínica porque quería pasar ese momento con su familia. Lloraba tanto Camila, tanto, ella no es así, Vero es esa idiota que ríe siempre, está sufriendo mucho y siento que no puedo ayudarla.

Camila: Laur tu compañía es tan pero tan importante para ella, el hecho de haber viajado es un apoyo enorme e incondicional -se levantó del agua, buscando una toalla para secarse- no eres Dios, eres sólo un ser humano con la misión de ayudar a los que te necesitamos y eso es lo que haces.

Lauren cerró los ojos cuando dijo aquello, reclinando su espalda en la cama. Escucharla alentarla le era tan extraño pues siempre era ella la que tenía el papel de consejera, mas no se quejaba de aquello pues para eso la había llamado. ¿Se daba cuenta acaso de que la extrañaba demasiado? Tal vez sí, tal vez no, pero no se daría el lujo siquiera de admitirlo un poco.

Pasaron segundos de silencio donde trataba de cesar el sollozo y la morena mientras se colocaba una pijama sólo la escuchaba.

Lauren: ¿Qué estabas haciendo? -Murmuró- ¿te he interrumpido o algo? –parecía tímida.

Camila: Necesitaba relajarme así que –se sonrojó- decidí darme un baño de agua caliente, y espuma, nunca lo hago –sin darse  cuenta de que la entrepierna de aquella mujer había recibido todas esas palabras y posibles imágenes excitantes, canalizándolas y convirtiéndolas en una potente palpitación- Sé que son casi las 12 de la noche aquí, pero tomé los debidos cuidados. ¿Cuándo vas a volver? –aquella pregunta había salido del alma, llevándose una mano a la boca y maldiciéndose por dentro. Pensando en lo egoísta que era, pues Vero necesitaba todo el apoyo de su amiga.