Capítulo 11

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Abrió sus ojos rápidamente al ver como Dianna derramaba lágrimas mientras se acercaba al automóvil, hasta pareciá que le pagaban por ello, porque las gotas caían constantemente por su rostro. ¿Cómo borrar la pena que sentía? Era difícil cuando Camila le había confesado cosas horrorosas con la angustia calando firme en su mirada, con la rabia y la impotencia en cada lágrima que escurría en su piel. No pensó que lo que poseyera fuese tan grave como el ser VIH positivo. Peor aun, la morena tenía la certeza de que había algo más para que pronto se le catalogara de SIDA. ¡Joder! Y pensar que tenía la esperanza de salir de la clínica con un cuadro de anemia, y en cambio salió con la vida hecha pedazos por culpa de un infeliz del que se enamoro en su adolescencia. Lauren le abrió la puerta del auto desde adentro y después de aquello abrazó a la rubia con mucha fuerza para que no llorase más. La pena de otros, para bien o para mal, Dianna la absorbía demasiado rápido. ¿Respuestas? No, Lauren no recibió respuestas exactas al preguntarle "¿Qué es lo que te ha dicho?" La rubia sólo dijo "la vida es injusta, es una mierda injusta". En ese momento como doctora y ser humano comprendió claramente una cosa, Camila no estaba sana ni física ni mentalmente.

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Lunes 17 de Septiembre, 8 días después

Aspiró todo el máximo de aire posible antes de entrar en la facultad que le correspondía de su universidad. Alguien brutamente pasó rápido por su lado sin darse cuenta, chocando contra su brazo y produciéndole un profundo malestar. No había ido a clases la semana anterior porque la angustia la estaba consumiendo en su cama, porque no era capaz de comer mucho debido a los mareos que sin previo aviso la dominaban. ¿Quién iba a querer estar bien o pensar en asistir a la universidad cuando el test de ELISA y el comprobatorio habían dado positivo para el virus de inmunodeficiencia humana? Shawn y Dianna habían ido a su departamento y por más que trataron de convencerla para que asistiera, no lo lograron. Observó donde le dolía y como aquellos parches seguían allí cubriendo la zona cortada. Se sentía en calidad de aprovechada con la amiga de Dianna, porque sin saberlo le demostró  que no quería aprovecharse de ella las veces que la ayudó y porque le curó las heridas sin recibir nada a cambio. Sí, debía ser buena en su trabajo, eso no lo podía dudar. 

Durante  las clases que tuvo no prestó demasiada atención porque su mente se llenaba de imágenes del destruido Austin. Lo delgado que lo vio por la infección, tan poco reconocible que estaba, ¿terminaría ella de esa misma manera? Tragó con todas sus fuerzas posibles el nudo que se formaba en su garganta y trató de prestar atención a la clase lo más que pudo. No tenía idea pero sus compañeros de universidad que la conocían de vista, se habían dado cuenta que ya no reflejaba esos aires de grandeza ni intimidaba con su presencia a los nerds, de hecho se veía tan normal como otros a pesar de ser porrista. Cuando dieron el permiso para salir, la morena caminó lentamente hacia un lugar de extenso césped para sentarse.

Shawn: ¡Camila! –dijo con un rostro de sorpresa, caminando rápidamente a donde ella estaba sentada- Estas aquí, viniste –le sonrió.

Camila: No, soy una ilusión óptica como todas las esperanzas en mi vida -trató de sonreír, pero no le funcionó su propia broma.

Su amigo se le acercó para abrazarla un momento mientras ella se aferraba a él con todas sus fuerzas para buscar consuelo. Era como si Dianna y él hubiesen caído del cielo para estar con ella cada vez que se sentía mal. Sí, tal vez era cierto pero había otra persona que realmente se jugaría el papel de ángel en su vida como ella lo haría después.

Shawn: No te quedes encerrada en el departamento Camila, hay tantas cosas por las que puedes luchar, además de que te quedarás estancada en las materias.

Camila: Estudios ¡uh! –Hizo una mueca- no creo que pueda terminar la universidad.

Lo decía tan convencida de esas palabras que llegó a asustar a su reciente amigo. Cuando lo abrazó otra vez pudo ver como un folleto se caía de su bolsillo. Rápidamente él lo recogió para guardarlo en su bolsillo- ¿Shawn, puedes pasarme eso?

Bitter Sweet Symphony {Adaptación Camren}Where stories live. Discover now