Posiblemente pase una hora esperándola, no estaba totalmente seguro. Pero estaba empezando a tener frío. En momentos como estos llego a pensar que estoy actuando como un estúpido, no debería esperar por ella...debería olvidarla y dejarla ir...

— Hoy hemos tenido un buen ensayo— oí de lejos. Ya se acercaban. Me escondí detrás de un árbol y la vi salir. Ahí estaba ella, Daniela. Y entonces me di cuenta de porque actúo de esta forma y de porqué no la puedo dejar. Es por esa forma que tiene de acomodarse el cabello, es sonrisa y esa voz tan dulce. Toda ella es perfecta.

La observe mientras se despedía de cada una de las chicas, eran las más jóvenes, Daniela se hacia cargo de aquellas a las que les estaba costando adaptarse.

Cuando por fin acabo de despedirse de todas, decidí acercarme a ella.

— Hola— la salude.

— Ah!— dio un pequeño brinco— Me has asustado. — resoplo.

— No quería asustarte.

— No vuelvas a hacer eso— dijo, mientras se acomodaba un cabello detrás de la oreja.

— Mañana tendré una presentación, quiero que vengas. ¿Podrás hacerlo?-dije directamente.

— No se si podré, Cameron— comenzó a decir.

— Intentalo.¿Vale? —dije sonriendo. Por suerte esta vez me devolvió la sonrisa.

— Lo intentaré— dijo.

—Bien.

— Ahora me tengo que ir.

— Yo puedo llevarte.

— No hace falta, Cameron. Deja de preocuparte tanto por mi. ¿Vale? Te lo agradezco, pero deja de hacerlo.

No tuve tiempo a decir nada ya que Daniela comenzó a alejarse de mi. Odiaba este sentimiento, pensar que había conseguido acercarme un poco a ella y luego ver como se volvía a alejar.

Después de ver com se alejaba Daniela, me dirigí hacia mi coche. Tenia que volver a casa pronto, hoy papá volvería a casa. Hacia por lo menos un mes que no lo veía.

— Y cuando llegue dijo: ¡Oh Jhon, vas a tener que ayudarnos más a menudo."- Oi que decía papá, su voz era tan alegre, podía oírlo des de la entrada. Cuando entre en la sala, que era donde estaban los miembros de mi familia sentados, los salude.

— Hola papa— dije.

— Oh, pero si es el pequeño Cameron.

— Deja de llamarme así. He crecido, papá.

— No se de quien has sacado ese carácter tan...tan frío— dijo papá— pero seguro que no ha sido de mi— se rió. Esta claro que no ha sido de papá. ¿Realmente soy una persona fría?

— No le digas eso al niño— intervino mamá. Otra tratándome como si tuviera seis años.

— ¿Tal vez lo ha sacado de ti, cariño?

— Puede que tengas razón, Jhon.—contesto mamá fríamente. Y se levanto del sofá mirando mal a papá.

— Cariño,cariño— la llamaba papá mientras se levantaba él también— tu no eres una persona fría. Eres la mujer más cariñosa que he conocido en el mundo. Te adoro cariño...

— A veces son tan infantiles— dijo mi hermana mientras miraba el móvil. Y se supone que ella es la pequeña de casa, así va mi familia por la vida.

— ¿Crees que soy una persona fría,Jazmin?

— Hum— contesto sin hacerme mucho cosa.

— Te vas a quedar siega de tanto mirar el móvil.

— Vete a comer,anda.

— Niña maleducada

— Niño maleducado.

— No soy frío ¿verdad?— volví a preguntar.

— Lo ves, ya has traumado al niño —dijo mama volviendo a entrar al salón.— No cariño, no eres una persona fría, solo expresas tus sentimientos de otra forma, no tiene nada de malo.

Me fui sin más, no tenia ganas de seguir escuchándolos. Mi familia es muy rara.

— Tenéis un hijo muy raro —oi decir a mi hermana. Esa mocosa es...

— No digas esas cosas de tu hermano él simplemente es...

Deje de oír lo que decían, llegue a mi habitación y me tumbe en la cama. Necesito dormir, me siento muy cansado. Mañana será un día largo. Estaba apunto de dormirme, pero mi móvil empozo a sonar e interrumpió mi sueño.

— Hola...

— ¿Cameron?

— Si. ¿Quien eres?

— Soy...soy Azul— dijo algo tímida. ¿Azul? Es la chica del violín...

— ¿Se puede saber que quieres y porque me llamas a esta hora? ¿Y como has conseguido mi numero?

— Ah, sí...yo lo siento. No mire la hora antes de llamar. Lo siento.

— Ya te has disculpado. ¿Ahora dime que es lo que quieres?

— Aix— renegó, estoy seguro de que estaba enfadada. La oí coger aire y expulsarlo lentamente. Sonreí, me gustaba molestar a esta chica.

— ¿Vas a decírmelo o no?

— Este niño es un maldito...-oí como me maldecía.

— ¿Qué has dicho, no te he escuchado bien?

— No, nada. Solo te llamaba para recordarte que mañana es el día de la presentación.

— Lo se.- Thomas me lo había dicho justo al final del ensayo, al principio no me hizo ninguna gracia, pero después de que me digiera cual era la razón acepte. No soy tan malo.

— No te olvides.

— ¿Te han dicho alguna vez, que eres una persona muy insistente, y que puedes llegar a ser muy pesada?

— ¿Y a ti te ha dicho que puedes llegar a ser un gilipollas?

— Sí, alguna vez me lo han dicho.— le respondí. Ella no dijo nada más, había colgado. Sonreí y deje el móvil a un lado. Esta chica podía llegar ase divertida.

—Cameron, cariño despierta. Si no te das prisa llegaras tarde.— oi la voz de mamá.-¡Despierta Cameron!

— Vale,vale. Estoy despierto...— dije, pero aun tenía los ojos cerrado. Empece a abrirlos lentamente.—¡ Joder!

— ¡Cameron esa boca!

— Lo siento, pero me has asustado. ¿Que te has puesto en la cara?

— Una mascarilla.— dijo mamá arreglandose el cabello.— También tengo que cuidarme ¿sabes?

— Lo sé— sonreí.

Me levante de la cama y mire la hora. Iba a llegar tarde estaba claro. ¿Me importaba? No.

— Hoy llegare tarde, es mi turno de vigilancia en urgencias. Os dejare la cena en el horno.-grito mi madre.

— Vale— conteste des de el baño.

Mientras me arreglaba me acorde de que hoy haría esa presentación para recaudar dinero y también de la llamada de anoche. ¿Como había conseguido ella mi numero?

Vas a enamorarte de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora