18. Habitación 426

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-Entonces...

Seth asintió, confirmando lo que yo aún no decía. Eso explicaba muchas cosas y aclaraba otras. 

-Lo sabía -dijo una voz desde la puerta. La sombra de Gabriel. Seth y yo nos volvimos hacia él sobresaltados. 

-Sabía que no estaba alucinando. Entonces pueden hacerlo. Cambiar de cuerpos. 

-No sé de qué hablas, Gabriel...

-Vamos, Jenna, no tiene caso ya que lo escondas. Escuché todo. Estuve ahí desde un comienzo. La enfermería tiene ventanas hacia el exterior. Cuando ustedes cambiaron por primera vez, estuve presente y escuché todos sus gritos. Estuve en el vestidor de los chicos, y v lo extraño de actuabas observando a todos los chicos y tu propio cuerpo. Pero supongo que no era tu cuerpo, ¿cierto? También asistí a la fiesta de cumpleaños de Louis. Lo sé todo. Y ahora sé también que es Seth el que tiene la capacidad de viajar entre cuerpos, no tú. Te debo una disculpa por lo de antes.

-Por eso invitaste a Seth a cantar en la banda... -susurré.

-Buscaba acercarme a ustedes, sí. Y ayudó el hecho de que fuéramos los representantes del salón. También sé lo de Louis.

Ante esto último, Seth apretó la mandíbula. 

-Pero todo esto tú ya lo sospechabas, ¿no, Seth? -preguntó Gabriel en un tono altanero pero educado a la vez.

Entonces caí en la cuenta. Seth había hecho todo eso para alejarme de Gabriel. Aunque había sabido eso desde un principio, que había segundas intenciones, no pude evitar sentir un toque de decepción. ¿Por qué me sentía triste de repente?

-¿Qué es lo que quieres? -preguntó Seth con su voz sólidamente grave.

-Datos sobre el cambio. ¿Por qué pueden hacerlo? ¿Cómo es posible, genéticamente? ¿A qué se debe? ¿Cuál es el propósito? Podría abrir toda una investigación sobre esto, podría...

-No -dijo Seth.

-¿Para qué quieres todo eso? -pregunté yo.

Gabriel me miró como si fuera demasiado obvio pero mantuvo sus facciones relajadas.

-Es algo extraordinario, Jenna. Fascinante, intrigante. ¿Tienes idea de las puertas que esto nos podía abrir? 

-No obtendrás nada de eso, Gabriel. Porque ni siquiera nosotros lo sabemos -expliqué.

-Déjenme experimentarlo. Es lo que pido. No tiene caso irle a contar esto a nadie, sé lo que creerán. Pero es real, y nosotros lo sabemos. 

-Para experimentarlo debes besar a Seth. 

-No me importaría, si es necesario.

-No, gracias -se jactó Seth.

-Es lo único que pido. De lo contrario, tendré que investigarlo a la fuerza. 

Gabriel no parecía dispuesto a darse por vencido y Seth tampoco parecía querer ceder. Era posible que Gabriel ya estuviera planeando mil y una formas para llegar a saber más sobre los cambios si Seth no le facilitaba la tarea. 

-¿Para qué quieres todo eso? ¿Dinero, fama? -inquirió Seth con recelo.

-Curiosidad, Seth. Intriga. Es la naturaleza del ser humano ser motivado por lo desconocido. Y no me iré sin haber saciado la mía. Puede que incluso encuentre una forma de que puedan besarse sin cambiar. 

Me sonrojé innecesariamente ante sus palabras, pero miré a Seth en busca de respuestas en su rostro. Estaba serio, pensativo tal vez. ¿Consideraba la propuesta? ¡Lo estaba considerando! ¡Ay, madre mía!

CambioWhere stories live. Discover now