18. Habitación 426

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-Tranquila -me dijo -mejor vayámonos ya. El concurso está a punto de acabar. 

-Eh... tengo que ir por mi mochila al salón. Adelántense, o puedo enviarles un mensaje después para decirles que llegué a mi casa sana y salva. 

Melisa se lo pensó un poco.

-¿Estás segura?

-Sí. También tengo que ir al baño. No me tardaré, mi familia me debe estar esperando ya. Váyanse sin mí, estaré bien. 

-Está bien -siseó Lily sin estar convencida. Ella sabía lo que quería hacer, me conocía lo suficiente como para saber mis movimientos incluso antes de que los hiciera. -Entonces, vámonos, Meli. 

-Ve con cuidado, Jenn -dijo ésta.

-¡Adiós! -les grité mientras salía corriendo hacia el salón. Tomé mi mochila y sin importarme que estuviera transpirando, busqué a Seth. Lo encontré a él y a la banda (Gabriel incluido) guardando instrumentos y demás. El último número había acabado y los estudiantes comenzaban a dispersarse, el festival de primavera había concluido. 

Miré a Gabriel y a Seth alternativamente, sin saber con cuál hablar primero. Al final me decidí por Seth, el asunto de Gabriel bien podía haber sido algo que había malinterpretado por sabe-qué-cosas que había estado pensando en el momento del accidente, así que le resté importancia. 

-¿Podemos hablar? -elevé la voz sin referirme a nadie en específico. Todos los chicos se volvieron y miraron a Seth con cara de "estás en problemas, amigo"  
Caminó hacia mí, pasandome de largo y llendo hacia el edificio escolar. Lo seguí, pues sabía exactamente a dónde se dirigía. 

Una vez dentro, exploté.

-¿Podrías decirme qué fue todo eso? -casi grité. 

-Creí que sabrías deducirlo tú sola.

-El problema es que no sé qué creer. 

-Oh -dijo bajito. -Ya veo. Debí haberlo esperado de tí, señorita Guindo.

Me mantuve calmada y serena hasta que llegamos a la azotea y el fresco aire de primavera azotó en mi rostro haciendo mi cabello bailar. Respiré el aire limpio unos segundos y me giré hacia Seth, los cabellos sobre mi cara. 

-¿Esperar qué? -le espeté. Su corto cabello también bailaba en cortos movimientos.

-Que no creyeras nada de lo que pasó ahí. Si eso no fue suficiente, ¿qué te dice el juego de antes? ¿También fue actuado? -con cada palabra, fue acercándose más y más hasta que sentí el césped en mis pies y me tuvo a poca distancia de las rejas de alambre.

-No me estás diciendo algo, Seth. 

-¿Qué quieres que te diga?

-La verdad.

Suspiró y dio un paso más. Sentí en la espalda el alambre. Se acercó lo suficiente como para sentir sus labios cerca de mi oreja y que el calor me recorriera el cuerpo patéticamente. 

-Vi cómo Gabriel te besó antes -confesó. Mi corazón comenzó a latir a mil por hora, tan estruendoso que podía jurar que hasta Seth lo escuchaba. Su respiración en mi lóbulo tampoco ayudaba mucho a calmarme. -También escuché lo que dijo. Él esperaba cambiar contigo de cuerpos, ¿no? Lo sabe. 

Me quedé de piedra ante el repentino cambio de tema y la información. Seth prosiguió, separándose de mí hasta que pude ver la luna reflejada en sus ojos.

-¿Recuerdas que te dije que quien cambiaba de cuerpo no era yo, sino tú? -asentí. -Estaba equivocado. Cuando besaste a Louis no cambiaste, ¿cierto? Entonces lo más probable era que fuera yo. Lo acabo de comprobar con Gabriel. No te dije nada porque no estaba seguro. 

CambioWhere stories live. Discover now