Capítulo diecisiete

Börja om från början
                                    

—Briston.

Me río.

—¡No me gusta nada! —respondo negando con la cabeza y enciendo la radio.

—¿Y cuál prefieres entonces...? —me mira un momento y después vuelve al frente—. ¿Gassa? ¿Gastisa? —Frunzo las cejas—. ¿Gabrisa? ¿Gasrisa? Porque esos sí que son bien feos...

—Tienes toda la razón, «Briston» es muchísimo mejor.

Los siguientes minutos los pasamos cantando a todo pulmón las canciones que reconocemos en la radio. Varias personas nos tocaron bocina por nuestra molesta voz, y mi amiga —siempre tan poco paciente— les saca el dedo del medio a quienes nos molestan.

Cuando llegamos al estacionamiento de la universidad, rápidamente diviso caras conocidas. Stef busca un lugar para estacionar, pero la mayoría de los espacios están ocupados. Cuando al fin encontramos uno, me bajo y me paro al lado de mi amiga, quien parece estar ansiosa por ver a Matt.

Me cuelgo el bolso y nos echamos a caminar. De lejos llego a divisar el cabello medio ondulado y la gigante estatura de nuestro amigo Matthew. La sonrisa se me va formando conforme nos acercamos. Casi llevándome por delante, Stef corre hacia los brazos de su pareja y le da un efusivo beso en los labios.

Les doy su tiempo para intercambiar saliva, pero cuando el timbre suena decido que es hora de que vuelvan a tener espacio personal.

—Ya, listo, es hora de que se separen, cochinos —me meto en medio de ambos y con mis manos los alejo. Matt gruñe y me despeina el cabello como venganza.

—¡No, oye, no! No hagas eso, por favor.

—Entonces tú no nos separes. Te gusta separar parejas Brisa —responde riendo.

—Concuerdo con él —se mete Stef y entrelaza sus brazos.

Los miro a ambos y después me centro más en mi amigo.

—Hola, Matt. Es bueno verte de nuevo.

—¡Ven aquí, Brisa! —responde con una sonrisa y me acerco para darle un abrazo.

Matt se integró a nuestro grupo a principios del año pasado. No sé cómo le hizo para la transferencia de universidad, porque venía de otro centro, aunque tampoco le he preguntado. Nos conocimos en una fiesta de fraternidad a la que nos invitaron, y de ahí empezamos a hablar y a darnos cuenta que teníamos muchas cosas en común. Dentro de la universidad no logramos vernos mucho porque él estudia una carrera distinta, por lo que siempre que tenemos un tiempito nos juntamos para darnos alguna que otra primicia.

Matt es de los amigos que valen la pena, siempre ha estado, en las buenas y en las malas, sin importar qué. Es cierto que nos conocemos hace poco, pero ha demostrado su valía en este corto tiempo. Y ahora que tiene el corazón de Stef, es otro punto a su favor. Solo espero que duren y que no se lastimen.

—¿Cómo estás? —pregunto, ansiosa. El timbre ya ha sonado y mi clase está en el tercer piso, lo que quiere decir que me tengo que apurar si quiero llegar temprano.

—Bien. ¿Y tú?

—Igual —lo saludo con la mano y arrastro a Stef conmigo—. Te veremos más tarde —le digo.

—Adiós, amor —lo saluda Stef y ruedo los ojos. No sé por qué lo hago, yo soy igual con Liam.

Las clases, para ser las primeras, son demasiado pesadas y largas, pero aun así sobrevivo y llego a casa con ganas de comerme todo lo que encuentre en la heladera. Para mi suerte, cuando me despido de Stefanía y subo a mi depa, un aroma delicioso se introduce en mis fosas nasales. Persigo el olor y me encuentro a Liam preparando el almuerzo.

Destinados #D1 (Completa)Där berättelser lever. Upptäck nu