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Al finalizar mi turno llega la hora de volver a casa. Espero a John frente a la puerta del restaurante pero los minutos pasan y él no aparece. Lily no puede acercarme a casa porque hoy ha salido una hora antes del trabajo. Matthew tenía cita con el médico.

Llamo al teléfono de John repetidas veces pero él no me contesta. Ya algo molesta le mando un mensaje de texto. Al cabo de diez minutos recibo una respuesta. ¡La salud de Matthew a empeorado tanto que el médico a decidido ingresarlo en el hospital!

Al instante le escribo para decirle que enseguida voy hacia allí pero él me contesta que prefiere que le espere en casa. Asegura que me mantendrá informada. Finalmente vuelvo a nuestro apartamento en autobús.

Al llegar a casa estoy tan nerviosa que no sé que hacer. Si tengo una cosa clara es que no voy a comentarle a John el encuentro que he tenido mi padre. El pobre ya tiene suficientes preocupaciones cómo para atosigarle con más problemas. Por no hablar de qué, de momento, ocultaré lo de mi embarazo.


EN EL HOSPITAL...

Cuando John llega al hospital se encuentra con que Matthew está conectado a un respirador. Lily, que permanece junto a su cama, trata de mantener la calma pero tiene que secarse las lágrimas cada dos por tres. James se ha quedado a cargo de una vecina del asentamiento de caravanas donde viven.

En el momento en el que el niño se percata de su presencia se retira la mascarilla de la cara para saludarle.

-Hola, tío John- le dice el pequeño con un hilo de voz.

-¡Matthew! ¿Estás bien?- le pregunta John preocupado.

-Te prometo que ya estoy mejor, tío John... ¿Me llevarás a Zilker park de todos modos?- le suplica su sobrino.

-Cuando los médicos te den el visto bueno, campeón- le confirma John.

Acto seguido llaman a la puerta de la habitación. Se trata del doctor Meyer, el médico que se encarga de la salud de Matthew. Cuando se adentra en ella le pide a John y Lily que se reúnan con él en una sala contigua. Por la seriedad de su rostro ambos están seguros de que no es portador de buenas noticias.

-John, Lily, cómo os he comentado en varias ocasiones Matthew necesita una operación de corazón. Me hago cargo de que es una cirugía muy costosa pero es del todo imprescindible para él. Su estado se ha agravado mucho en las últimas semanas y me temo que no podemos posponer la intervención durante más tiempo- asegura el médico.

-¡Pero doctor Meyer, ya le he dicho que no disponemos del dinero para costear la operación!- se justifica Lily.

-Matthew es un chico muy fuerte, pero ya ha llegado a su límite. Si no le operamos de inmediato no puedo aseguraros que viva más de 48 horas.

-¡Oh, dios mío!- exclama Lily rota por el dolor- ¡Mi hijo va a morir!

-¡No puede ser, doctor Meyer! ¡Algo podrá hacer para mantenerle con vida!- le ruega John.

-Os aseguro que ya lo he probado todo. La operación es su única posibilidad de sobrevivir.

-¡Mi niño se muere, John!- llora Lily entre los brazos de su hermano- ¡Se muere!

Mientras Lily suplica por la vida de su hijo el tiempo se detiene para John. Es consciente de que todavía puede salvar la vida de su sobrino, pero tendrá que pagar un precio muy alto por ello. Sabe que puede conseguir el dinero que necesita para la operación de Matthew pero le costará dejarse morir de amor destrozando así el corazón de quién más ama. De él depende que el niño viva o muera y está a punto de tomar la decisión más dura de su vida.

-Doctor Meyer... ¿podría programar la cirugía de Matthew para mañana?- le cuestiona John con lágrimas en los ojos. Lily le observa algo confusa.

-Desde luego- asegura el doctor. Acto seguido abandona el lugar para ofrecer a los hermanos algo de intimidad.


-¿Te has vuelto loco, John? ¡No podemos pagar esa operación!- le recrimina Lily.

-Tal vez pueda conseguir el dinero...- asegura él con la voz entrecortada.

-¿De qué estás hablando?- le cuestiona Lily.

-La familia de Mia es multimillonaria. La conocí mientras ejercía de su guardaespaldas. Mantuvimos nuestra relación en secreto hasta que su padre nos descubrió. Él estaba totalmente en contra por eso Mia se escapó y nos casamos en secreto. Hoy se ha presentado en el taller de Bill. Está dispuesto a llevarse a Mia de vuelta a casa sea cómo sea. Incluso me a ofrecido dinero a cambio de abandonarla- explica John entre sollozos.

-¡Oh, John! ¡Jamás te había visto llorar así! ¡La amas de veras!- exclama su hermana con el corazón en un puño.

-¡Ella es toda mi vida!- confiesa John destrozado.

-¡No puedo pedirte que renuncies a ella!- asegura Lily.

-No puedo dejar morir a Matthew...- afirma John con el alma herida- ...no tengo otra opción.

Tras esas desgarradoras palabras Lily abraza a John con todas sus fuerzas. Jamás había visto a su hermano desmoronarse de esa manera. Él, que se había hecho cargo de ella y Bruce después de la muerte de sus padres, que había enterrado a su hermano manteniendo la entereza y la había ayudado a criar a sus hijos, ahora estaba dispuesto a hacer el sacrificio más grande de todos. Se iba a dejar morir de amor por salvar la vida de Matthew.

-John, yo...no se que decir...- afirma Lily agradecida.

-Despídete de Matthew por mí, quieres. Quiero pasar la última noche con mi mujer. Debo pensar en cómo despedirme de ella haciéndole el menor daño posible- asegura John abatido.


EL GUARDAESPALDASWhere stories live. Discover now