Capítulo 8: See these eyes so green. (Mira estos ojos tan verdes)

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  Sarah podía perderse por siempre en esa mirada bicolor. No podía explicar todas las sensaciones que le causaba, pero... ciertamente, no podía contra ella. Algo le dijo que, la otra vez había sido más fácil, porque ella tenía un motivo por el cual luchar; porque ella tenía que salvar a su hermano y vencer. Esta noche, no era aquella noche. Esta noche, ella había perdido. Y, por momentos, parecía no importar. ¿Cuánto poder él tenía sobre ella? ¿Por cuánto tiempo la torturaría y jugaría con ella? ¿Cuán desalmado y cruel podía ser?

  Jareth la observaba complacido y con una misteriosa profundidad. Si pudiera la besaría allí mismo, pero, no debía mostrar su debilidad, aunque, sonrió para sus adentros; ¿a estas alturas, quién la desconocía? Con ese pensamiento la atrajo más hacia sí, cerrando más su abrazo. Ella sólo mostró algo de sorpresa, mas, no dijo nada. Pronto, la música terminó y todos aplaudieron al rey y a su compañera. En la siguiente danza, el resto de las parejas se unió a ellos en la pista.

  Al acabar la primera melodía se detuvieron, mas, se mantuvieron quietos sin sacarse los ojos de encima. Aquel par pareció no advertir los aplausos. Segundos después, oyeron la segunda pieza y notaron al resto de las parejas. Entonces, Sarah hizo el intento de retroceder, mas, él la atrajo más hacia sí y, nuevamente, la guiaba con maestría. Descendió su cabeza sobre ella, cantándole al oído.

  —"Mira estos ojos tan verdes,

podría estar mil años mirando fijamente,

más frío que la luna.

Ha pasado tanto tiempo,

y he estado apagando el fuego con gasolina".

  El abrazo se hizo más estrecho; los movimientos parecían el de una sola persona, coordinados, armoniosos.

  —"Siente mi sangre enfurecerse,

es sólo el temor de perderte.

No conoces mi nombre.

Bueno, has tardado tanto tiempo.

Y estuve apagando el fuego con gasolina".

  Ella sólo cerró los ojos sintiendo su calor, su esencia. Y los recuerdos surgieron con naturalidad. Su primer viaje, fuera del laberinto, sobre la colina, él hablando a sus espaldas a pocos centímetros; en el túnel de las falsas alarmas, acorralándola en una pared.

  —"Mira estos ojos tan rojos,

rojos como la selva ardiendo resplandeciente.

Aquellos quiénes me sienten cerca

bajan las persianas y cambian de idea.

Ha pasado tanto tiempo".

  En el Escher Room, pasando a su lado, atravesándola como si fuera un fantasma... En el final... él también había estado cerca, tanto como la última vez. Mas, no podía recordar si había perdido o si... también aquella vez, la había besado. En el fondo estaba segura de que no; algo así, seguro lo recordaría.

  —"Todavía en esta noche latente,

el latido del corazón es un fastidio.

Sólo quédate tranquila conmigo.

No creerías por lo que he pasado.

Has tardado tanto tiempo.

Ha pasado tanto tiempo.

Y he estado apagando el fuego con gasolina.

Apagando el fuego con gasolina".

  Jareth echó la cabeza hacia atrás para verla. Ella todavía mantenía los ojos cerrados. Parecía estar controlando lo incontrolable; distintos sentimientos que no se decidían a definir si era odio o amor, llanto o risa. Él volvió a dejar su cabeza junto a la de ella.

Dulce como un durazno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora