Capitulo 53: Hormonas y fecha

13.8K 895 19
                                    

POV ANASTASIA

Estoy tan cómoda en la cama que no tengo ni la más mínima gana de levantarme. Hace un frío enorme y los brazos de Cristian son calentitos. Su enorme cuerpo es una estufa y no tiene nada blando, cada musculo está bien puesto y durito. Dios, este embarazo me tiene las hormonas alborotadas a más no poder.

Me acomodo como puedo, ya que mi veinte está cada vez más grande y me incomoda en algunas posiciones. Pero sé que mi pequeño está seguro y sano y muy grande. Aunque no sé qué tanto más pueda creer. Yo creo que en unas semanas más no podré bajar los escalones. Creo que Cristian tendrá que hacer pesas para cargarme.

Por su parte, Cristian duerme tan profundamente. No parece que fuera el mismo dueño de Grey House de hace medio año. Esta mucho más accesible y cariñoso. Su semblante ya no me da miedo y su intimidante mirada conmigo ya no provoca lo mismo. Es como si la gran barrera que había en su corazón hoy no existiera.

Acaricio su mejilla. La barba comienza a picar. No ha se afeitado, conociéndolo porque estaba trabajando y no se preocupa por él. Paso mi dedo por su labio y veo que sonríe. Se está haciendo el dormido, vuelvo a pasar mi dedo. Abre sus labios y atrapa mi dedo, lo muerde.

-ay- digo. No es una mordedura fuerte pero me causa cosquillas.

-¿Qué es lo que quiere de mí? ¿Ya me palpo lo suficiente o le falta?- sonrió. Idiota.

-no aun me falta. ¿Se enojaría el señor, si sigo con mi palpación?- veo que sonríe.

-adelante- dice.

Con mis dedos comienzo a desabrochar su camisa, botón por botón. No se la quitó, esta helado. Con mi dedo índice comienzo a repasar cada uno de sus músculos. Sonrió victoriosa cuando un leve gemido escapa de sus labios. Sigo recorriendo su cuerpo. Es un dios disfrazado de humano. ¿Cómo este hombre se pudo fijar en mí? Una simple mortal sin ninguna característica en particular.

Cuando mi dedo llega a su cadera, comienzo a dibujar líneas sin sentido desde un lado para otro. Con cada vuelta voy bajando unos centímetros y cuando roso su sexo el gruñe.

-si sigues con eso, no me hago responsable de lo que pueda pasar- dice con ojos cerrados y moviéndose nervioso.

-¿no quieres que siga?- le digo y me detengo. El abre los ojos sorprendidos y me mira.

-eres mala. Me tienes tentado a hacerte cosas malas- dice sonriendo con malicia.

-bueno si no quieres, me levanto. ¿Qué hora es?- le pregunto.

-ni puta idea- dice gruñendo.

-ese vocabulario, señor Grey- digo mientras me acerco. Veo que tiene el ceño fruncido. Por Dios, que genio se gasta.

-es solo una palabra y Teddy es muy pequeño para decirlo y bigotes no habla- dice enojado. Suspiro.

-no puedo creer que estés de mala. Cristian de verdad no te entiendo. Siendo que la embarazada soy yo- suspiro. Me levanto de la cama y me meto el baño. Estúpido. Abro la duche y regulo la temperatura. Cuando está en una temperatura adecuada me desnudo y entro. El agua me relaja aunque la verdad, el que debería relajarse es otro, no yo.

-no quiero que estés brava domingo- dice. Suspiro.

-no estoy brava, es solo que no puedo entender como alguien tan inteligente como tú, no pueda aguantar una broma- le digo mientras paso la esponja con jabón. Me encanta el olor a azahares.

-lo siento pero estaba caliente y tú me dejas con las ganas. La verdad es que no sabía si estabas bromeando y no puse reaccionar. Me salte esa etapa. Nunca he sido buenos con las bromas y no se me dan, por ende tampoco las se aguantar- me dice. Sonrió.

Es mi secretaria: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora