Capitulo 10: Luzmira

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POV ANASTASIA

Entramos en la casona y debo confesar que es hermosa. Todo es antiguo y bien cuidado. Los muebles son exquisitos, con terminaciones talladas a mano. La sala de estar es impresionantemente grande. Aquí perfectamente podrían caer unas 20 personas.

-espero que les guste este lugar. Iré a buscar a Nancy mi asistente para que les sirva algo. Además les presentare a los demás socios. Son dos y son mis hermanos. Debo confesar que a mí ya me tienen conquistados con el contrato. Ahora faltan ellos dos- dice con una sonrisa. Lo vemos desaparecer por unos de los pasillos.

-¿Por qué dijo que era su prometida?- le pregunto a Cristian que ha estado callado desde que el señor Zapata nos dijo que dormiríamos en la misma habitación.

-no lo sé. Salió son que yo lo pensara mucho. Además llegamos aquí para cerrar un contrato y me encantaría volver con los que llegamos. De alguna manera es para proteger lo que me pertenece. Y este viaje eres completamente mía- dice con voz ronca.

-buenas tardes- nos interrumpe una mujer que lleva una bandeja con una copa de vino tinto y otra de vino blanco –perdón por la intromisión pero el señor mando esto para ustedes. Espero que los disfruten- dice mientras nos entrega las copas. Para mi sorpresa me toca el vino blanco. ¿Cómo habrá sabido que es uno de mis vinos favoritos? Deja en la mesa unos panes tostados que huelen de maravilla.

-si quieres puedes comer. No te estoy impidiendo que lo hagas- me dice Cristian después de que se fuera la señora.

-gracias, supongo- me levanto y tomo uno de los trozos. Al volver a mi puesto huelo el pan y la combinación de aceite de oliva, ajo y especias es muy tentador. Saco un pequeño trozo y lo llevo a la boca. Es mejor de lo que imagine por el olor. Sin querer un gemido de placer escapa de mi boca captando la atención de mi jefe. Cuando Cristian me ve mis mejillas se tornan de color rojo.

Desvió mi mirada por la vergüenza. En eso escuchamos pasos, uno de ellos es de tacones. Cuando levanto la mirada está de regreso el dueño de la hacienda y junto a él hay una mujer de unos 50 años. Espero yo a esta señora lo conozco. Es la misma del hotel. Y como para confirmar mis conjeturas el cachorro llega corriendo detrás de ellos y cuando me ve, corre a mi lado para que le haga cariño.

-nunca pensé ver a ese perro domestico- dice el señor Zapata.

-Jorge déjate de ser malo con el pobre animal. Si no te soporta no quiere decir que sea igual con los demás- dice la señora.

-Luzmira, no comiences. Tenemos invitados. Él es Cristian Grey. Es el que presento el negocio del que te hable y ella es Anastasia Stelle, su prometida- sonrió de forma falsa. Si supiera la verdad.

-hacen muy linda pareja. Mucho gusto mi nombre es Luzmira Zapata, soy hermana de Jorge y soy la dueña del 33,33 por ciento de todo esto. La verdad pensé que el señor Grey era alguien de más edad y no un adolescente- dice de mala gana.

-perdón por la intromisión pero a veces la edad no es un impedimento para la realización de un negocio. La sabiduría y la inteligencia no conocen edad ni mucho menos discriminan- digo de forma pausada y calmada. Cristian a mi lado se tensa.

-puede ser pero lo veremos después de la fiesta. Espero que lo pasen bien mientras estén aquí. Anastasia me acompañarías a dar una vuelta. No estoy de ánimos para escuchar hablar de negocios y contratos y por la mirada que te dio tu novio, parece que no está cómodo con tu presencia- Dios, esta señora no tiene filtro.

-basta Luzmira- le regaña Jorge.

-¿me puedes acompañar?- me vuelve a preguntar.

-claro. No hay ningún problema- dejo mis cosas en la silla y la copa en la mesa y sigo a la señora. Esta mujer me pone nerviosa y no sé el por qué. Llegamos a la salida de la casona y me lleva a la entrada de un huerto. Me quedo asombrada por el lugar, había leído que la hacienda <<La Morena>> era más grande de la región pero verlo en persona es aún más sorpréndente.

 Me quedo asombrada por el lugar, había leído que la hacienda <<La Morena>> era más grande de la región pero verlo en persona es aún más sorpréndente

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-¿te gusta este lugar?- me dice Luzmira.

-es precioso. Lo que había leído me hizo pensar en un lugar de ensueños pero en realidad quede corta. Esto parece un paraíso- digo mientras observo cada árbol.

-puede que haya sido pesada adentro pero no confió en las personas a las primeras. He conocido mucha gente que se hace pasar por un ángel cuando en realidad son demonios- dice de forma amargada.

-¿esa es la impresión que le doy?- le pregunto con el ceño fruncido.

-no. Tú no eres así. El simple hecho de que bandido haya caído rendido a tus pies me confían que eres un persona buena- sonrió.

-así que ocupa al cachorro como un radar para las personas, ¿no?-

-puede ser. A veces es más fácil confiar en algún animal que en las mismas personas-

-por su forma de hablar pienso que no lo ha pasado muy bien en la vida- digo sin pensar.

-¿de dónde vienes?-

-de Seattle-digo.

-y tu familia ¿está de acuerdo con que estés de viaje con tu prometido a solas?- puñalada en mi pecho.

-soy huérfana- ella se da vuelta y me mira sorprendida.

-yo... lo siento. No era mi intención hacerte sentir mal- me dice. A mi lado bandido se ha sentado y me mira. ¿Qué estará pensando?

-no hay problema. Desde hace un año que soy huérfana. Desde hace un año que estoy sola- digo.

-yo hace más de 23 años que estoy sola. Y eso es solo mi culpa- dice dorna triste. Llegamos a una banca y nos sentamos.

-¿Por qué lo dice?-

-porque aleje a alguien impórtante de mi vida de mi lado. La vida me lo cobro caro, ¿sabes?-

-¿Qué ocurrió? Si se puede saber- le digo.

-aleje a mi hijo de mi lado. Todo porque quería que siguiera los pasos de la familia. Cuando él se fue no me importo porque estaba muy enojada con él. En realidad todos estábamos enojados con él. Pero con el tiempo el enojo se transformó en preocupación. Nunca supimos de él, pero mi corazón aun sentía que podía estar vivo, pero ya no estoy segura. Lo hemos buscado durante mucho tiempo pero no hemos encontrado nada- su voz cada vez se va quebrando más.

-¿Por qué dice que la vida le cobro de una manera cara, todo esto?-

-porque diez años después me quito a mi esposo y quede sola en esta vida. Mi otro hijo también se fue cuando se enteró lo que le hicimos a su hermano. Por lo menos se dónde se encuentra el, pero aun no nos perdona lo que hicimos hace años- me dice.

-¿de que murió?-

-de cáncer a los pulmones. Fue horrible verlo sufrir así. Al final le terminaba pidiendo a Dios que se lo llevara luego- dice una lagrima recorre su mejilla.

-la entiendo. Mi padre hace un año también falleció de cáncer a los pulmones. Así que se lo que siente- digo mientras limpio la lagrima con mi pulgar.

-¿Cómo se llamaba tu padre?- me dice.

-Ray. Raymond Stelle- ella abre sus ojos sorprendida.

-¿Raymond?- yo asiento y ella lleva una mano a su boca y vuelve a llorar. ¿Qué pasa? ¿Qué dije? ¿Por qué reacciono de esta manera cuando le dije el nombre de mi padre?


UNO MAS SOLO PARA DARLES EN EL GUSTO... 

ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO... 

LOS QUIERO Y NOS LEEMOS PRONTO...

Es mi secretaria: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora