Capitulo 11: Un tibio abrazo

14.1K 1K 64
                                    

POV CRISTIAN

-perdona a mi hermana. Últimamente ha estado muy alterada y es entendible. Su hijo no ha querido hablar con ella y eso la tiene de malas pulgas- me dice Jorge que se siente al frente de mí.

-no te preocupes. Puedo entender los motivos- digo. Eso ni tú mismo te lo crees, Grey. Acuérdate como trataste a Ana cuando te dijo que no podía viajar el sábado. Fulmino con la mirada a mi subconsciente. Últimamente está demasiado bocón.

-me caes bien. Sabes. Más o menos comencé a la misma edad que tú. Por eso comprendo que las palabras de mi hermana te pueden causar algún problema. Como bien dijo tu prometida la sabiduría y la inteligencia no escoge edad- me dice pensativo.

-ella es muy inteligente también. Aunque debo decir que tiene una paciencia enorme a lo que se refiere a mí- él sonríe.

-cuando hay amor la paciencia es una virtud que las mujeres sabes ocupar muy bien. Eso lo sé por experiencia propia. Mi mujer que está de viaje haciendo publicidad a nuestros productos, ha sabido controlarme y ha tenido mucha paciencia para soportar mi carácter de mierda, como dice ella- me sonríe. Tiene un brillo en sus ojos cuando habla de su esposa.

-eso es verdad-

-tu prometida es muy linda aunque debo decir que es sus ojos hay una pisca de tristeza. Cualquier persona que haya visto esos hermosos ojos cuidadosamente se daría cuenta- me sorprendo por sus palabras.

-no lo está pasando muy bien. De hecho creo que está comenzando con depresión- le digo.

-¿depresión? ¿Por qué? Ella es uno joven dulce. No entiendo porque tendría esa enfermedad- dice asombrado.

-el día de ayer fue el aniversario de la muerte de su padre y eso la tiene mal. De hecho casi comete una locura- digo eso con los puños apretados.

-pero su madre debería estar con ella. Ella por lo que logro entender necesita de compañía. La soledad es una mala compañera en estos momentos- otro más que da en clavo.

-ella está sola. En resumidas cuentas es huérfana- digo mirando mi copa.

-santo Dios. No puede creer que aun eso exista. Lo bueno es que esta tu para cuidarla. Es una niña muy linda. Tienes buen gusto-

-gracias por el cumplido. ¿Dónde crees que su hermana haya llevado a Anastasia?-

-lo más probable que al huerto. Si quieres ir por ella debes salir por donde entramos y a mano derecha está la entrada. Ahí deberías buscarlas, hay muchos árboles y muchos bancos para sentarse- me dice. Dejo la copa en la mesa y me levanto.

-gracias. Iré a ver como lo está pasando. Permiso- digo

-adelante- camino por donde entramos y sigo las instrucciones que me dio Jorge para encontrarla.

Camino y entro a la huerta. Como lo había visto en las fotos y revistas de la esta ciudad, la huerta es gigante y asombrosa. Sigo caminando y escucho voces. Me acerco por donde vienen las voces y veo que Ana y Luzmira están sentadas en una banca de madera. Luzmira está llorando a mares y Ana la está consolando. ¿Qué mierda fue lo que hiciste Anastasia?

-¿Raymond?- escucho que dice Luzmira. Veo que Ana intenta decirle algo pero no la dejo. Quizás que cosas dirá y meterá la pata si no lo ha hecho ya.

-¡ANASTASIA!- veo que se pone rígida ante el tono de mi voz. Ella me mira y puedo ver que está enojada por la forma en que la llame. ¿Y que esperaba? ¿Qué la aplaudiera por hacer llorar a uno de los dueños con lo que quiero hacer negocio? No, no soy así.

Es mi secretaria: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora