Capitulo 25: Problemas por desconfiar

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POV CRISTIAN

Me despierto de golpe. No sé qué estaba soñando pero no debe haber sido nada bueno. Mi corazón late como loco y estoy transpirando. Le doy un masaje a mi sien que esta que se me revienta del dolor. Estiro mi mano para buscar el teléfono pero no encuentro nada y es ahí cuando me doy cuenta que esta no es mi habitación.

La habitación tiene un aire cálido. El cobertor el color azul oscuro con los leves toque claros en algunos lugares. El olor es dulce, es muy parecido al de Anastasia pero el olor a alcohol es mucho más fuerte y la un toque algo nauseabundo. Con cuidado bajo de la cama mirando el día gris que se ve por la ventana que está a un lado. Me doy cuenta que alguien me está observando. Miro a la puerta y esta el perro que ayer acaricie en el departamento de Anastasia.

-bigotes- lo llamo. Llega donde mí y se sienta. Entonces estoy en el departamento de Ana. Pero ¿Cómo llegue aquí? Acaricio su cabeza, luego sus orejas y al final le acaricio lo cachetes. Es tan lindo y huele bien.

-¿Dónde está tu dueña?- él se para y llega hasta la puerta. Con su pata la rasguña. Este perro es demasiado inteligente. Bueno siempre he leído que los perros de la calle aprenden más, ya que no saben si abra otro día y el simple hecho de tener que cruzar las calles es un desafío.

Abro la puerta y veo que camina en dirección a la sala. Cuando llego, Ana está mirando las flores que el imbécil del repartidor me entrego ayer cuando me estaba yendo. ¿Quién se las abra mandado? ¿Será algún amor del pasado?

No se ha dado cuenta de mi presencia. Deja la nota en las flores y se dirige a la puerta y sale. Camino donde están las flores y encuentro dos notas. La primera está dirigida a mí.

Cristian si despiertas y no estoy en departamento es que salí a comprar, ya que no hay nada en la casa para comer y hoy toca hacer el pedido. Me demorare alrededor de 1 a 2 horas. Hay café recién hecho en la cocina y unas tostadas y fruta para que comas. Con menuda borrachera que te pegaste anoche, lo mejor es que comas. En la caja blanca que está arriba del refrigerador encontraras analgésicos para el dolor de cabeza. Espero que hayas dormido bien. 

Besitos. Ana.

Y la segunda es la que mandaron con las flores. Sé que no es bueno ser metido pero necesito sacar las dudas que recorren mis nervios. La abro y leo:

Espero que este regalo te alegre el día. Sé que hoy es un día especial para ti y espero que lo pases muy bien. El día que llegaste a la hacienda nos alegraste el día y ha bandido ni que decir. Junto con Jorge te deseamos lo mejor y que vengan muchos éxitos y muchas bendiciones en este nuevo año de vida, mi niña. Un muy feliz cumpleaños para una joven preciosa, tierna y muy sincera. Un abrazo y besos desde España.

Te desean Luzmila, Jorge y Bandido.

¿Qué? Ana estaba de cumpleaños y no la salude. Ni siquiera le di algún regalo. Lo que me llama la atención es que ni su amiga, ni Taylor, ni Gail se acordaron. Me doy una palmada en la frente. Taylor y Gail no pudieron ya que los mande a aspen. Ellos querían arreglar todo para la cena familiar que abra el día viernes de la próxima semana y querían saber lo que hacía falta. Además sé que está nevando y la señal no llega. Pero, ¿su amiga por qué lo olvido?

En eso una remolino entra por la puerta, hasta bigotes se eriza. Una melina rubia cruza la sala seguida de mi hermano. Se nota que ha dormido poco pero por lo menos se ve feliz.

-Ana. Mona, ¿Dónde estás? Sé que soy una mala amiga pero mi recordatorio no funciono. Odio la tecnología y lo sabes. Por favor, no me odies- dice mientras escucho que llega a la habitación donde estaba durmiendo.

-hola hermanito. Veo que dormiste poco- se acerca a abrazarme pero se aleja –Dios hermanito necesitas un baño. Apestas a alcohol. Te apuesto que le celebraste el cumpleaños y bebieron más de la cuenta- me dice.

-de hecho me acabo de enterar que era su cumpleaños por la nota que venía con ese arreglo de rosas- le indico el arreglo –y la borrachera me la pegue solo por idiota que soy- le digo.

-¿Dónde está Ana?- regresa a la sala con cara de angustia.

-cuando desperté iba saliendo y por la nota que dejo dijo que iba a hacer las compras del mes y que tardaría bastante- le digo.

-soy la peor amiga. ¿Cómo me pude olvidar su cumpleaños? Ella jamás se ha olvidado del mío y el de nadie. En su cabeza hay espacio para todas esas cosas y podría jurar que incluso sabe hasta tu cumpleaños Elliot- dice Kate mientras niega con la cabeza.

-nena no sigas. Hagamos algo para pagar eso. Ella dijo que demoraría pues tenemos 1 hora para hacer algo y si utilizas el nombre de Cristian Grey aunque sea festivo te abrirán las puertas- dice mi hermano. Es cierto y con dinero.

-¿Qué hora es?- pregunto.

-son casi las 12. Que tarde- dice Elliot mientras mira el reloj.

-¿Qué le gusta comer?- pregunto.

-pues le gusta todo. No es regodeona. Aunque lo último que probo fui el sushi y le encanto-

 Aunque lo último que probo fui el sushi y le encanto-

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-eso no es comida. Pero si es lo que le gusta pues abra que comerla-

-no sé cómo mi amiga te aguanta. Yo llamo para que lo hagan y los manden. Conozco un buen lugar- dice Kate.

-no. Yo me encargo de eso. Ustedes vayan a buscar algo para beber- digo.

-está bien. Elliot acompáñame tengo que buscar un regalo y algo para beber- le dice Kate a Elliot.

-vamos. Nos vemos hermano- salen del departamento. Busco entre mis contactos y encuentro el restaurant que se encuentra dentro del hotel Olimpo. Me comunico con el chef y le digo que haga el sushi más rico y más delicioso que puedan hacer sus manos, que por el precio no se preocupe y que quiero varios sabores. Le doy una hora y le doy la dirección, él dice que enseguida se pone a hacerlos y como se trata de la celebración de un cumpleaños nos traerá una sorpresa.

Pienso en su regalo y no se me ocurre nada. Hasta que me acuerdo que hace unas semanas cuando fuimos a comer pasamos por una joyería. Ella le había gustado un collar muy simple, bueno para mí, así que llamo al acordarme del nombre y se lo describo y me dicen que aún lo tienen. Le digo que lo envuelvan para regalo y lo traigan a al departamento de mi novia. Llamo a una florería y le pido varios arreglos y que los manden a la dirección.

No me importa cuando dinero desembolse en esto, tengo que pagar mi error. Desconfié de ella, eso no me lo tiene que decir, ya que si llegue borracho a su casa en medio de la noche, lo más seguro es que le dije cosas feas. Soy un idiota pero con mayúsculas.

A la hora llega todo lo que pedí y arreglo todo. A los minutos llegan Elliot y Kate y comenzamos a ordenar la mesa. Ahora solo falta que llegue la cumpleañera. Ojala no nos deje con todo servido, aunque eso sería una buena forma de cobrársela. Todos fuimos unos desconsiderados con ella, y lo peor es que ella no nos ha reclamado nada. Tal y como dijo Kate, Ana se puede acordar de todo pero no todos nos acordamos de ella. La vida es cruel con las personas y hoy me he dado cuenta de eso, al ser cruel con ella directamente.


OTRO MAS... 

ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO... 

LO ÚNICO QUE LES PUEDO DECIR QUE NO SE IMAGINAN LO QUE VIENE... 

LAS QUIERO MUCHO Y NOS LEEMOS PRONTO...

Es mi secretaria: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora