Capitulo 51: No mas

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-amo cuando estamos así en contacto y sentir a nuestro hijo. El siempre cuando dormimos juntos se queda tranquilo y cuando lo acaricio se mueve y te pega, pero no fuerte. Él sabe que estas durmiendo y sabe que debe de ser cuidadoso- me dice.

-nuestro hijo, es muy inteligente- levanto mi cara y lo miro. Sus hermosos ojos grises me hipnotizan.

-¿Qué paso cuando viste a Eduardo?- me ruborizo cuando me acuerdo del momento.

-estaba algo histérica, ya que no había pasado ni cinco minutos cuando el trío siniestro se había ido. Lo único que quería era ir al cuarto y descansar y juntos aparece el. Dios, es tan parecido a mi padre que me desmaye, no daba más- le digo. Él me sonríe.

-¿han hablado?-

-si. Cuando desperté él estaba en la habitación junto a Luzmira. Él se disculpó por asustarme y cuando se enteró que era hija de su difunto hermano, se sorprendió pero después se alegró. Y más cuando se dio cuenta que estoy embarazada. Hablamos mucho y me contó cosas de mi padre cuando era pequeño y lo mal que lo paso cuando Ray se fue. Él lo quería mucho y de hecho lo quiere mucho aun- le digo.

-creo que le caigo mal- sonrió.

-yo también creo lo mismo. Cuando le contaron lo que sucedió entre nosotros casi destruye una pared. Estaba furioso. Él dijo que si hubiera estado en mis zapatos te mandaba lejos y no te hubiera dicho de la existencia de Teddy- digo.

-eso jamás va a pasar. Ustedes son mi familia y si tengo que pelear con un aparecido lo hare. Son míos y punto- sonrió.

-tan posesivo y controlador que me salió, señor Grey- le digo y le doy un beso.

-es el efecto que tienes en mí- un trueno se hace presente y Cristian me mira sorprendido.

-se viene una tormenta. ¡BIGOTES!- lo llamo. A los segundos está a mi lado –reúne a la ovejas y llévalas a su casa. Se viene una tormenta- no sé si me entendió pero con un solo ladrido las ovejas lo miran y luego de unos cuantos mordiscos en las patitas de las ovejas, no le hacen daño, lo siguen.

-ese perro es demasiado inteligente. Llega a dar miedo- me dice Cristian. Me intento levantar pero Cristian se levanta conmigo y todo en brazos.

-¡CRISTIAN!- chillo por la sorpresa. Me deja en el suelo con cuidado.

-me encanta cuando sonríes- me saco la lengua.

-no deberías tenerle miedo a bigotes, la inteligencia que tiene mi cachorro se debe a que paso muchos años en la calle y en la calle o aprender a vivir o mueres- le digo.

-¿te he dicho alguna vez lo linda y tierna que te vez cuando defiendes a los animales?- dejo mis brazos alrededor de su cuello.

-no. Generalmente te dejas las cosas para ti- le digo. Coloca una de sus manos en mi cuello y me besa. Su otra mano esta en mi cadera y muy despacio va camina a mi trasero. Con un descaro único aprieta una de mis pompas mientras sigue el beso. Malditas hormonas me tienen peor que chimenea, caliente.

-debemos volver. Hace frío y ya te deje mucho tiempo tomar fresco- hago un puchero pero asiento. Caminamos tomados de la mano, mientras hablamos de cosas sin sentido, unos cuantos besos y también uno que otro apretón. A los minutos llega bigotes y entra a la casa con nosotros justo cuando suena otro trueno.

-falta uno y se desata la tormenta- dice Luzmira.

-si. ¿Quién queda aún afuera?- pregunto.

-Davo y Jorge. Pero deberían de volver en unos minutos- dice Luzmira.

-espero que lleguen luego- digo. Bigotes de la nada se pone en alerta, lo mismo hace bandido y no me gusta. Ambos están mirando a la puerta. En eso la puerta se abre de par en par y entra Davo, quien carga a don Jorge que se encuentra desmayado. Mi corazón se acelera y Cristian corre en su ayuda.

-¿Qué paso?- dice Luzmira.

-se resbaló y se golpeó en la cabeza. Estuvo consiente hasta hace unos pocos minutos. Llamare al doctor pero no sé si venga- dice Davo.

-está bien. Lleven a Jorge mientras me comunico con el doctor- el doctor solo vive a unos 3 kilómetros de aquí. Espero que llegue pronto. Me quedo sola en la sala esperando que alguien llegue. El tercer trueno suena y a los segundo se larga a llover, torrencialmente.

A los minutos llega el doctor muy mojado y le indico donde está la habitación. A los segundo todos están en la sala, a la espera de alguna noticia. Cristian se gana a mi lado y me abraza. Él sabe que lo estoy pasando mal.

-bebe, él es fuerte y va a salir de esta. Solo ten fe- me dice. Yo asiento con la cabeza. Por favor, Diosito, que nada malo le pase. Por favor, danos un respiro.


ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO... 

NO ESTUVE MUY INSPIRADA HOY Y ENCONTRÉ ALGO FOME EL CAPITULO, ASI QUE PIDO DISCULPAS POR ESO... 

NO SE OLVIDEN QUE LAS QUIERO... 

OS LEEMOS PRONTO...

Es mi secretaria: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora