Capitulo 61: Reposo

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(Paula)

Siento el agua caliente golpeando mi piel, solo estoy dejándola caer, no tengo fuerzas para nada más. Apoyo mi cabeza contra el cerámico y suspiro, todo lo que pasó en el día vuelve a mí una y otra vez. Intento liberarme convenciendo a mi mente que ya todo está bien, intento pensar que Pablo entenderá mi error, que perdonará. Solo recordarlo hace que las lágrimas vuelvan a salir, nada las contiene ya, estoy sola aquí, no tengo que fingir... mi estupidez casi parece no tener límites ¿Cómo arriesgué todo? ¿Cómo permití que siquiera me tocara? Entonces como burlándose de mí, mi mente me trae momentos con Pablo, nuestras bromas bajo el agua, las sensaciones de sus manos deslizándose por mi piel, sus labios adueñándose de los míos, todo eso que puedo perder si Pablo no lo entiende... sollozo incapaz de contener esta mezcla de emociones.

Tardo en la ducha mucho más que de costumbre, pero necesitaba estar sola, necesitaba llorar y pensar. Cuando finalmente estoy llegando al comedor la voz de Juan suena en un tono que me resulta extraño.

Patricio nunca controlé tu vida, puedes hacer lo que quieras.
* La verdad es que nada de esto tiene sentido. Pero no quiero hablarlo ahora.
* No sé cuánto tiempo estaré aquí, pero creo que lo mejor es que nos tomemos este tiempo.
* Está bien, se lo diré.

Cuando la conversación termina entro al comedor y lo veo con expresión preocupada, aún así se esfuerza por sonreírme. Me sirvo un vaso de agua.

- ¿Problemas con Patricio?

- Solo una discusión sin importancia, ven a sentarte conmigo.

- Lo hablemos Juan...

- No Paula, en otro momento, solo es mejor dejarlo pasar.

Lo miro, la relación de Juan y Patricio, es una de las relaciones con mayor solidez que he conocido, pocas veces los he visto discutir, siempre soñé con una relación con esas características; y mi relación con Pablo está tan lejos de tener solidez, cuando parece que todo va bien, me equivoco, es una constante. Me prometo a mí misma estar más pendiente de mi amigo.

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Son casi las dos de la mañana y sigo sentada en el comedor, observo el café en mi mano y toco la taza dejando que lo caliente atraviese mi piel, siento la mirada de Juan en mí, me obligó a comer y no logré que volviera a su casa después. Y hoy lo único que quería era acostarme a llorar y liberar de una vez toda esta tensión en mi interior.

- Cariño, pareces alma en pena, Pablo está bien, ya pasó.

- Lo sé Juan es solo que...

Me esfuerzo por no volver a llorar, pero no puedo evitarlo, las imágenes se forman de nuevo en mi mente, Pablo inmóvil y mi beso con Marcos, como si fueran una en consecuencia de otra... ¿Cómo si fueran? En realidad, lo son, yo estaba con Marcos, por eso no volví rápido con Pablo, por eso el empeoró, yo no estaba para cuidarlo. Sacudo la cabeza para liberarme.

- No puedo sacar la imagen de mi cabeza, siento como si lo reviviera a cada momento... estaba como muerto Juan... yo pensé que estaba muerto y...

La lágrimas comienzan a caer ya sin ningún control, no puedo evitarlas, Juan me observa unos segundos en silencio, solo tomando mi mano sobre la mesa y acariciándome.

- ¿Y si Pablo moría? ¿Qué hubiera hecho Juan? ¿Cómo seguía yo sin él? Y lo peor es que es mi culpa, yo tendría que haber estado con él, como él siempre estuvo conmigo... y yo preferí... yo estaba...

TERRAL - Detrás de la música -Where stories live. Discover now