Capitulo 47: Como si nada pasara

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(14 de agosto)

(Pablo)

Estoy parado en el pequeño pasillo que me llevará hacia el escenario montado en el estadio Francisco de las Heras en Almendralejo, a cada uno de mis lados María y Martín esperan junto a mí. Cierro los ojos y respiro profundamente sintiendo la adrenalina y los nervios recorrer mi cuerpo, lo sigo sintiendo como el primer día y eso es bueno. Los músicos ya están todos esperando, Salva y el resto del equipo ya están en sus puestos... solo minutos para comenzar y lo necesito, necesito estar arriba del escenario, solo así encontraré un momento de paz mental. Miro mi celular por última vez y se lo entrego a María, me sonríe y se aleja. Observo al equipo moverse a mi alrededor y espero, intentando concentrarme.

- Hablé con Juan hace un par de horas, dice que Paula no ha querido verlo y no ha ido al bar, que no ha salido de la casa desde ayer. Pero asegura que está bien y que no necesita ir al médico.

Suspiro profundamente pero no lo miro, no puedo hacerlo, me conoce lo suficiente como para leerme, y no puedo lidiar con esto, no minutos antes de subir al escenario.
Mi relación con Martín ha mejorado, quizás desde que sabe que amo a Paula, no lo sé... y aunque por momentos aun parece preocupado y perdido, es más mi amigo, es más mi compañero, siento que está volviendo mi pilar... sin él todo esto sería mucho más difícil.

- Gracias Martín.

Él tampoco dice nada más, ambos sabemos que no es el momento. Quizás después. Quizás después pueda escucharlo y desahogarme... ahora no...

La banda ya está reunida, María esta junto a ellos, suspiro profundamente y Martín golpea mi hombro en apoyo, luego caminamos juntos a reunirnos con el resto. Cuando llego empujo a Lolo y este pierde un poco el equilibrio y me empuja como respuesta. Salto en el lugar intentando relajarme y Lolo me imita.

- No entiendo como no te cansas, después tienes que subir a bailar.

- Soy un excelente bailarín por eso no me canso. Este movimiento de caderas no lo tiene cualquiera.

Me muevo exageradamente y todos ríen.

- Listo muchachos, al escenario.

Nos reunimos, juntamos nuestras manos en el centro. Estoy rodeado por mi equipo, mi familia, haciendo lo que amo, lo que soy, tengo que estar feliz...

- Familia... otro concierto, todos sabemos lo que nos costó llegar aquí, a disfrutarlo. A dejarse el alma en ese escenario.

Respiro profundamente tras el asentimiento de todos y sé que estamos listos.

- 1, 2, 3 ALBORAN.

Todos gritamos juntos y nos abrazamos. Los músicos son los primeros en acercarse al escenario, los gritos se escuchan acelerando mis latidos. María y Martín vuelven a mi lado.

- ­Pablo ¿estás bien?

- Lo estaré María, solo tengo que subir.

Me mira preocupada y lo entiendo, desde ayer que no me ven bien, aunque intento disimularlo. Frente a ella, le sonrío, beso su frente y la abrazo, necesito hacerlo siempre, ella es mi principal sostén cuando estoy lejos de casa. Luego abrazo a Martín y me paro frente al lugar donde debo pasar. Cierro los ojos recordando la imagen de mi abuela encomendándome a su cuidado, luego de respirar profundamente estoy listo. Salgo al escenario con el corazón palpitando rápido, con nervios, con ansiedad y con la necesidad de que ya las primeras notas y los aplausos me hagan descansar y encontrar la felicidad.

TERRAL - Detrás de la música -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora