Capitulo 6: Lo que más necesitaba

503 29 1
                                    


Parece que la tormenta pasó, por lo menos por ahora, dormida entre mis brazos parece en paz y solo así puedo encontrar yo también un poco de calma, no recuerdo haber estado alguna otra vez así de cansado, mi cuerpo y mi mente solo necesitan dormir, pero sé que no podré hacerlo, no con todo lo que pasó las últimas horas. Aunque de verdad deseo quedarme a su lado, me levanto, intentando no despertarla. De pie al lado de su cama, beso su frente y respiro su aroma que tanta falta me ha hecho todo este tiempo, luego abandono la habitación, para dejarla descansar, para darle oportunidad a su familia de verla y porque sobre todo necesito tomar un poco de aire, siento que me estoy asfixiando.

Son ya cerca de las 8 de la noche, el calor es agobiante, pero su tortura de alguna extraña forma me hace sentir vivo, y es una sensación que he ido perdiendo en las últimas horas. Vuelvo al hotel con Martín para descansar y darme un baño, lejos de dormir lo único que puedo hacer es perderme en la música, mi vía de escape, luego de unas horas salimos a cenar en un lugar tranquilo, aunque todo aquí es tranquilo. Las personas parecen vivir a un ritmo diferente, como si las prisas del día a día nos los influenciaran. Y lo mejor de todo, es que nadie me reconoce, ni siquiera sé si mi música se escucha aquí, y de alguna forma es refrescante, soy solo yo, sin fotos, ni autógrafos; y aunque sé que Martín también está disfrutando de la calma lo cierto es que pronto extrañará su familia y la gran ciudad.

Cenamos con calma, comemos demasiado, estos días de tensión solo aumentaron mi apetito de repente, y me prometo a mí mismo tomarme un tiempo para ejercitarme mañana, me hará bien también para liberar un poco la mente. Aún tengo ese dolor profundo y extraño cuando recuerdo ese pequeño bebé que podría haber hecho todo tan diferente, pero quizás lo que más me tortura es el hecho de no saber cómo seguiremos... tengo tantos compromisos que atender, tanto que hacer y sé que debo quedarme aquí, debo estar a su lado.

Casi a la medianoche vuelvo al hospital, quiero estar con ella, me corresponde, lo que nos está pasando es solo nuestro. Por suerte todos lo entienden, cuando llego todos vuelven a sus casas a descansar. Paula está despierta, y volver a verla siempre me genera una tensión, porque no se con qué ánimo la encontraré.

Ya en la habitación, ella me sonríe, puedo notar la tristeza a través de su sonrisa, una tristeza profunda, que sé que no se irá fácilmente y eso me duele... quiero que ría, que bromee, quiero a la Paula que alegraba mis días en España.

Me siento a su lado y le entrego la bolsa que le llevo, sé que no lo tomará como otras veces, pero quizás sirva para por lo menos recordar épocas mejores.

Sorprendida abre la bolsa y saca el pote de Nutella, sonríe mirándolo...

- ¿Todavía comés esto?

- Por supuesto... mi placer culpable.

Saca dos cucharas de la bolsa y abre el pote, comemos unos segundos en silencio, aunque parece mucho más tranquila, sé que no está bien, y temo hablar y decir cualquier cosa que desencadene otro momento de lágrimas...

- Nunca volví a comerla... me recuerda una época mejor... siempre lograbas hacerme hablar con Nutella.

Sonrío recordándolo, cuando se encerraba en ella misma, compartíamos algo dulce y siempre conseguía que se abra a mí.

- Con Nutella, con helado, con chocolate... todo lo dulce siempre fue tu perdición.

- Lo sé... pero ahora no tengo nada para decir... no sé si queda algo en mi interior para sacar, me siento vacía.

- Paula... no...

- ¿Por qué no quieres hablar de esto?

- Porque no quiero que te haga daño.

TERRAL - Detrás de la música -Where stories live. Discover now