Capitulo 42: De gira 2

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(25 de julio)

(Pablo)

Salgo de darme un baño y me sorprende encontrarme a Paula acomodando unas prendas en la cama, cuando golpearon la puerta y grite que pasaran jamás me imaginé que sería ella, ayudarme con esto es algo que generalmente hace María, pero por supuesto que no me molesta verla, al contrario, me hace feliz. Son estos pequeños momentos, es la simplicidad de situaciones cotidianas en mi vida que esta lejos de ser simple, y la dosis de normalidad que ella le da a mi días, lo que hace que todo sea más fácil de llevar.

Paula se gira unos segundos para mirarme y me recorre con sus ojos, solo llevo la toalla prendida en la cintura, le sonrío por su actitud, parece como si se hubiera desconcentrado por unos segundos. Sin importar cuanto tiempo pase ella sigue actuando con timidez mirándome, como si ese torrente de emociones que también a mí me altera a ella la avergonzara.

- ¿Por qué salís así? ¿Me querés matar?

Río con su expresión exagerada y me acerco despacio. Ella intenta volver a su tarea, pero la abrazo desde atrás, pegándome a su cuerpo, beso su cuello y la siento estremecerse.

- ¿Te gusta lo que ves?

- He visto mejores, pero no está nada mal.

Río con su comentario, la conozco tanto y tan bien, sé que no ha habido muchos hombres en su vida, solo su ex, un gilipollas, y estoy convencido que no hubo nadie el tiempo que estuvimos separados... ella es mía y siempre lo será.

- Así que mejores... entonces ya no te molesto más.

Me alejo un poco de ella y suelto mi toalla quedando desnudo, sé que no tardará en girarse, cuando lo hace, me recorre con su vista de arriba hacia abajo y sonrío cuando la veo ruborizarse, es maravillosa, todo en ella es maravilloso.

- Bueno... creo que me puede dar algo al corazón.

Suspira exageradamente y no puedo más que reírme por su expresión. Me acerco de nuevo a ella, la tomo de la cintura, y la pego a mi cuerpo, este se hace consciente de cada parte de ella, de su perfume, su calor, de su esencia y todo va directamente a mi entrepierna.

- Pablo... puede entrar alguien, no hagas esto.

Llevo mi boca dejando besos en su mejilla y bajando por su cuello, llevo sus manos hacia mi espalda haciéndola abrazarme. Cuando intenta soltarse, la sujeto y la empujo contra la cama, cayendo sobre ella, mi boca se adueña de la suya en segundos, y ella ya no se resiste, se entrega a mí y sonrío sobre sus labios. Recorro con mi mano todo su costado, pero una ventisca de sentido común llega a mi mente y recuerdo que tengo que estar en el Campo Municipal de Futbol en una hora. Me pongo de pie y la ayudo a incorporarse, comienzo a vestirme mientras sonrío observándola recomponerse y seguir acomodando la ropa.

Después de ponerme el vaquero me pasa la camiseta, una blanca con un pequeño detalle de una calavera del lado izquierdo, me la coloco enseguida y ella se para frente a mi acomodando mis hombros. Podría acostumbrarme a esto, ella trabajando conmigo ayudándome, siempre cerca de mí. La beso suavemente en los labios y ella me regala una sonrisa maravillosa.

-  Y ya está lista la ropa para el showEstamos listos.

- Gracias Paula. Gracias sobre todo por estar aquí. Me hace más bien de lo que te puedas imaginar.

- A mí también guapo... jamás me hubiera imaginado tener estas mini vacaciones.

- Me gustaría poder salir a pasear contigo, a conocer... pero...

TERRAL - Detrás de la música -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora