Capitulo 4: Ella, mi alegría y mi tristeza.

600 31 11
                                    


(31 de marzo)

(Pablo)

Se ha dormido en mis brazos como solía hacerlo hace un año cuando estábamos juntos. El llanto poco a poco fue desapareciendo, su respiración se hizo más profunda y rítmica y descansa sin necesidad de ninguna pastilla. No dijimos nada, no era necesario, ambos sabemos cómo nos sentimos, por el miedo, por la distancia, por el reencuentro. Con ella a mi lado me siento completo, siempre fue así, pero esta vez hay además una sensación extraña, un miedo diferente, un anhelo diferente.

No sé cuánto tiempo pasamos así juntos, miro mi reloj, son las 4 de la mañana, no he dormido nada, no con todo lo que ha pasado en las últimas horas. Su agarre de mi camiseta está suelto ahora e intento moverme sin despertarla, me levanto de la cama y ella se mueve un poco, la acaricio y vuelve a dormirse, observo su rostro en penumbras, sus mejillas rojas tantas lágrimas y es increíble darme cuenta ahora cuanta falta me ha hecho en tan poco tiempo.

La miro por unos segundos esperando por si nota mi ausencia y se despierta, pero sigue profundamente dormida... mi niña, la tristeza y todo lo que ha pasado la agotaron. Salgo de la habitación sintiendo en mi cuerpo el peso de la tensión de las últimas horas, yo también estoy agotado. En el pasillo aún están todos. Enseguida me mira, Javier se pone de pie y se acerca a mí, recién noto que Julia no está, quizás debe cuidar el bebé, recuerdo a Paula feliz por la llegada de su primer sobrino, un nudo se instala en mi pecho pensando en nuestro bebé enfermo en el vientre de Paula.

- ¿Cómo está?

- Triste, agotada... está dormida ahora.

- ¿y vos?

Me extraña la preocupación de Javier por mi... debería de odiarme, no tuvimos un buen comienzo y definitivamente esta tampoco es la mejor situación para mejorar nuestra relación.

- Con demasiadas cosas para procesar todavía, cansado.

Martín y Juan se acercan a nosotros entonces. Martín está preocupado por mí, lo puedo ver en sus ojos...

- Pablo deberíamos volver al hotel un par de horas tienes que descansar y comer.

- No todavía, solo necesito tomar un café. Javier vuelve a tu casa, yo me quedaré hoy, quizás mañana podremos cambiar.

Javier parece dudarlo y Juan interviene.

- Necesitas descansar Javier, vuelve a casa con tu mujer que debe estar preocupada, nosotros nos quedaremos ahora.

Finalmente, Javier se decide y tras despedirse se va del hospital, sé que no lograré que Martín y Juan hagan lo mismo.

- Pablo, ve con Martín a tomar un café y comer algo, yo me quedaré con Paula, cualquier novedad les aviso.

Lo hacemos, aunque no quiero alejarme de Paula, sé que necesito de la cafeína en mis venas, definitivamente comer no es una opción, nada podrá atravesarme la garganta.

Pasamos quizás una hora en la cafetería del hospital cuando Juan llama avisando que vuelva, no hay más información en la llamada, pero ya mi interior solo es un manojo de sensaciones imposibles de controlar.

En el pasillo me encuentro con Juan, está pálido y preocupado.

- ¿Qué pasó?

- No lo sé, despertó minutos después de que se fueran, estábamos hablando y cuando me di cuenta el monitor del bebé empezó a sonar y ella parecía arder de fiebre... el médico está con ella en la habitación.

TERRAL - Detrás de la música -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora