Capitulo 36: Cosas claras

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-Anastasia- digo. Es hermosa y parece que mi madre no se equivocó con lo de estar embarazado.

-Cristian- dice Ana sin dejar de mirarme. Por el movimiento en sus manos puedo darme cuenta que está nerviosa. El simple hecho que diga mi nombre hace que cada vello de mi cuerpo se erice y mi corazón lata descontrolado.

-buenas noche señor Grey- entra Jorge. Me mira y puedo ver que no soy de su agrado. Me importa un pepino. Yo solo vengo por Ana.

-buenas noches- digo.

-es mejor que pasemos al despacho. Hay mucho de qué hablar- dice Luzmira. Se ha dado cuenta de mi estado de ánimo, lo cual agradezco.

-hay mucho de qué hablar. En eso estoy de acuerdo- digo mientras mira a Ana y a su vientre hinchado.

-entonces vamos- dice Luzmira.

Terminamos en el despacho. Estoy sentado enfrente de Ana y no puedo dejar de mirarla. Es que después de tanto tiempo de no verla, no saber nada de ella, y por la forma que el eche de mi vida, no puede creer que la tengo en frente.

-pues es hora de aclarar ciertos puntos- dice Jorge. Este hombre me está sacando de mis casillas. ¿Quién se cree que es? ¿El dueño de Ana?

-adelante- digo.

-punto uno, tu estas aquí porque Ana y Luzmira hablaron conmigo y me hicieron entender que no puedo sacarte de la vida de Ana por una simple razón y que supongo que con solo verla te diste cuenta- gruñe Jorge.

-lo sé. Con eso me acaba de confirmar que el vientre hinchado es mío- digo.

-¿lo dudabas?- pregunta Kate.

-no. Ya me di cuenta que Ana nunca me engañaría, nunca- digo. Pague muy caro mi desconfianza.

-punto dos, no hay ningún problema con la hacienda y los negocios. Fue una forma de atraer su atención. Aunque nunca pensamos que llegaría tan rápido después de la forma que trato a nuestra pequeña- ¿Qué? ¿Nuestra pequeña?-

-no nos mires así. Ana después te explicara todo- dice Luzmira.

-punto tres, si vuelves a dañar a Ana, aunque ella se arrodille y me pida que no te haga nada, no le hare caso y te destruiré. Mucho te he aguantado y no tengo la paciencia para aguantar más. Ya estas advertido. Luzmira, Kate, vámonos. Ellos deben hablar a solas. Es lo mejor- dice Jorge.

Kate se levanta del lado de Ana y la abraza. No sé qué le dice pero le acaricia el vientre y sale. Jorge y Luzmira antes de salir la miran y asienten con la cabeza. No entiendo ese movimiento pero sé que ella me lo dirá. Pasan varios minutos en silencio, sé que no va a hablar así que lo hago yo.

-¿Cómo estás?- me mira por fin.

-bien. Supongo que después de todo, estos meses me he recuperado de mis malestares- dice.

-¿Cuándo supiste lo del embarazo?-

-cuando llegue aquí. Luzmira llamo al médico. No está bien. Según el médico estaba deshidratada y baja peso. Además de una anemia en estado leve y con el examen de sangre salió mi embarazo- dice en un susurro.

-yo no sé cómo decir esto, pero yo quería que me perdonaras. Sé que cometí un error al desconfiar por segunda vez de ti. Nadie de la empresa creyó en tu culpabilidad. Ni siquiera Welch. Cuando llegaron las pruebas de tu inocencia corrí a la policía a sacarte. No sabía cómo reaccionarias al verme pero necesitaba sacarte de ahí- le digo ella está acariciando su vientre y unas lágrimas ruedan por sus mejillas.

-tú no sabes lo que pase en esa cárcel... el primer día fue horrible... querían darme un recibimiento muy... peculiar... estaba aterrada... no quería salir de la celda... además no tenía fuerza...- dice. Lagrimas ruedan sin freno por sus mejillas. Me arrodillo delante de ella y limpio sus lágrimas con mi pulgar.

-no, por favor no llores. Si estoy aquí es para pagar mi error. Estos meses sin ti han sido un infierno. Más aun recordando cada segundo como fue que te saque de mi vida-

-yo no sé... esto... no sé qué hacer...- dice mientras respira con dificultad.

-¿Qué no sabes?-

-yo no te quiero... alejar de la vida tu hijo, de nuestro hijo pero... no tengo las fuerzas... ni las ganas de arriesgarme... otra vez y otra vez... salir lastimada- la miro.

-¿Qué me quieres decir?-

-que yo no quiero nada contigo... tengo miedo de abrir mi corazón de nuevo y por culpa de tu desconfianza todo se vaya a la mierda... eso es a lo que temo. Ya una vez me destruiste Cristian y de la peor forma y si fuera por Luzmira o Jorge quizás donde estaría. Yo no te negare a tu hijo pero yo no quiero nada contigo, salvo una relación para hacer feliz a nuestro hijo- dice mirándome a los ojos. Mierda. No veo ni una chispa de dudas.

-no lo acepto. Vine aquí a recuperarte y ahora sé que llevas un hijo mío en tu vientre también a él. ¿Y qué relación tienes con Jorge y Luzmira para que te defiendan de esa manera?- digo la pregunta enojado.

-no me hables así. Ya no soy tu empleada. Tú fuiste el culpable de que me fuera de tu vida. Tú y solo tú- me dice. Me apunta con el dedo y me pega con él en el pecho.

-responde a mi pregunta- ella suspira pesadamente.

-ellos son mis familia- dice.

-no, Ana. Ellos te quieren como una de su familia-

-no. Mi padre fue el hijo que Luzmira perdió hace años. Unas pruebas de ADN lo confirmo- dice.

-¿Qué?-

-que tengo una familia. Luzmira es mi abuela y Jorge es mi tío abuelo- esto significa una cosa y no me está gustando.

-eso significa que eres dueña de todo esto. ¿Has pensado en volver a Seattle? ¿Pensabas decirme de la existencia del bebé?-

-no tengo pensado volver a Seattle y sino quisiera que supieras del bebé no te hubiera llamado-

-entonces, ¿Qué pasa con nosotros? ¿Volverás conmigo?-

-no hay un nosotros Cristian. Tú lo mataste con la desconfianza que sentías por mí. Y no quiero volver contigo. No estoy preparada para volver a sufrir. ¿Quién me dice que no me volverás a lastimar? ¿Tu?- mierda, ¿Qué le contesto a eso?


OTRO CAPITULO MAS... 

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LAS QUIERO Y NOS LEEMOS PRONTO...

Es mi secretaria: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora