LA CENA (parte I)

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Irene recogió sus cosas y salió de la oficina esperando no tener que encontrarse con Pons antes de salir, no iba de muy buen humor porque Víctor seguía sin contestarle el mensaje, pero al mismo tiempo estaba contenta porque le apetecía mucho la noche que le esperaba por delante.

Delante de las puertas del ascensor mientras esperaba que este llegase a su planta, pensó que había logrado su objetivo, y que hasta el día siguiente no tendría que ver la cara de ese impresentable. Pero como ya era común en Irene la suerte no la acompaño y Pons apareció justo cuando el ascensor llegaba. Irene tenía la teoría de que esperaba a oír que ella se marchaba para irse también, y así incordiarla un poco antes de que terminase el día.

_ ¿Ya te vas Vázquez?, no vaya a ser que eches horas fuera del horario laboral y te canses.

_ Tú también te estas yendo porque no te quedas tú haciendo horas extras, ¡a ya sé porque!, es imposible que le hagas la pelota al jefe, más de lo que ya lo haces.

_ Yo no necesito hacerle la pelota al jefe, mi trabajo habla por sí solo.

_ Vale lo que tú digas.

_ Así me gusta que reconozcas mi superioridad.

_ Si tienes razón, eres mejor que yo por eso me han dado a mí la cuenta de Diamantine's.

_ Será porque de alguna forma te ganaste al jefe, porque todo el mundo sabe que mi propuesta era mejor.

_ Si claro por eso hasta que yo llegue al cliente no le gusto nada de lo que le ofreciste, tienes razón.

Pons se quedo callado y ambos salieron del edificio.

_ Tu noviecito está allí esperándote, a lo mejor debería hablar con él para decirle como consigues que te den las cuentas en esta empresa.

_ Que narices estas intentando decir, que le vas a contar como los jefes me dan las cuentas porque tu trabajo es mucho peor que el mío, no hace falta que se lo cuentes él ya lo sabe.

Irene cruzó la carretera dejando a Pons rojo de irá en la acera, y se dirigió hacia el coche de Santi, abrió la puerta del copiloto y soltó un bufido, con el que Santi no pudo evitar reírse.

_ A ver ¿Qué te ha dicho esta vez?.

_ Te puedes creer que acaba de insinuar que me dan las cuentas, porque me acuesto con el jefe, bueno acostarme o algo peor, será subnormal, a veces creo que su vida es tan triste, que su única misión en el mundo es fastidiarme la mía.

_ Ya sabes cómo es Ire, tienes que conseguir pasar de él.

_ Lo sé pero me crispa.

_ Bueno pues cambiemos de tema, que era eso tan largo que me tenias que contar del musical.

Irene le explico a Santi todo lo que ponía el mensaje y le dijo que en cuanto llegasen a casa le enseñaría en el portátil los pasos de baile que se tenía que aprender para poder presentarse al casting.

_ y además mi veto es que no puedo cantar, si es lo único con lo que me siento un poco cómoda y van y me lo quitan, nunca pasaré ese casting.

_ Ire es normal que tengan que probar como te defiendes en todas las modalidades, en un musical no solo tienes que cantar sino que también debes defenderte bailando y actuando.

_ Lo se es solo, que no creo que pueda.

_ Si podrás, ya lo verás.

Cuando llegaron a casa de Irene Santi aparcó el coche y ambos subieron al piso, al llegar a la puerta Irene saco sus llaves, no sin antes tardar dos horas buscándolas y juntos subieron al piso, al abrir la puerta un olor maravilloso les impregno la nariz.

Diario de una Grosella.Where stories live. Discover now