- Eres un idiota mal nacido - nunca me sorprendió esas envidiables palabras saturadas de amor puro que Ald me dedicaba.

- No tienes de que preocuparte, Steve ya tie...

- No viniste a mi casa Ed

Un gran silencio sucumbió la sala donde sólo se escuchaba la voz de Homero.

-... Oh mierda

- Decir "Oh mierda" no repone la tarde de hoy, porque créeme, no me molestó el esperarte casi una hora para tomar el autobús

- Shhhhh

- No estoy para tus idio...

- Shhhhhhhhh, calla criatura maravillosa

Lo escuché dar un respingo.

- Jaffa Cakes - solté - ya está, lo recompensaré Ald.

- Chocolate doble - aclaró y colgó. Relajé mis hombros y seguidamente concentré toda mi atención en el televisor pero por desgracia, este salió a comerciales dándome tiempo para pensar sobre ciertas cosas.

Katherine por ejemplo. Era muy guapa, delgada, buena altura, ojos azules, simpática.

No me mal intérpretes Beth, pero no sé por qué pensé seguidamente en ti. Tal vez las relacioné porque son mejores amigas pero nunca incluí a Bonnie. Después de aquel día mi poco cerebro se encapsulaba en pequeñas burbujas discutiendo sólo dos palabras: Beth y Katherine.

Un clarísimo ejemplo fue cuando quisimos hacer una grandiosa fiesta sólo nosotros cuatro. Ald, Bonn, tú y yo. Si James Colton nos hubiese invitado a su genial fiesta probablemente nada de lo que a continuación te narraré con mucho entusiasmo, hubiese pasado.

Todo comenzó con el vago sentimiento de decepción al darnos cuenta que a ninguno de los cuatro nos habían hecho una cordial invitación para la fiesta de James, decían que la temática sería al estilo Las Vegas. Aún sigo pensando en cómo demonios lograrían eso, cuando vivían en una ciudad donde la mayor parte del tiempo hacia frío sin tomar en cuenta que estábamos a principios de otoño, donde hay más pájaros, bosques y monumentos señoriales que plazas, tiendas, luces, sexo, drogas y alcohol.

- Deberíamos de hacer una fiesta - opinó Ald desde el sofá. Le miramos con cara de pocos amigos.

- ¿Con qué temática? ¿De los 80s? ¿De la edad de tu abuela? Te la fumaste - soltó con desdén Bonn y se miró las cutículas de las uñas.

- Aún no - negó lentamente y junto las puntas de sus dedos, llevándoselas al rostro - Pero tú sí necesitas fumártela.

- ¿Alguna idea Beth Pescado? - te pregunté volviendo mi mirada hacia donde estabas y miraste a tus amigos.

- Si los rucos toman café a todas horas, nosotros podemos hacer una fiesta ahora mismo.

De cierta manera eso hizo que nuestras neuronas se conectaran en serie pensado en la misma cosa...

Así que rápidamente Bonnie robó de la cocina de sus papás dos botellas, 4 copas y un imán del refrigerador que contenía el número telefónico de una pizzería.

Y con un sombrero, una corbata, un saco, un collar de perlas y un labial rojo, nos transformamos en clásicos y bohemios.

Tomé el saco enorme y me lo puse con mucha facilidad. Ald tomó el sombrero clavándolo en su cabeza para después tomar la corbata y ajustarla a su cuello. Bonn rápidamente tomó el collar y lo encadenó a su cuello mientras tú te quedabas con el labial rojo y sin importar si te quedaba o no, tintaste tus labios salvajemente mientras cantabas esa contagiosa canción.

Aún recuerdo cuando The 1975 y LANY estaban a la moda en aquel entonces.

"Babe, you look so cool, you look so cool, you look so cool" cantaste a todo pulmón con los ojos cerrados apuntando con el dedo sin darte cuenta que me señalabas.

No recuerdo en qué momento ordenamos pizza pero ahí estaba sobre la mesa, deliciosa y calientita. No sólo comenzamos a devorar como bestias, también comenzamos a bailar con movimientos torpes e inhumanos, tintineando las copas llenas de sidra. Nunca imaginé que podría divertirme con la necesidad de alguna gota de alcohol circulando por mis venas, la estaba pasando genial Beth y te confieso que extraño esos días de sunburn.

- ¡Miren nomás éste culo! - gritó Ald mientras agitaba las manos en el aire, al mismo son de sus caderas.

Adelante atrás, atrás adelante, izquierda derecha, ida y devuelta.

Bonnie se movía de una manera extraña, pero estaba riendo así que supuse que así bailaba, mientras tú cerrabas los ojos, como si de cierta manera te doliera la letra de la canción... Lucías relajada, adorable. Y sin importar que la música se escuchara hasta el otro lado de la acera, colapsamos sobre la alfombra, cansados y aturdidos como si lleváramos tres días fuera de casa.

Levanté mi camisa, dejando mi estómago al aire, extendí mis brazos y piernas para sentirme ventilado y cerré los ojos por un momento y el rostro de Katherine se proyectó en toda su expresión.

Pero abrí los ojos por ti, porque me mirabas detenidamente, donde hiciste ese exquisito gesto de sonreírme, aún no lo sé Beth, fue esa especie de sonrisa indeleble como aquel labial rojo.

Ay Beth, qué malditas ganas de besarte.

"Me gusta esa chica" pensé, devolviéndote el tímido gesto como ahora devuelves mis sensaciones a la vida.

Y era verdad, me gustabas y mucho.

Dear Ed: [Ed Sheeran] Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu