Capítulo Treinta y tres.

6 0 0
                                    

Thomas Morgan

— ¿Por qué tienes que hacer esta mierda, Georgia?, ¿Por qué no me sueltas?, ¡Tú no estás enamorada de mi y lo sabes!

La situación me sobrepasaba. Lo había disfrutado, el estar juntos y divertirnos, pero aquello que ella hacia ya no lo era.

— ¿Cómo sabes que no lo estoy? —preguntó desafiandome.

—Lo sé todo. Así que con todo el respeto del mundo te pido que dejes esto.

— ¿Que pasa Thomas? No me digas que en serio te ilusionaste con la tonta esa.

—Siempre he estado enamorado de ella, y por perder mi tiempo con tu estúpido juego sucio, la estoy lastimando, así que basta... se acabó.

Cuando dejamos de sentir miedo.Where stories live. Discover now