Capítulo Nueve.

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                                Thomas Morgan.

Mi mano sujetaba la de Georgia. Ella se veía guapa, como siempre. Le gustaba estar entre el grupo de amigos que existe desde que tengo memoria, tal vez porque era un ambiente acogedor. Liam, y Lucas, quienes habían sido mis amigos de toda la vida, se encargaron de hacer un espacio lindo para ella.

Al entrar por la puerta trasera de aquella mansión donde era la fiesta a la que nos habían invitado, sin buscarla, sin estar al pendiente, porque no podía haberme imaginado que la encontraría allí, entre tanta gente y en un lugar en el que sabía que ella podría sentirse incómoda fácilmente. La vi. Chiara estaba bailando al compás de la música junto a un grupo de chicos que desconocía completamente. Solo pude distinguir a Susan ahí.

Solté de golpe la mano de Georgia y no entendí porque. Era como si tuviese miedo, lo sentía, atacandome, y no comprendí nada.
Ella se percató de eso y me observó confundida, y al mismo tiempo pareció que me rogaba con su mirada que volviera a tomarla de la mano con delicadeza. Y fue el momento exacto en donde todo se me cruzo por la mente. ¿Por qué estaba tomando de la mano a Georgia? Nuestra relación no tenía etiquetas, era un vaivén. Ella venía e iba cuando quería, y lo mismo hacía yo. Por eso pensaba que con Georgia jamás podría formalizar o tener una razón por la que quedarme quieto. Y por alguna razón que yo desconocía, comenzó a comportarse como si fuese algo más que eso.
Me incomodaba, si. Porque me gustaba follarla de vez en cuando. ¿Pero compartir algo más con ella? Pese a que me lo había replanteado mil veces, no la veía ahí conmigo, en cualquier lugar, y en cualquier circunstancia.

Decidí ignorarla y me giré para buscar a Liam, que aún se encontraba detrás de mí.

— ¿Esa es mi hermana? —preguntó sorprendido antes de que yo pudiera decirle algo primero y solo asentí. —No pensé que vendría.

Me encogí de hombros porque no quería que supiese que fue a la primer persona que noté entre más de cien personas acumuladas adentro. No quería que comenzara a suponer cosas, como las que él ya sabía.

— ¿Vamos arriba? Podemos ver quién está más alcoholizado desde ahí. — Apunto Lucas.

Al subir las escaleras nos encontramos con las barandillas que estaban para que la gente no pasara de largo y se callera al vacio. Colocamos sillas y nos sentamos a beber ahí.
Georgia nos indico que volvía en unos minutos porque iría al baño a lo que le dijimos que fuese tranquila.

Liam nos contaba sobre un encuentro que tuvo con una rubia días atrás y que volvería a verla en la misma fiesta y que estaba esperandola. Estaba nervioso. Lucas y yo nos miramos graciosos porque jamás habiamos visto a nuestro amigo tan inquieto por ver a alguien. Pero no dijimos nada y solo lo escuchamos.
Ellos comenzaron a fumar sacando cigarrillos de la caja que Tyler había comprado. A veces pensaba que ese chico tenía serias adicciones con ello.

Estuve con la mirada perdida sin pensar nada por mucho tiempo sin darme cuenta, hasta que las luces rojas que inundaron el lugar me sobresalto. I Want To, comenzaba a sonar y todos gritaban mientras se posicionaban para bailar. Y mantuve así, serio, sin decir ni hacer nada, pero mis ojos la buscaron entre la multitud de manera automática e impulsiva. Tal vez la quería ver a ella bailando aquella canción. Quería ver como se movía mientras el mundo desaparecía con cada paso qué haría.

Uno de los chicos que la acompañaba la tomo de la mano y le sonrió cerca. Demasiado como para provocar una sensación rara en mi estómago que desconocía. Ella le correspondió y se dio la vuelta para quedar de espaldas contra él.
Quizás estaba siendo exagerado, pero no podía evitar babear cada vez que movía sus caderas de un lado al otro y en circulos. Su trasero era perfecto, y el vestido negro que llevaba puesto se le encogía cada que lo hacía.

Y entonces... entonces sin darme cuenta estaba deseando arrancarselo con los dientes y hacerle todo lo que seguro Chiara no se imaginaba. La tenía dura. Tan dura como jamás se me había puesto. El corazón me latía fuerte y me sentía agitado.

Maldita Chiara y maldita mi debilidad ante ella...

Cuando dejamos de sentir miedo.Where stories live. Discover now